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jueves, 18 abril, 2024
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Menos del 50% de los estudiantes cumple con obligaciones a distancia

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

Denuncian docentes que autoridades los obligan a falsear información sobre la cobertura

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Señalan que algunos alumnos no tienen dispositivos pero a los que sí tienen no les importa

Pocos padres de familia responden a las actividades que se dejan a través de WhatsApp

 

Las cifras oficiales respecto a la atención y accesibilidad de alumnos, en el contexto del modelo educativo a distancia implementado por la pandemia del Covid-19, son falsas; además, las autoridades educativas obligan a los docentes a falsear información sobre la cobertura que se ha alcanzado, afirmaron profesores del nivel básico de varios municipios.

Varios docentes entrevistados aseguraron que, en realidad sólo han logrado tener comunicación y seguimiento escolar con menos de 50 por ciento de sus grupos, pero el problema reside en que las autoridades educativas les imputan esa responsabilidad a pesar de que hay varios factores por los cuales muchos niños no se han integrado a las actividades escolares.

José Luís Martínez, docente de una secundaria en la zona conurbada de Zacatecas-Guadalupe, informó que en un grupo de 38 alumnos, solamente cinco son quienes han trabajado de manera regular; en otro grupo (este en el turno vespertino) no ha atendido a ninguno de un total de 18.
Mientras tanto, las autoridades educativas, ya sean directivos o supervisores, “nos piden hacer encuestas donde tenemos que falsear la información diciendo que todos están trabajando”.

Indicó, entonces, que el discurso de que el modelo educativo a distancia está llegando a todos los alumnos y están aprendiendo, que se emite por parte de la Secretaría de Educación de Zacatecas, dista mucho de lo que ocurre en sus grupos donde “no están participando y tienen problemas con las claves que asignaron para cuentas institucionales”.

A los maestros se les anticipó que no querían ningún reprobado

Martínez explicó que el acceso a la educación es un problema importante que se está presentando, porque todos los alumnos tienen televisiones y la mayoría tiene dispositivos para conectarse a Internet, pero eso no significa que atiendan las actividades escolares.

“Tengo alumnos que me han dicho que le ponen 50 pesos de saldo al teléfono y para el martes ya se les terminó y si no pueden consultar los trabajos es porque no puede más. Están trabajando de esa manera. Otra alumna se va con el vecino y ahí toma las reuniones. También hay otros casos de alumnos que han dicho que hasta regresar a clases presenciales se van a reintegrar”.

Reiteró que en el mejor de los casos, 50 por ciento de sus alumnos participa y accede a las actividades escolares de manera regular y están en contacto, pero hay grupos donde la cantidad es inferior.

Martínez informó que, con el trabajo a distancia, las autoridades solicitaron a los docentes un informe semanal en el que se debe exponer cómo se está trabajando, cuántos alumnos están participando, bajo qué régimen o medios, y cuántos alumnos están activos o inactivos.

Relató que en los primeros informes notificó que ninguno de sus alumnos estaba participando, pero se los regresaban y le argumentaban que “no podemos mandar esa información porque de lo contrario es su culpa de que no estén participando, a pesar de que los muchachos no tienen correos, yo no tenía sus datos y no les habían dado el correo institucional”.

A final de cuentas le señalaron que había que modificar los informes sobre la participación y actividad de sus alumnos, porque si no, debía hacer otro trabajo administrativo, lo cual “es una forma de presionar para que falsees la información de manera que diga que todo está bien y que todos estamos trabajando”.

Sobre la aprobación de los alumnos, Martínez comentó que las autoridades no han dado esa indicación de manera directa, pero se ha enfatizado en que debe haber flexibilidad. Sin embargo, al concluir el ciclo escolar pasado sí se les anticipó que no querían ningún reprobado y se estableció que se iba a promediar la calificación de los primeros dos periodos para obtener el tercero.

Otro docente de secundaria, Rogelio Rodríguez Román, expuso que en los grupos a los que imparte clase, en promedio, sólo 40 por ciento ha trabajado con regularidad y han entregado evidencias de sus actividades.

“Aproximadamente 40 por ciento está cumpliendo, en promedio de todos los grupos que atiendo. Con el resto no se ha podido tener contacto o bien, a pesar de tener contacto con los padres de familia, no se sabe nada de ellos”, dijo.

Refirió que se han detectado familias que no tenían televisión y los mismos docentes se han dado a la tarea de hacer donaciones, pero también hay casos a quienes no les interesa, tanto a padres de familia como alumnos.

Rodríguez Román coincidió en que las autoridades educativas orillan a los maestros a entregar informes falseados, para aparentar que el proceso educativo a distancia va bien, y desde su perspectiva es posible que los directivos lo hacen inconscientemente, a sabiendas de que deben entregar esa información de un día para otro.

“Yo creo que tanto a los directores como a nosotros nos obligan a falsear información. Por ejemplo, nos mandaron una encuesta para saber si los alumnos tenían teléfono inteligente, computadora, Internet o televisión, y de mi grupo de 38, ni 50 por ciento me la regresó, entonces lo que tuve que hacer fue inventar”, dijo.

Sobre la asignación de una calificación aprobatoria por decreto, aunque los alumnos no hayan participado, dijo que “muchos maestros casi estamos seguros de que la secretaría va a emitir una calificación como fue en el ciclo escolar pasado”.

Otra maestra consultada que labora en una escuela primaria ubicada en una zona rural, en el municipio de Fresnillo, informó que solamente 12 de los 26 alumnos de su grupo trabaja de manera regular, y de ellos, una cantidad mínima cumple con todas las actividades.

La maestra, quien solicitó anonimato, comentó que en su grupo no fue posible trabajar con los contenidos que se transmiten vía televisión, ya que una familia no cuenta con ese dispositivo y en otros casos hubo inconvenientes técnicos, de forma que no hubo el acuerdo para trabajar de esa manera.

Entonces creó un grupo de WhatsApp, pero algunos de los padres de familia no están incluidos y otros más no responden mensajes. Para complementar las actividades que se les indica por ese medio, se les han entregado cuadernillos.

Sin embargo, expuso que, en lo que se refiere a las actividades diarias que se envían por WhatsApp, solamente 12 padres de familia mandan evidencia de trabajo pero no es regular, todos los días, sino de manera ocasional, mientras que sólo tres sí mandan evidencias diariamente.

“Te obligan a decir que estás atendiendo a todos aunque eso no suceda”

“Una madre de familia me comentaba que tenía dificultades para trabajar con los libros y prefería el cuadernillo porque las indicaciones son más sencillas, es decir, no comprenden las instrucciones. También hay una mamá que no sabe leer, y aunque ve que el niño trabaja, no le puede apoyar”.

De la misma manera que los otros docentes consultados, dijo que los directivos ejercen mucha presión sobre el número de alumnos que envían y no envían evidencias de sus actividades, y en los casos en que no, les piden hacer localizar a sus padres.

Sin embargo, cuando se localiza al padre o madre de familia, éste responde que sí enviará las evidencias, pero no lo hace, pero en el informe se coloca que sí se hizo el trabajo. Es decir, “te obligan a decir que estás atendiendo a todos aunque de alguna forma u otra, eso no suceda”.

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