- Se ha convertido en un nuevo tipo de #DesapariciónSilenciosa
- En México casi mil cadáveres donados a universidades no cuentan con documentos que permitan identificarlos ni rastrear su paradero final; desaparecen sin verdad ni justicia
Durante las dos décadas pasadas al menos 16 cadáveres fueron donados por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) a la Universidad Autónoma de Zacatecas para fines didácticos, pero no existen documentos oficiales que permitan conocer el proceso de su entrega de los cadáveres de personas no identificadas a las facultades de medicina y los detalles sobre su disposición final.
La investigación nacional Donaciones de Cadáveres: una desaparición silenciosa, desarrollada por Emeequis, en colaboración con CONNECTAS y el International Center for Journalists, detectó un total de 969 irregularidades en los procesos de entrega-recepción de cuerpos humanos a 18 universidades estatales del país, incluyendo la UAZ.
Mientras que la Fiscalía General del Estado respondió a una solicitud de información pública que, entre 2000 y 2019 la entonces Procuraduría realizó tres donaciones, una de ellas a la UAZ, la Universidad reportó haber recibido 17 cadáveres por parte del Servicio Médico Forense, durante ese mismo periodo.
Otros dos cuerpos fueron donados por la PGJE en las décadas pasadas: uno al Instituto Zacatecano de Estudios Universitarios y otro a la Universidad Autónoma de Durango.
El Artículo 82 del Reglamento de la Ley General de Salud (LGS) en materia de control sanitario de la disposición de órganos, tejidos y cadáveres de seres humanos, establece que, cuando las instituciones educativas obtengan cadáveres para investigación o docencia, por parte del Ministerio Público, deberán presentar una autorización del depósito en favor de la institución, firmada por el agente del Ministerio Público con el que se entienda la diligencia.
Ninguno de los oficios de respuesta presentados por la FGE o por la UAZ, remitidos a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, se respaldan con documentos de entrega-recepción de cadáveres.
Ni la Fiscalía ni la Universidad presentaron copias del formato SSA-06-005 de la Secretaría de Salud, que debe tramitarse y archivarse cuando una institución va a trasladar o disponer de un cadáver, o para notificar su inhumación o incineración.
Además de violar la LGS y su reglamento en la materia, la falta de documentos concordantes entre ambas instituciones violenta la cadena de custodia de los cadáveres establecida en los protocolos forenses. Como consecuencia, imposibilita que el familiar de una persona desaparecida pueda dar seguimiento, desde que el cuerpo fue recogido por el Servicio Médico Forense, hasta que fue donado, y su disposición final, ya sea en un crematorio o en la fosa de un panteón.
La investigación nacional Donaciones de Cadáveres: una desaparición silenciosa, realizada por EMEEQUIS, en colaboración con Connectas y el International Center for Journalists reveló que esta situación no es exclusiva de Zacatecas, ya que en 18 estados del país prevalece una falta generalizada de archivos sobre la entrega, resguardo o disposición final de los cuerpos humanos donados a universidades estatales, así como discrepancias sistemáticas en las cifras reportadas por las fiscalías y los centros de estudios superiores, tanto públicos como privados.
En distintos estados se registraron casos como el de Gemma, una joven veracruzana que fue secuestrada y su padre investiga si su cuerpo fue donado a una escuela privada. De “Octavio”, únicamente apareció su pierna en una universidad en Baja California. A “Javier” y José Luis sus familias aún los buscan con desesperación en facultades de medicina de Coahuila y Jalisco.
Todas ellas, forman parte de una trama de dos décadas, que se ha convertido en un nuevo tipo de #DesapariciónSilenciosa.