26.9 C
Zacatecas
martes, 23 abril, 2024
spot_img

Un rockcito para todos los roles / 1er. Jornada de Blues en Zacatecas

Más Leídas

- Publicidad -

Por: JAIME FLORES GUARDADO •

Pocas ocasiones tenemos oportunidad de escuchar en vivo a una de las leyendas del rock de aquí, de México, una de las meras raíces de lo nuestro, que, durante más de cinco décadas, ha dado la batalla por difundir ese buen viejo rocanrol por todos los rincones de esta decadente patria que sindicatos y patrones, delincuentes y comparsas, gobernantes y acaudalados, y uno que otro inconsciente ciudadano nos hemos estado acabando.

- Publicidad -

La cultura del rock hace acto de presencia a manos del Instituto Zacatecano de Cultura (IZC), Luis Díaz Leaños y algunos seguidores del blues desde sus orígenes; baste decir que por fin las autoridades encargadas de difundir la cultura del rock han dado la cara y es el turno para Dulce Muñoz, quien ha demostrado tener la sensibilidad que muchísimos no han tenido. Por tal motivo, este viernes 30 de enero de los corrientes, estará en Zacatecas, en la plaza Miguel Auza, el famoso “Brujo” Javier Bátiz; he aquí una pequeña reseña de sus andanzas por el mundo del rock, desde el libro inédito de su servidor, Zacarol, una mirada a la música del alma.

Discografía de lo más rescatable de Javier Bátiz. Colección Jaime FloresJavier Bátiz

Otro de los visitantes que le cayeron a la tierra de los zacatecos para dejarse escuchar con su viejo y buen rocanrol en la plazuela Goitia, repletando de blues y nostalgia la tarde con piezas como La novia de mi mejor amigo, La montaña o algún otro cover. Fue “El Brujo” Bátiz quien reflejó en su música toda la experiencia en la guitarra y una aguardentosa voz  que posee todo el color del rocanrol de sus amores. Lástima que su presentación fue muy corta debido al deficiente equipo de sonido, dando por concluida su participación con algunas cinco piezas que dejaron plasmada la imagen de la leyenda en la diminuta tarima que estaba colocada en la escalinata. Mil disculpas por el detalle, pero es que así no podemos tocar. A un costado se encontraba Lorenzo, quien echó a andar el malacate que paso a paso levantaba el historial de uno de los personajes más longevos en el rocanrol de nuestro país. De nombre Javier Medina Núñez, nació en Tijuana, B. C., considerado hasta la fecha como pilar fundamental del rocanrol de nuestro país y uno de los músicos más importantes para el movimiento. Se inició en la música cuando escuchó por primera vez a T. Bone Walker, Howlin´Wolf, Elmore James, Sonny Boy Williamson, para continuar con Little Richard y Fats Domino, quienes lo metieron de lleno a este arte. Los primeros acordes se los enseñó su madre, y lo que siguió comenzó a brotar como una necesidad. La primera vez que cantó en público fue en 1957, en la graduación de la escuela primaria, y lo hizo con la melodía Long tall Sally, de Little Richard. Para finales de ese año empezó a trabajar en el Convoy, donde conoció a Gene Ross, un negrito que traía consigo un enorme reconocimiento gracias a su musicalidad, por quien todos los músicos se sentían influidos. En 1959 fundó los TJ’s, con los cuales grabó sus primeros sencillos Puré de papas y El twist despacio.

