■ Aún hay libros en el espacio que albergaba el Instituto de Investigaciones Históricas
■ En marzo pasado la Universidad desechó publicaciones, tesis y periódicos antiguos
Ante la imposibilidad de recuperar los documentos y publicaciones con valor histórico que funcionarios de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ) desecharon en una recicladora, el Rector y asociaciones civiles se reunieron para definir una estrategia de conservación y restauración del archivo con que cuenta la Máxima Casa de Estudios de la entidad.
Josefina Navas Martínez, restauradora de documentos antiguos, informó que se reunieron con el Rector Antonio Guzmán Fernández, y con el coordinador de Bibliotecas, Sergio Jiménez Flores, para abordar el tema, y el acuerdo fue de que ella acudirá al espacio que albergaba el Instituto de Investigaciones Históricas, para ver qué quedó y hacerles una propuesta de restauración.
Refirió que en ese espacio, que estaba a cargo del historiador Cuauhtémoc Esparza Sánchez, al interior de la Preparatoria 1, aún quedaron libros antiguos, del siglo 18 y 19, por lo que ella les planteó la importancia de rescatar ese acervo.
Durante el encuentro, dijo que mostró a las autoridades universitarias los pocos documentos antiguos que se pudieron rescatar de la recicladora, además de los que había localizado La Jornada Zacatecas.
Sin embargo, Nava Martínez manifestó que ahora lo importante será conocer el acervo que se mantiene en la Universidad, ver sus condiciones e implementar medidas para su restauración en caso de que lo requiera.
En marzo pasado, la Coordinación de Bibliotecas de la UAZ decidió desechar documentos, publicaciones, tesis y periódicos antiguos que estaban bajo resguardo del antiguo Instituto de Investigaciones Históricas, entre los cuales estaba parte de la colección de El Hijo del Ahuizote, El Correo de Ultramar, entre otros editados a finales del siglo 19.
La Jornada Zacatecas encontró varios de esos ejemplares y, posteriormente, la asociación Amigos del Patrimonio de Zacatecas y la Red de Organizaciones Ciudadanas en Defensa del Centro Histórico, acudió a la recicladora en búsqueda de más ejemplares.
Sin embargo, la empresa se comprometió a separar dichos documentos durante el proceso de reciclado, lo cual tardaría un periodo de dos semanas, a cambio del recurso que había pagado por ellos.
Integrantes de las asociaciones regresaron a la recicladora Miravalle, pero solamente lograron separar periódicos de la década de los 80 del siglo pasado, más no los documentos antiguos (excepto algunos ejemplares), por lo que ya no fue posible su recuperación.
