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jueves, 28 marzo, 2024
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“Continúan” cuotas ilegales en la UAZ y su uso discrecional

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA • Admin •

■ El problema, que esos fondos son ejercidos discrecionalmente por los directores: Álvarez

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■ En la mayoría de las escuelas los montos no corresponden a lo fijado por el Consejo Universitario, dice7

Cada año, la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) registra un ingreso de 150 millones de pesos por concepto de cuotas escolares y prestación de servicios, equivalente a casi 15 por ciento del subsidio que le otorgan la Federación y Gobierno estatal, pero ejercido de manera discrecional por los directores en turno de las unidades académicas, sin someterse a algún mecanismo de regulación o fiscalización.

Para José Antonio Álvarez Pérez, quien fungió como coordinador de Finanzas de la UAZ al inicio de la actual administración, el problema reside en que no hay ejercicio de la autoridad en la institución y por tal motivo los directores básicamente “hacen lo que quieren” con el recurso que obtienen mediante cuotas cobradas a los estudiantes cada semestre o cada inicio de ciclo escolar.

“La Ley Orgánica y el Estatuto establecen las cuotas en la Universidad y hay un acuerdo en el Consejo para que no sean incrementadas. Entonces lo que hacen los directores es sacar acuerdos en los Consejos de Unidad, que no tienen validez porque no deben estar por encima de los acuerdos del Consejo Universitario, para establecer cuotas y montos de forma arbitraria”, advirtió.

Es decir, el cobro de cuotas en la Máxima Casa de Estudios de la entidad es válido, pero en la mayoría de las Unidades Académicas los montos no corresponden a los establecidos por el Consejo Universitario, máximo órgano de gobierno de la UAZ, “y mucho menos los fines”.

Incluso, afirmó que los montos que están establecidos en la Ley Orgánica y el Estatuto para las cuotas “están muy por debajo de cualquiera que se cobra en las Unidades Académicas, puesto que son definidos unilateralmente por los directores”.

Álvarez Pérez indicó entonces que la administración central no ha podido ejercer autoridad sobre los directores, mientras que “estos no atienden el mando de la autoridad y se entienden como independientes pero no lo son, porque dependen y están subordinados a la Rectoría”.

Según expuso, los directores son quienes determinan los montos que establecen por concepto de cuotas, de forma que no se apegan a la normatividad institucional ni en su cobro ni en su ejercicio.

Al respecto, comentó que la Rectoría de la UAZ registra los ingresos de la mayoría de las unidades académicas, es decir, algunas no reportan los recursos que obtienen por medio de las cuotas o prestación de servicios.

“En la mayoría de los casos de las unidades académicas están registrados los ingresos, se establecen por medio de la contabilidad gubernamental y sistemas y se tiene una cuenta específica que corresponde a cada unidad y sus recursos propios. Aquí el problema se presenta en el ejercicio unilateral de los directores”.

En ese sentido, informó que la mayor parte de los recursos que ingresan a la Universidad por los conceptos mencionados, se concentran en las escuelas más grandes, es decir, Derecho, Contaduría y administración, Psicología y el área de la Ciencias de la Salud.

Además de la ausencia de regulación en el establecimiento de las cuotas y de fiscalización en el uso de esos recursos, Álvarez Pérez, profesor y ex director de la Unidad Académica de Ingeniería, manifestó que el cobro aplicado a los alumnos no se determina con base en las necesidades de cada centro.

Por ejemplo, dijo que en Ingeniería o Ciencias de la Salud hay requerimientos especiales y por lo tanto sus ingresos pueden justificarse en el equipamiento y mejoramiento de las condiciones de sus laboratorios, mientras que en Derecho, Psicología o Contaduría no se requiere de espacios que implican un equipamiento costoso.

Ante esa situación, manifestó la necesidad de implementar mecanismos que permitan una redistribución de los recursos en forma equitativa para las unidades académicas, pero no hay la voluntad para atender esa situación.

“Administrativamente eso es lo correcto: concentrar los recursos para atender las necesidades generales de todas las unidades académicas e instancias universitarias. Entonces si las cuotas respondieran no a la recaudación, sino a la satisfacción y operación de las necesidades de los centros de trabajo, sería lo adecuado”.

 

 

Por el contrario, afirmó que en la UAZ nunca se ha tenido un control en lo que respecta al ejercicio de los recursos que se obtienen por concepto de cuotas y servicios, aunque “ya se tiene idea de lo que significan esos ingresos, porque ahora sabemos que andan en el orden de 150 millones de pesos, pero hace una o dos administraciones no sabíamos ni cuánto era ese monto, porque ni siquiera eran reportadas a las cuentas institucionales, sino que entraban a las cuentas de las escuelas y de los directores”.

Álvarez Pérez reiteró que persiste el problema que esos recursos no son ejercidos por la institución para atender las necesidades de toda la UAZ, sino por los directores, lo cual ocurre de una forma discrecional.

Recordó que, mientras ostentó el cargo de coordinador de Finanzas, en la Secretaría Administrativa, propuso al Rector Armando Silva Cháirez que se regularan todos los ingresos a partir del uso de la infraestructura, de los recursos humanos y los laboratorios en la Universidad, pero “nunca resolvieron”.

En la actual administración, dijo que el criterio sobre el tema es que los recursos que generan las unidades académicas son libres de ejercerlo en cada escuela quienes lo obtienen, a pesar de que la normatividad señala que los fondos recaudados por concepto de cuotas escolares deberán ser utilizados en acciones que beneficien a los estudiantes.

Evidentemente “en los hechos no ocurre porque el gasto lo deciden de manera unilateral los directores, desde modificaciones a la infraestructura, oficinas y equipamiento, sin que necesariamente se reflejen en el beneficio de los estudiantes”, dijo.

Además, Álvarez Pérez explicó que en el presupuesto ordinario que se otorga a la UAZ, se incluye una partida específica para los gastos de operación de cada unidad académica, por lo cual una mejor distribución de los recursos obtenidos por cuotas ayudaría a mejorar las condiciones de toda la institución.

Al preguntarle de qué depende la instauración de medidas para distribuir esos 150 millones de pesos, contestó que ello podría ocurrir solamente con ejercicio de la autoridad para que los directores no lo gasten bajo criterios personales. “¿Por qué no lo aplican así?, porque simplemente falta ejercer la autoridad”.

Concluyó entonces que “en la Universidad debe convencerse a los directores que el recurso no es de ellos, sino de la institución, la cual debe garantizar el funcionamiento de las unidades con el recurso que se recaude, independientemente de dónde venga”.

Una distribución equitativa de ese monto equivalente a casi 15 por ciento del subsidio total de la Universidad, agregó el ex funcionario, garantizaría que toda la institución funcione adecuadamente desde el punto de vista administrativo, y tendría los insumos necesarios para su operación.

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