‘El Primero’ se hace llamar esta joya que grabó Javier Bátiz con grandes músicos; cassette conseguido por ahí en los puestos del mero ‘Tepis’“El Brujo” Bátiz venía a sustituir al vocalista de los Rebeldes del Rock, un negrito muy curioso que cree que es el mejor rocanrolero en México, sin darse cuenta que lo único que ha hecho hasta la fecha es traducir al español los clásicos rocanrolitos gabachos; no convenció a los de la compañía grabadora, por lo tanto, decidieron comunicarle que no era aceptado. A los pocos días entró a trabajar a un lugar que se llamaba La Fusa, con los TJ’s que lo habían acompañado, Manuel Peraza, “El Chichi” y Abraham González, quienes tocaban bajo, guitarra y batería, además de Freddy Reynoso, quien le daba a los bongoes. Después de eso, regresó a Tijuana, y otra vez, al De Efe, para pegarle con músicos de allí, Fernando Vahauks, Jorge Loan, Horacio Reni, El “Cubo” Muñiz, “El Tigre”, Simón Tamez, quien llegó desde Monterrey para darle forma a Javier Bátiz y su Combo. Iniciador de los famosos cafés cantantes y, de manera fortuita, corresponsable del surgimiento de los Hoyos Funkies; maestro de grandes figuras, músicos y camarada de otros tantos como Carlos Santana, Fito de la Parra y Canned Heat; escuchado por infinidad de personalidades como Jim Morrison, o el papá del rocanrol, Chuck Berry, quien se extrañó de que hubiera aquí en México alguien que tocara con tanto sentimiento, incitando al personal para que escuchara con atención al “Brujo”.

Algo vanidoso en sus declaraciones, las cuales rescatamos de la revista Conecte, de unos textos de Arturo Castelazo y de algunas entrevistas en televisión, sobre todo en la época de finales de los ochenta y principios de los noventa en un programa de Ricardo Rocha donde estaba tocando Carlos Santana: llegó con su ampli, se conectó y comenzó a darle a la lira para acompañar a su compadrito del alma en unas piezas que salían de las mismas entrañas, música que caracterizaba al sonido Santana. El ego que lleva a cuestas le ha significado un sinnúmero de penalidades, sin embargo, “El Brujo” ha salido adelante en esto del rock, el único defecto que tiene es que sigue clavado en la onda de tocar rock tradicional, de ese que surgió a mediados de los cincuenta, pero no hay en todo México alguien que toque la guitarra como lo hace él, con ese cúmulo de emociones que llena la inmensidad del ser.  

Algunos LP’s de Javier Bátiz. Colección Jaime FloresPara estas fechas, “El Brujo” ya contaba en su haber con algunas grabaciones que se hicieron indispensables para los melómanos, quienes, a la necia, se convirtieron en seguidores fieles del rock nacional. En 1959-60 ya tenía los sencillos Mached potatoes y El twist despacio, a los que les siguieron Noches tristes y Nocturnal, con los TJ’s, para la RCA. El primer long play lo constituyó Javier Bátiz and The Famous Finks, con Jorge Loan, al bajo; Fernando Vahauks, en la batería; Horacio Reni, en la guitarra, y Javier Bátiz, en guitarra y voz, editado en 1964 para Peerles. Luego vino Javier Bátiz y su Combo, en 1966, con el sencillo Ven a surfear y El hombre solitario, siguió con Calle solitaria, Jambalaya, La ahorcada, No tengo hogar, I’m going out the country, Sleeping and Slibbing, para concluir con el larga duración Bátiz and Hair, en 1969, otros sencillos con los Shakes, Guillermo Briceño y músicos invitados. En 1971 grabó lo que vendría siendo su ópera prima, el Coming home, con los mejores músicos de la escena; a la fecha, es uno de los discos más buscados, casi imposible de conseguir, a no ser en cidí pirata en Tepito o en el Tianguis del Chopo. En 1972 apareció otro de los discos long play mejor logrados, Javier Bátiz y su Onda, para Dimsa. En 1978 representó la experimentación, pues lo mismo le entró a grabar covers que música discotequera, desprendiéndose por la nostalgia, una de las mejores piezas que haya compuesto en español, Pacífico jardín. En 1983 trajo buenas nuevas y editó, para Discos Fotón, su larga duración Radio Complacencias, que constituye un intento muy válido por sacar adelante un proyecto muy ambicioso, con músicos muy viscerales como el Rockdrigo González, Jorge Rosell, “El Blue”, Óscar Ceseña, Juan Solórzano, Claude Charriere y las indiscutibles Norma Valdez y Baby Bátiz. Ese mismo año sacó el LP Esta vez, también para Discos Fotón, en una producción de excelente grabado en Weslaco, Texas; destacan las piezas en español Esta vez y Fue sólo un sueño. “El Brujo” Bátiz quedó a deber a los zacatecanos todo un serial de piezas que en concierto siempre ha puesto a disposición de toda clase de público.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -