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viernes, 6 junio, 2025
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Reforma contra el nepotismo ¿solución al problema?

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Por: RICARDO ARTEAGA ANAYA •

Si realizáramos una investigación profunda de los últimos diez procesos electorales o incluso mucho más, tan sólo en Zacatecas, encontraríamos que el problema del nepotismo electoral es mucho más complejo de lo que se ha hecho creer, nos encontraríamos con que quienes han encabezado candidaturas a Presidencias municipales han registrado en las primeras plurinominales del ayuntamiento o incluso en plurinominales al congreso a esposos, esposas, hijos, hijas, hermanos y a muchos otros familiares por una práctica que se ha vuelto popular y común entre la clase política zacatecana. 

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La práctica comentada se ha justificado con el argumento de que si no se gana se debe asegurar un espacio para el que encabece la candidatura por la “inversión” realizada en la campaña, pegando directamente a la vida democrática y normalizando el nepotismo electoral, al grado de que hoy que la reforma propuesta por la Presidenta de la República se discute en el Congreso de la Unión, se ha centrado únicamente en algunos actores políticos, pero no se ha profundizado en la generalidad. 

También, encontraríamos que una gran cantidad de candidatos a diputaciones, han impuesto como suplentes a sus propios familiares para en el caso de aspirar a otro encargo en el próximo proceso, “asegurar” el escaño, el ingreso económico y la fuerza política que el encargo representa, hecho que se ha normalizado al grado de que no se analiza ni se critica dicho actuar. 

El nepotismo político, sin duda, ha sido una de las enfermedades en nuestro sistema político y electoral, pues ha permitido que una gran variedad de actores políticos celebre acuerdos para posicionar a sus familiares en diversas candidaturas o espacios en la administración pública, consolidando redes políticas familiares que se han visto reflejadas en corrupción y muchos otros delitos en la administración pública. 

La reforma propuesta por la presidenta, independientemente del año en que comience a aplicarse, traerá consigo un aire de frescura a nuestro sistema político y electoral, pues por una parte, evitará el nepotismo electoral que nuestra clase política ha convertido en una práctica común, pero también permitirá a quienes pertenecen a familias que participan en la vida pública y política, consolidar un proyecto personal y retirar cualquier estigma de que sus encargos se deben a los acuerdos que sus propios familiares celebran con las cúpulas partidistas para beneficiarlos, fortalecerá pues la trayectoria personal de diversos actores que por la participación de familiares y de los errores que estos cometen, les complica de manera personal sin haber tenido implicación en ello. 

El nepotismo electoral ha permitido a actores políticos en todos los niveles, municipal, estatal o federal, sostener relaciones de complicidad con las cúpulas partidistas y gubernamentales para beneficio personal y familiar en diversos grados consanguíneos o civiles, que ha fomentado la corrupción y falta de democracia en la vida partidista, impactando directamente en nuestro sistema de partidos. 

Dos ejemplos vienen a mi mente cuando hablamos de la falta de democracia partidista, el primero aquel en el que un servidor resultó electo por unanimidad en la asamblea distrital local mediante la cual se elegiría al candidato para la diputación del distrito uno por morena para el 2018, dicha asamblea quedó sin efecto supuestamente por la alianza con el PT y PES, sin embargo, la candidatura se elegiría mediante en cuesta, misma que nunca fue realizada. El segundo es el caso en el que Luis Medina, militante histórico de la 4t, demostró en tribunales electorales que la candidatura del actual gobernador del Estado, había sido definida mediante un sondeo en redes sociales, sin especificar en qué consistió dicho sondeo. Ambos casos, como seguramente existen cientos más en todos los partidos, son evidencia de que la democracia partidista es el principal cáncer de la vida política y pública. 

La reforma presentada por la Presidenta de la República en materia de nepotismo electoral, podría ampliarse como está siendo en estados como el de Zacatecas, sin embargo, no será la cura esperada para la enfermedad que padece nuestro sistema democrático y partidista, la falta de democracia en los partidos políticos requiere de una amplia reforma para terminar con las redes de complicidad y de corrupción que se han formado entre la elite partidista, se requieren de mecanismos  y herramientas que fomenten la democracia partidista y fortalezcan la posibilidad de que los ciudadanos tengan una verdadera posibilidad de acceder a cargos de representación sin el obstáculo de la corrupción y para que exista una verdadera representación, que quienes accedan a las candidaturas sea porque existe un respaldo popular, la encuesta es el mecanismo más democrático pues no permite el acarreo ni la compra de voluntades. 

Zacatecas es un Estado con familias enteras participando en la vida pública, ni todos son santos ni todos son culpables de nepotismo electoral.

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