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viernes, 29 marzo, 2024
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Si de hábito y costumbre se trata

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Por: ZOELIA DEL CARMEN FRÓMETA MACHADO •

Cada día parece cosa de fábula el interés de los chicos y chicas por la lectura y digo que parece cosa de fábula, porque  su interés en los libros, se pierde, se diluye entre la barahúnda de cosas que ofrece la sociedad, sin que, padres y  maestros, se vuelvan conscientes ¿o sí? y tomen  soluciones creativas emergentes. Que por supuesto no son los únicos responsables.

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Programas, talleres, proyectos, los hay por todas partes, llenos de buena intención, maravillosos,  excelentes, con pensada estructuración, pero… algunos de sus creadores  se ha preguntado por qué siguen sin funcionar a completitud.

Dónde está la semilla del error. Sin culpar a nadie; no se trata de buscar culpables, y menos de ser jueces. Pienso es cuestión de reorientar algo que se ha venido dejando de lado; se trata de analizar las experiencias y reenfocarlas, como muchas veces  o casi siempre hacemos en nuestras vidas profesionales cuando buscamos el éxito.

Las opiniones son diversas y en ocasiones sentenciosas e ignorantes de la realidad. No creo que la gente no lea solo porque no le da la gana. Hay demasiadas circunstancias reales que pesan en un país como México que dificultad esta práctica.  Pero sin dudas, las escuelas que lejos están de inspirar o motivar ese interés, mientras los planes de estudios y los propios educadores, sigan tan lejos de estimular la creatividad, imaginación y el descubrimiento, en los estudiantes.

Mientras gran parte de los maestros, sigan siendo escasos lectores, aburridos de enseñar, habrá que motivarlos a ellos, inspirarlos, apasionarlos. Y hablar más de placer que de hábitos.

Como también es inquietante, que gran parte de la sociedad tenga como creencia errónea, que basta con saber leer y escribir. Lo que puede ser muy cuestionable. Si pensamos en la comprensión lectora, la redacción y  la ortografía.

Ahora,  pregunto ¿Y todo lo demás, la imaginación la creatividad,  la curiosidad la intuición, el sentido de la maravilla serán solo para algunos elegidos?

Queremos jóvenes emprendedores, innovadores, pero acaso no sabemos o se nos ha olvidado que para ello se necesita una buena dosis de lecturas. Que solo en los libros, (con mi absolutismo no pretendo excluir el cine, y otras manifestaciones del arte y la cultura)  nuestros hijos pueden alimentar, expandir y dimensionar de manera insospechable la realidad, es decir su vida.

Para ellos, es necesario desechar el cansado didactismo de la enseñanza de la literatura vigente  en las aulas. Amamos  los libros clásicos, son estupendos; pero cualquier libro es bueno para los iniciados. Hay que dejarle la libertad de hacer sus clásicos y leerles, siempre leerles, esos trozos memorables, que todo libro clásico tiene, hacerlos encontrarse con las emociones, sentimientos de esos personajes que no son distintos de nosotros.

Usted, se ha preguntado alguna vez ¿qué es ser lector?  Un buen lector es ese, que lee por el gusto de hacerlo, que sabe elegir y además no oculta su amor por la lectura. No me pertenecen estas palabras que estoy parafraseando; alguna vez las leí a ese fervoroso y apasionado de la lectura, de los libros, y su defensor más contumaz en nuestro país, el maestro Felipe Garrido. Pero las celebro y comparto.

Un lector un buen lector, un lector sabio y comprometido puede ser muchas cosas, toda la que su ilimitada imaginación le  permita, olvidemos la etiquetas tan comunes en nuestro mundo, hecho de cerebros lógicos.

Siempre queda en el aire la pregunta, ¿Qué estoy haciendo como padre, como maestro, como político, como funcionario educativo,  como ciudadano, porque este país tenga una mejor juventud; porque, Zacatecas, México  tenga un sociedad formada por hombre y mujeres, jóvenes, niños justos, íntegros, respetables y  excelente lectores?

¿Quedará, sólo en la memoria aquellos días que la maestra de Español, nos asombraba y deleitaba con su rato de lectura?

Todavía harán falta muchas reformas, pero la principal está en la consciencia de todos. ■

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