Ante las incertidumbres sobre la nueva variante detectada por primera vez a finales de noviembre en Sudáfrica, los países dudan entre fuertes restricciones y una estrategia más flexible debido a los signos de menor gravedad de ómicron.
"Estos programas de refuerzo indiscriminados incluso podrían prolongar la pandemia en vez de acabar con ella, al desviar las dosis disponibles a países con altas tasas de vacunación, brindando así al virus más posibilidades de propagarse y mutar", afirmó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud.