El Pacto por México entre el gobierno de Enrique Peña Nieto y el PRD nunca debió darse, pues jamás tuvo justificación moral. Desde el principio quedó clara la ruta de entreguismo, indigno de su gobierno, ya que durante su campaña electoral anunció en gira por Estados Unidos que daría garantías a los inversionistas privados para que explotaran nuestros hidrocarburos, dijo Luis Medina Lizalde, dirigente en el estado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
El político agregó que el PRD sabía cuando se acercó a pactar con Peña Nieto, que lo hacía con un “fundamentalista de la privatización” y ahora lo que trata de hacer su cúpula es recuperarse de una mala decisión que le ha traído altos costos.
Agregó que esta ruptura tardó en darse y le dio tiempo a Enrique Peña Nieto de hacer reformas sumamente contrarias al interés general, de las que además señaló, hasta para un dictador de derecha se haría evidente que no era el tiempo político de introducirlas, por ser sumamente controversiales debido a los intereses que tocan, ello requeriría ante la situación del país, un trabajo previo de estabilización.
“Pero Peña Nieto no tiene la libertad elemental para cambiar de rumbo porque llegó financiado por poderosos intereses privados”, comentó.
Sobre la determinación anunciada este jueves por el presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano, de salirse del Pacto por México, expresó, “hablarán los hechos por sí mismos”. Lo que se esperaría es que sean consecuentes, y no terminen por regresar.
El dirigente de Morena puso de manifiesto que cuando se reunió el Sol Azteca en su Congreso, tanto Zambrano como Graco Ramírez, este último personaje que de manera explícita apoyó la reforma energética de Peña Nieto, recibieron una rechifla de las bases perredistas, lo que describe, que la misma siempre estuvo en desacuerdo con que el partido se embarcara en la lógica implicada en el Pacto por México.