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jueves, 28 marzo, 2024
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TRES. Pedro Páramo, la realidad del realismo mágico en México

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Por: MILO MONTIEL ROMO •

Cuando Juan Preciado llega a Comala a buscar a su padre, Pedro Páramo, en el camino se encuentra con un arriero de nombre Abundio quien lo enfrenta con una realidad que en ese momento no entendió. Él, también era hijo de Pedro Páramo, lo que, al andar de la lectura, en un hecho aterrador pues todos, incluso el lector universal sorprendido y apresado por la narrativa de Rulfo nos convertimos así en los hijos de Pedro Páramo. Todos somos hijos de Pedro Páramo porque a todos nos une la muerte; es lo único certero en esta vida.

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La idea se construye en el sentido de que uno es hijo de su historia, de la historia de su país. Todos somos hijos de este poder institucionalizado, pero construido también como una negación de la ley.

La historia de México es una historia que se inicia, se reinicia, da vuelta, se mira a si misma y se ignora para volver a empezar desde otro lugar que ignora el pasado, para construir un futuro mítico desde diversos inicios mágicos que pocas veces necesitan explicación.

Así el 68 es uno de tantos inicios de este país, que culmina en el cenit de la política electoral en 2018, cuando diversas fuerzas de izquierda alcanzamos la Presidencia de la República bajo la bandera del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y con Andrés Manuel López Obrador como rostro.

El proceso ha sido largo con muchas y muchos actores; con muchas derrotas y algunas victorias; con muchas siglas (PRD, PPS, PSUM, Frente Democrático Nacional, Frente Cardenista, etcétera); con muchos caminos andados, con muchos muertos, dolor y rabia. Sin embargo, para los incautos (o quizá los cínicos) el proceso de los resultados políticos de la izquierda que hoy vive el país es resultado de una lucha que inició (mágicamente) en 2006, en la lucha electoral contra el PAN y Felipe Calderón. Y como todo inicio mágico, tiene que partir de un dogma que evita el análisis, pues él negará la magia y al mago. Tenemos que creer al mago, el público cree y no cuestiona, así funciona la magia.

La historia se sintetiza en un rostro y en un solo discurso, negando la fuerza fundamental de las fuerzas de izquierda su capacidad de discusión y análisis y el materialismo histórico fundacional de proyectos sociales y políticos que han provocado el movimiento de la historia y organizado a mujeres y hombres en todo el mundo.

La izquierda está siendo forzada a renunciar a su derecho de verse a sí misma y cuestionarse, para caer en un discurso con un argumento repetido incansablemente para construir la verdad y que puede absorber orgánicamente las contradicciones por la que, en otra situación estaríamos en las calles, pero el culto al líder transfigura nuestra voluntad y detiene el movimiento de la lucha para materializarse en Pedro Páramo.

“—Me cruzaré de brazos y Comala se morirá de hambre. Y así lo hizo”.

Las luchas feministas, la libertad de expresión, los derechos humanos, la defensa de las universidades, la defensa de la educación inicial, el derecho a la salud, la militarización del país nos tendría hoy en pie de lucha en todas las plazas del país. Pero hemos asumido que todos somos “hijos de pedro Páramo” y por ello, Todos escogen el mismo camino. Ser todos hijos de Pedro Páramo es tanto como tener un mismo destino.

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