24.2 C
Zacatecas
viernes, 3 mayo, 2024
spot_img

La triple llama. Tres libros de Fernando Trejo

Más Leídas

- Publicidad -

Por: FRANCISCO MAGAÑA* •

La Gualdra 596 / Chiapas / Libros / Poesía

- Publicidad -

 

No es común asistir a una reunión como a la que hoy nos convoca el poeta Fernando Trejo (Tuxtla Gutiérrez, 1985) a través de esta Feria del libro. Es atípico que un joven presente de una sola vez su producción reciente, tres en este caso, consignadas bajo el signo de la transparencia, bajo el rigor que desdeña todo lo que no conlleve a su propósito, con un dominio del oficio que denota años de sostenida disciplina, como se aprecia en su producción poética. Enhorabuena, Fernando, por tu año de Gutenberg.

 

*

Tres libros, tres miradas, tres rutas: Tristera, En los ojos del mar y Las armas que nos dejó la guerra fueron publicados en 2022. El primero obtuvo el Premio Nacional de Poesía Tijuana de ese año, Las armas que me dejó la guerra el Premio Primeros Juegos Florales de Comitán Raúl Garduño 2020 y En los ojos del mar publicado por Cuadrivio, tiene el reconocimiento de pertenecer a un catálogo notable en la edición de tres géneros literarios.

Este conjunto de libros dirige su detenida atención en la mirada. Son títulos que dejan en claro la diferencia entre mirar y ver; libros en que la visión demorada, lenta, de los acontecimientos mantiene a distancia el sentimentalismo para ejercer como testigo de primera mano con esa lucidez que concede la cercanía y a la vez con la distancia que exige la escritura. En los dos primeros, Tristera y En los ojos del mar la familia juega un papel insoslayable.

 

*

Tristera pertenece a un linaje de acendrada tradición en la poesía: la pérdida de un ser querido como detonante para pasar en claro la película en blanco y negro y consignar los hechos y transformarlos a través de la poesía. Oscura palabra (1965), de José Carlos Becerra, Algo sobre la muerte del mayor Sabines (1973), Descripción de un brillo azul cobalto (2009) de Jorge Esquinca, La invencible (2012), de Vicente Quirarte, son algunos de los títulos emblemáticos que conforman una larga lista. Francisco Hernández en su libro En las pupilas del que regresa (1991) escribió quizá uno de los versos más demoledores a la muerte del padre. Citaré, y disculpen lo extenso, un fragmento de «La tristeza de mi hijo en un campo de Fut Seven», porque aquí el recuerdo es tan plástico como una escena, pero además porque aquí hay una síntesis de generaciones, una transfiguración y un festejo, a pesar de todo, por la existencia, por los motivos que hay para cantarla:

 

Con esa voluntad de director técnico
mi padre celebró el empate a 3.

Pero el alargue cedió en el contragolpe a los contrarios
que anotaron un gol de pena máxima.

La tristeza de mi hijo
se me coló en los ojos
cuando el árbitro elevó las manos
para ponerle fin al resultado.

Corrí a abrazarlo para que no le doliera la tristeza,
para que su derrota fuera mía,
para hacerle creer que mis palabras valían más que un partido de fútbol.

Pero no.

Nunca como esa vez me ha dolido tanto una postal.

Porque tal fue su coraje en mí
que regresé aquel recuerdo de mi niñez
con mi joven padre consolándome
en ese domingo en que perdimos la final con el Telefonistas
frente al Talentos Deportivos.

Pero no.

Mi padre ahora era yo.
Y mi hijo un pequeño
que traía de golpe
mis recuerdos.

En las gradas, abrazándolo,
liberé todos los miedos de aquel niño que fui,
de ese pequeño que hoy se desvanece,
que se despide de mí desde la línea de meta
con una reverencia
hacia las gradas,
donde estamos,
sin mirarlo,
mi padre,
mi hijo
y yo.

 

El tiempo y el ayer trastocados en feliz conjugación para uno de los más emotivos poemas de esta trilogía no creo que del todo involuntaria. Y por esa resurrección voy a leer el final de un poema de Tamara Kamenszain, de El ghetto (2003; 2012):

 

Dios nos archivará distintos
en su libro de parentescos
en el viejo yo vos en el nuevo
dos testamentos a la fosa común
y después
que nos identifiquen.

 

*

En los ojos del mar es una exploración dividida en “Conversaciones”, “Huellas” y “Cartas a la mar”, en la que el poeta recurre al género epistolar y accede al entorno sanguíneo más inmediato, y la destinataria entonces actúa para dar pie a que el tema vaya encontrando aristas, perspectivas para seguir trabajando, con la escritura ceñida, limpia y puntual que caracteriza a los tres libros: ya sea en verso libre, ya sea en el poema más delineado con tintes aforísticos que van de la epístola al telegrama, ya sea en el poema en prosa en el que alcanza una notable resolución. De En los ojos del mar y como sustento a mi decir les leo este poema:

 

Una gota cayendo es una forma de la eternidad.
Porque la eternidad, mamá, es oblicua.
Como los ojos de un pez. Como la fractura en la costilla de
Dios.

 

*

Las armas que me dejó la guerra, publicado en Quetzaltenango, Guatemala, con el sello de Metáfora editores, rinde tributo a la fotografía en general y a un fotógrafo en particular: Peter Lindberg, de la que comparto con ustedes un texto de este libro, “Pequeña biografía de Peter”: “Peter Lindberg creció en una granja en Duisburg, Alemania. Fue un niño hecho de fragmentos de pólvora. Nació de una explosión en el vientre de la guerra. Habló disparos y formas antes que palabras y cantos. Caminó tonos, descubrió perspectivas. Miró blancos y negros antes que ojos: la vista saturó sus instintos. Robó las técnicas de Günther C. Kirchberger, trazó lienzos por Van Gogh. Pero aprendió a disparar, dijo, con las armas que me dejó la guerra una mañana en Berlín”. Y de esta pólvora está fraguada esta trilogía de la muerte, del corazón y de la mirada, es decir, de la vida.

 

Pueblo Nuevo de San Isidro Labrador, Año de Dios. Texto leído en la presentación de Tristera, En los ojos del mar y Las armas que me dejó la guerra, en la Feria Internacional del Libro de la UJAT, el 24 de marzo de 2023.

*Francisco Magaña (Paraíso, Tabasco, 1961). Poeta, traductor, artista visual y editor fundador de Ediciones Monte Carmelo. Una pieza suya pertenece a la colección de Milenio «El amor visto por el arte». Tradujo La noche inquieta, de Henri Michaux (UAQ, 2016) y Canción para la comida del ogro, de Edmond Jabès (Taberna Libraria, 2015). Algunos de sus títulos recientes son Querencias (Manosanta, 2018), Primer mundo (UAQ, 2019) y Fe (Cataria, 2020).

 

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -