23.6 C
Zacatecas
viernes, 19 abril, 2024
spot_img

Reconocen con la develación de una efigie en la Alameda a Beatriz González Ortega

Más Leídas

- Publicidad -

Por: ALMA RÍOS •

■ Es conocida por su confrontación con Francisco Villa en el contexto de la Toma de Zacatecas

- Publicidad -

■ Cambió tras la gesta histórica su profesión por la de enfermera, logrando salvar muchas vidas

“Más allá de su aureola aristocrática liberal” que encuentra su antecedente en El Héroe de Calpulalpan, fueron las dotes personales y su vocación de servicio por los niños, lo que llevó a Beatriz González Ortega (San Juan Bautista del Teúl, 1873- Ciudad de México, 1965) “a un lugar importante en la cultura urbana zacatecana del siglo 19”, dijo José Enciso Contreras, estudioso en la Unidad de Investigaciones Históricas y Jurídicas del Poder Judicial del Estado.

La maestra de quien se develó en reconocimiento, una efigie ayer en la Alameda Trinidad García de la Cadena, es quizá más conocida por un episodio que la confrontó con el general Francisco Villa en el contexto de la Toma de Zacatecas, y que ha sido “muy manoseado por la conseja local”.

Emilio Rodríguez Flores en su Diccionario Biográfico de Zacatecas refiere que luego de la batalla del 23 de junio de 1914, Beatriz González Ortega “arriesgó su vida, cambió por el momento su profesión por la de enfermera logrando salvar muchas vidas, enfrentándose al propio General Villa que ordenó su fusilamiento”.

Observa Enciso Contreras, respecto a esta coyuntura, que fue tal el número de bajas que ocasionó la Toma de Zacatecas que ni los hospitales locales ni el servicio sanitario de la División del Norte, “tan eficiente”, pudieron dar abasto con los heridos, “de tal suerte que la sociedad civil rebasó al gobierno”, o a lo que quedaba de él.

El episodio conjunta a Beatricita, como le llamaban, y al doctor Guillermo López de Lara. Ambos tenían en común su pertenencia “más o menos” a la élite de la capital zacatecana. González Ortega “tenía razones suficientes para ser porfirista de hueso colorado” y él era sumamente conservador, de tal suerte que la llegada del Centauro del Norte, “les cayó –como a otros zacatecanos- de mucho peso”.

Los personajes atendieron “heridos al parejo”, pero López de Lara, por lo menos así está mayormente documentado, ayudó a esconderse y huir “a oficiales del Ejército federal de los huertistas, de los asesinos de Madero”, dijo el historiador.

Cuando Villa se entera y les pide se los entreguen, se niegan a hacerlo. Por lo que decide “darles un buen susto” amenazando con fusilarlos e incluso “monta la faramalla” ordenando los lleven a un panteón para ello.

Ante la escena “un buen samaritano” decide informarle a Villa cuáles son los oficiales que buscaba, “los identifica, los hace prisioneros y probablemente los fusila”, pero suspende el “otro fusilamiento”.

Sobre este episodio, la propia Beatriz González Ortega en una entrevista muy posterior que se le hiciera en Ciudad de México, desmintió las fantasías construidas en años por los relatos de boca en boca, dijo Enciso Contreras.

“Por ejemplo que Villa los había chicoteado, los había golpeado. Y tal parece que al único que chicotearon realmente fue al doctor”, pero señala que difícilmente lo hubiera hecho el propio Centauro del Norte, “no creo que un general de División vaya a perder el tiempo en eso”.

José Enciso Contreras destacó a Beatriz González Ortega, como alguien que debe caracterizarse sobre todo como una educadora y de quien destacó su ascendencia, al ser hija del hermano de Jesús González Ortega, “prominente héroe de la guerra de Reforma que derrotó a los conservadores en la batalla de Calpulalpan, hecho que cierra este episodio sangriento.
Esta “aureola” coloca a Beatricita dentro de la aristocracia liberal mexicana y de los descendientes de aquellos héroes que fueron vistos en algunos casos “con mucha reverencia por el régimen porfirista”.

Beatriz nació en el Teúl de González Ortega donde hizo sus primeros estudios para luego continuarlos en Jerez. Obtuvo luego una beca por parte del Gobierno del Estado que encabezaba entonces Jesús Aréchiga Mojarro, liberal porfirista que duró en el poder 16 años, y quien combatiera bajo el mando de Jesús González Ortega en su juventud, lo que “explica porque le da una beca a Beatricita”, quien además había quedado huérfana de padre, dijo.
La mujer dedicó su vida a la docencia luego de que esta beca culminara con la obtención de su título de maestra egresada de la Normal de Zacatecas en 1894.

Fue esta función y el que Aréchiga Mojarro impulsara en su mandato la educación de primeras letras en el estado, lo que involucra a la profesora en apoyo de esta política liberal.

En su vida obtuvo varios reconocimientos, entre ellos, logró convertirse en directora de la Normal de Zacatecas, puesto que ocupaba justo al momento de darse la Batalla de Zacatecas; obtuvo asimismo la condecoración Medalla al Mérito Revolucionario otorgada por el Gobierno de México por su participación en la Revolución, y otros respecto a sus muchos años de servicio, incluida la Medalla del Ignacio Manuel Altamirano, por cumplir 50 como docente. En Zacatecas el H. Congreso del Estado, instituyó en su honor el Premio Beatriz González Ortega, que se entrega a quienes cumplen 40 años de servicio a maestros.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -