2018 el año esperado, anhelado y ansiado por muchos, tantos como sea posible contar sin perder el hilo de la numeración.
El primero de julio el mexicano tiene en sus manos el poder de dar el volantazo y cambiar de carril o continuar en el mismo. El 2018 debe ser recordado como el año donde el mexicano tuvo en sus manos el poder del cambio y así lo hizo.
En los meses venideros tendremos a nuestra consideración las propuestas de las 3 alianzas, de los 9 partidos políticos existentes en México.
Recordemos que este año se cumplen 89 años de la aparición del partido hegemónico en México, ese que dicen pagaba a la oposición para que el mundo nos creyera una democracia, sin embargo al interior era una dictadura perversa o perfecta, que para el caso la similitud es muy atinada.
En el análisis estarán las propuestas gubernamentales de las cuales se desprenderán, la propuesta vieja, la inexperta y la inexplorada ¿Qué aportaran cada una de ellas?
Para toda pregunta lanzada al aire, medianamente debe de existir una respuesta que se acerque a la realidad, de lo anterior rescato mis respuestas:
La propuesta vieja la tendrá por obviedad de circunstancias “el ciudadano por México” puesto que la intensión de él y del revolucionario institucional es seguir en la misma dinámica nacional, esa donde el engaño, la tomada de pelo, el dolo , la alevosía y la ventaja salen a relucir cada elección, es difícil dilucidar que existan nuevas ideas en un partido donde implantaron el mismo sistema oligárquico y dictatorial por 72 años ininterrumpidos en la silla presidencial. La única novedad a consideración personal es precisamente su precandidato presidencial; un simpatizante priista que no es militante priista.
La propuesta inexperta tienen en su representante a un joven entusiasta, voraz y hasta cierto punto autoritario de nombre Ricardo Anaya, un joven que escalo de manera acelerada a la presidencia de acción nacional y de ahí a la precandidatura presidencial aliándose de una manera un tanto incomprensible con la “izquierda”, esa izquierda , que si la memoria no me falla postulaba en 2006 a AMLO en contra de acción nacional, hablando de memoria , recuerdo que Ricardo Anaya fue el mismo que hace casi 5 años aprobó el regalo más grande para los mexicanos LA REFORMA ENERGETICA, una alianza que suena a mucho aceite y poca agua.
La propuesta inexplorada tienen como representante al único sujeto que a la consideración de muchos ha estado en campaña durante los últimos 12 años, al mismo que en 2006 todos pensamos que era suya y se la quitaron en los tribunales, de igual manera que en 2012 el cuarto poder y su marketing político se la volvió a quitar y puso a nuestro poco apreciado y muy atacado presidente de la república , el mismo que les regreso el favor con un pago de casi 40 mil millones para hacerlo quedar a veces bien y muchas veces mal. El candidato que dice que “hará historia” tiene en sus manos la “tercera caída” con la intensión de que ahora si sea la buena, ahora si no exista poder humano y mucho menos económico de quitarle esa tan preciada silla, donde se determinara el rumbo del país en los próximos 6 años
Este año el mexicano debe de pensar en mucha cosas, sobre todo que los proyectos de nación sean viables, prudentes, creíbles y sobre todo alcanzables. Hemos llegado a la madurez mental y política la mayoría de los mexicanos, donde hay que asimilar que no debe bastar una despensa, una tarjeta, una sombrilla, un bulto de cemento, un pollo y sobre todo una falsa promesa, para votar por un “político”.
El mexicano de a pie debe entender que el político no es el sujeto que maneja una Cheyenne, no es el que te regala más despensas y menos propuestas, lo que la gente debe conocer como político, es el que se enriquece a costas del ciudadano, el que ama tanto a los pobres que año con año los vuelve más pobres, los ama tanto que cada elección oferta posibles soluciones a los problemas que el mismo género, no es más que un tipo sin preparación, que para lo único que esta adiestrado, es para engañar a la gente.
La política es un arte, es la máxima expresión de la unión de las culturas, las ideas y pensamientos en favor de la sociedad, una manera crítica de objetar lo pasado junto con lo presente para así ofertar una propuesta de mejora a futuro.
El político debe velar por los intereses de la comunidad antes que los suyos, el político debe tener presente que el ciudadano no es un gasto sino una inversión social, el verdadero político considera su encargo como la mayor responsabilidad y por ello debe regresarle a la ciudadanía el mejor de los resultados acompañado del mayor de sus esfuerzos.
El presente año nos tiene como regalo el final del gobierno más absurdo de los últimos 100 años, con dos opciones para el 1 de julio, votar por más de lo mismo o explorar nuevos horizontes, al final de cuentas perdidos ya estamos, en una de esas nos andamos encontrando. Animasssssss.
*Maestrante en ciencia jurídico penal