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jueves, 18 abril, 2024
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Documentales en el Festival Visions du réel

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Por: SERGI RAMOS •

La Gualdra 477 / Cine / Desayuno en Tiffany’s, mon ku

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Imagen y contraimagen

Esta edición del festival permitió comprobar hasta qué punto el documental cumple una función de contraimagen, es decir que funciona como el reverso de la interpretación de la realidad difundida por los canales mediáticos o institucionales, revelando sus carencias, manipulaciones o distorsiones. Estos documentales se caracterizan por tener una alta dimensión reflexiva, que evidencia la falsa transparencia de los discursos audiovisuales oficiales, es decir la idea que las imágenes remiten a la realidad que muestran, obviando que estas imponen un sentido a los acontecimientos que narran, instrumentalizándolos. Al contrario, el documental reflexivo, al explicitar su naturaleza de construcción discursiva, permite ofrecer un modo más consciente de acercamiento a lo real y deslegitimar al discurso institucional, proponiendo su contraimagen. Una parte de la selección de documentales en español del festival suizo permitió dar cuenta de ello.

 

Reconstruyendo la realidad desde la infancia

Esquirlas, de Natalia Garayalde, vuelve sobre un episodio que la realizadora argentina vivió en 1995, cuando tenía doce años, en su ciudad natal de Río Tercero. El tres de noviembre de ese año estalló la fábrica de municiones militares de su localidad, desperdigando una lluvia de bombas por toda la ciudad, y generando un caos que se convirtió en tragedia nacional. La versión oficial de los hechos, proclamada por el propio presidente de la República Carlos Menem, impuso la versión del accidente.

La casi totalidad del metraje de Esquirlas utiliza los fragmentos de los videos domésticos que Natalia grabó de niña con su hermano, empezando por entrañables juegos infantiles hasta la confusión generada por el accidente y sus posteriores consecuencias. La realizadora, veinticinco años después, retoma ese material para reconstruir otra versión del caso, que dormitaba latente en las imágenes grabadas por una (no tan) ingenua mirada infantil y que, desde el pasado, parecía esperar su exhumación para convertirse en una prueba contra la versión oficial de los hechos. Esquirlas consiguió merecidamente el premio especial del jurado en la selección Burning Lights.

 

Filmar lo invisible

También en esa competencia, la película vasca Jo Ta Ke realizada por Aitziber Olaskoaga, elabora otro dispositivo de contraimagen. El documental empieza evocando la grabación de un concierto que el grupo de hardcore vasco Negu Gorriak realizó frente a la cárcel de Herrera de la Mancha, en 1990, como un acto constitutivo del imaginario de la izquierda independentista vasca. La realizadora, sorprendida por el rechazo de los propios miembros del grupo de volver hoy sobre esa grabación, decide emprender un viaje hacia la prisión para comprobar hasta qué punto se le impide grabar imágenes relacionadas con ese acontecimiento y ese lugar, a fin de mantener oculto uno de los conflictos recientes de la democracia española. Al documental solo le queda filmar lo invisible para recuperar ese episodio histórico.

 

La ciudad vacía

Desde otro punto de vista, el director español Elías León Siminiani con El síndrome de los quietos, presentado en la competencia internacional de cortos y medios metrajes, realiza un supuesto falso documental, inspirado en la figura tutelar del realizador colombiano Luis Ospina. Este parte de las imágenes de las calles desiertas de Bogotá, por culpa de la pandemia, para volver sobre otros episodios históricos en que las calles de la ciudad se vaciaron, proponiendo un inesperado recorrido de corte distópico por la historia de la ciudad y del país.

 

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