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jueves, 18 abril, 2024
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■ México Lindo y Podrido… y Zacatecas otro tanto

El Club Campestre de Zacatecas

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Por: JOSE DE JESUS REYES RUIZ •

Por salud mental, hagamos un alto en el camino de estas reflexiones que, de alguna forma, reflejan nuestra triste realidad en una tierra de ASESINATOS, SECUESTROS Y DESAPARICIONES Y MALOS GOBIERNOS, y hablemos de algo agradable, recordemos nuestro pasado para olvidarnos un poco de nuestro triste presente.

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El Club Campestre de Zacatecas representaba, en la segunda mitad del siglo XX, junto con La Encantada, pero por encima de ésta, el único FOCO VERDE ubicado al SURESTE de la ciudad capital a mitad del camino entre Zacatecas y Guadalupe; el Boulevard López Portillo, por supuesto, no existía, y lo que hoy en día es la avenida universidad era realmente parte de la antigua carretera panamericana que comunicaba el país y que atravesaba el centro de nuestra ciudad capital. Cómo olvidar que, a mediados del siglo pasado, la famosa carretera panamericana pasaba incluso por la Avenida Guerrero proveniente de la López Velarde, para ir por la Avenida Hidalgo y salir por la González Ortega hacia el NOROESTE.

No me olvido de que, viviendo como viví, mi infancia en la Avenida Guerrero, lo peligroso que era salir a la calle porque los vehículos la atravesaban como parte de una carretera común y corriente, y el primer y único semáforo se encontraba en el entronque con la avenida Hidalgo, entonces de doble sentido.

Hacia el sur la ciudad capital terminaba en la actual Avenida López Velarde, cuando aún no se construía por aquellos rumbos las nuevas instalaciones del entonces Instituto de Ciencias Autónomo de Zacatecas, el IZAC, actualmente UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE ZACATECAS, que quede claro: aunque lo repitan muchos ignorantes, eso de BENEMÉRITA nunca procedió por distintas razones que no está en estas reflexiones analizar.

Fue por aquellos tiempos que se construyeron las esculturas en homenaje a RAMÓN LÓPEZ VELARDE, en la salida sur de nuestra capital, que según entiendo y recuerdo – no creo estar equivocado – fue erigida por FRANCISCO ZÚÑIGA, artista plástico y escultor originario de COSTA RICA y nacionalizado mexicano, que estudió y creó sus imágenes de las mujeres nativas del sureste mexicano y del norte de centro América, y que vivió de 1912 a 1998.

De ese punto era la delicia de nosotros entonces niños, y después adolescentes, bajar a la cañada donde iban las aguas negras de la ciudad – aún no entubadas – el original Arroyo de la Plata y caminar hasta llegar al CLUB CAMPESTRE, y en el trayecto asomarnos a las cuevas – que en realidad eran tiros de mina – que hacían de nuestra aventura algo emocionante.

Pero la mayoría de las veces éramos llevados en vehículos por la carretera en donde solamente existía el RASTRO MUNICIPAL, actualmente ESCUELA DE MINAS, y tomar la desviación que se encontraba en lo que ahora corresponde a 3 cruces para atravesar el arroyo que conducía, como ya lo mencionamos, las aguas negras, y que era imposible pasar en tiempos de lluvia, por lo que muchas veces nos quedamos atrapados en el CLUB CAMPESTRE hasta que las aguas bajaran de nivel y los vehículos pudieran ir a recogernos y llevarnos de regreso a casa.

Era tierra total y absolutamente deshabitada, cómo olvidar que, copiando el modelo de otras capitales como la de AGUASCALIENTES, a alguien se le ocurrió intentar una colonia campestre a las afueras del club deportivo, pero solo el DR. ARELLANO se atrevió a construir su casa de campo en el lugar, en el sitio donde ahora se encuentra el paso a desnivel que nos conduce bajo la avenida García Salinas hacia SAMS y comercios que le rodean.

En lo que hoy en día es una horrible PLANCHA DE CEMENTO, gracias a RICARDO MONREAL, que cedió o vendió o vaya usted a saber bajo que transacción, esos hermosos terrenos arbolados donde estuvo el CLUB CAMPESTRE, pasaron a las manos de WALMART que, sin ningún miramiento, tiraron todos los árboles, dejando una franja que actualmente es parte del parque ARROYO DE LA PLATA, pero ahí donde se encuentra el estacionamiento de la tienda de autoservicio, y el PORTÓN, estaba el estacionamiento arbolado del CLUB,  amplio y sombreado, donde los vehículos se quedaban para acceder por donde estaba la administración a la izquierda y los baños de caballeros a la derecha, solo para encontrarse de frente con las hermosas áreas verdes y con la ALBERCA SEMIOLÍMPICA de frente rodeada por hermosos jardines donde podías recostarte y disfrutar el lunch que te habían preparado en casa.

A la izquierda recuerdo el quiosco elevado por un desnivel donde te vendían refrescos o una cerveza y alguna bebida con contenido alcohólico, pero yo no recuerdo que los socios se sobrepasaran o al menos eso lo he olvidado; a la izquierda de la alberca había zonas arboladas importantes, y más allá, sobre la izquierda, estaban las canchas de TENIS de polvo de ladrillo donde pude intentar, aunque nunca lo logré del todo, dominar ese deporte.

Cuántas generaciones aprendimos a nadar en esa hermosa alberca que, supongo, debió estar siempre fría, porque no recuerdo que calentaran sus aguas, aunque posiblemente lo hacían; no olvido que mi madre me obligaba a dar muchas vueltas sin salir, en la idea de que eso me ayudaría a crecer, no quería chaparros en la familia, pero todos fuimos de una estatura media: ni altos ni bajos, salvo el primogénito.

Y cómo olvidar la POSADA anual del 18 de diciembre, cuyas peculiaridades no podemos comentar por razones de decencia en estas líneas, pero disfrutar de un bonito día de campo alrededor de una alberca siempre llena, y que casi nunca sirvió para realizar el deporte de la natación, sino para juguetear en ella, nos hizo vivir una época importante de nuestras primeras décadas de vida.

Había ahí personajes inolvidables como EL MAGO (FÉLIX CHERIT), EL LLAMADO CHANGO, cuyo apellido no puedo recordar, y tantos otros que veíamos para arriba bromear entre sí y quienes seguramente formaron en nosotros una parte importante de nuestra nueva personalidad, entonces en construcción

El agua que utilizábamos provenía de un pozo profundo, y después de un rico vapor no quedaba de otra que entrar al agua congelada proveniente del subsuelo, tan necesaria para estabilizar nuestro organismo.

Ahí hicimos muchas amistades, y algunos sus primeros noviazgos, pero todo por servir se acaba, la creación del CLUB DE GOLF provocó la migración de muchos socios, y después el entonces CLUB BRITANIA le daría la puntilla a nuestro maravilloso CLUB CAMPESTRE, parte de nuestra historia personal comenzó a verse descuidado hasta que le cayó todo el peso del supuesto progreso y todo terminó, pero cómo olvidarnos de algo que fue parte importante de nuestra vida que apenas iniciaba.

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