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jueves, 25 abril, 2024
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Componentes para la seguridad humana: vivir sin temor, sin miseria y en dignidad

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Por: ALMA RÍOS •

  • Pobreza crónica, conflictos violentos y el cambio climático son algunas de sus amenazas

Con el concepto de “seguridad humana”, los Estados y la comunidad internacional han reorientado, durante los últimos 20 años, su atención hacia “la supervivencia, los medios de subsistencia y la dignidad de las personas como la base para alcanzar la paz, el desarrollo y el progreso”, precisa el documento La seguridad humana en las Naciones Unidas, emitido por el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para la Seguridad Humana de La Dependencia de Seguridad Humana de la ONU, en 2015.

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Advierte de la “complejidad y la interrelación” de antiguas y nuevas amenazas a la seguridad nacional, entre ellas la pobreza crónica, los conflictos violentos, el cambio climático, la trata de personas, las pandemias, las crisis económicas y financieras, que exhiben “nuestra vulnerabilidad común” ante riesgos “de amplia difusión e intersectoriales” que pueden extenderse rápidamente en los países o a través de ellos y provocar crisis más complejas para resolver.

En ese sentido, señala, que la “seguridad humana” pone énfasis “en contar con una nueva estructura que combine los programas de paz y seguridad, desarrollo y derechos humanos de manera más eficaz, eficiente y orientada a la prevención”.

El concepto se refiere a “soluciones integrales” que puedan responder a riesgos actuales y futuros, contextualizados en la protección y el empoderamiento mediante medidas “centradas en las personas, exhaustivas, apropiadas a cada contexto y orientadas a la prevención”.

El término “seguridad humana” fue acuñado en 1944 dentro del Informe del PNUD sobre Desarrollo Humano, Nuevas dimensiones de la seguridad humana, y perfilado mediante cuatro características básicas: la universalidad, la interdependencia de sus componentes, su centralización en las personas y su garantía mediante la prevención temprana de los riesgos.

El documento situó asimismo siete ámbitos relacionados con este concepto: la seguridad económica, alimentaria, de salud, del medio ambiente, personal, comunitaria y política.

Fue apenas en 1999 que se estableció el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para la Seguridad Humana, y tres años después la denominada Red de Seguridad Humana integrada por 13 países miembros y un observador, entre los que no se encontraba México; el país se involucró como uno de los aportadores de recursos junto con otros cuatro, hasta 2007.

Del año 2000 al 2004 y bajo la Secretaría general de Kofi Annan en la Organización de las Naciones Unidas se promovieron una serie de esfuerzos organizativos y replanteamientos del concepto para enfrentar “las nuevas amenazas del siglo 21”.

En su propuesta final a la reforma de la ONU, Annan se refirió a los tres componentes de la seguridad humana: “la libertad para vivir sin temor, la libertad para vivir sin miseria y la libertad para vivir en dignidad” (que se refiere a derechos de todas las personas pero en especial de aquellas que son vulnerables), inscritos como sustento de su informe “Un concepto más amplio de libertad, desarrollo, seguridad y derechos humanos para todos A/59/2005).

En 2012 un segundo informe de la Secretaria General de la ONU (A/166/763) “propuso un entendimiento común sobre la seguridad humana basado en las opiniones expresadas por los Estado Miembros”, y luego de su examen, el 10 de septiembre del mismo año, “la Asamblea General aprobó por consenso la resolución 66/290 (…) en la que los Estados Miembros acordaron un entendimiento común sobre la seguridad humana”.

Mediante el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para la Seguridad Humana se han respaldado económicamente proyectos a nivel mundial, referidos a los siete ámbitos que contempla el concepto: la seguridad económica, alimentaria, de salud, del medio ambiente, personal, comunitaria y política.

De manera específica, a situaciones de “Transición de paz y desarrollo sostenible en comunidades frágiles y afectadas por conflictos; Víctimas de trata de personas, su protección y empoderamiento; Respuesta a las consecuencias multidimensionales de las amenazas relacionadas con el clima; Violencia urbana y sus efectos en la salud, educación y seguridad económica, personal y comunitaria; Reducción de la pobreza, inclusión social y desarrollo de las bases comunitarias en las zonas aisladas y Componentes económicos, ambientales y sociales de las situaciones de inseguridad sanitaria.

En la página de la Dependencia de la Seguridad Humana se precisa asimismo que son los gobiernos quienes mantienen la “función primordial de asegurar la supervivencia, la subsistencia y la dignidad de su población”, aunque observa que crisis recientes han expuesto que hay amenazas “que escapan al control de cualquier gobierno” de manera individual y que expresan la necesidad de una “mayor colaboración entre gobiernos, organizaciones internacionales y regionales, la sociedad civil y los agentes de base comunitaria”.

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