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martes, 19 marzo, 2024
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Lo que no dice Jorge Ramos y debe denunciar AMLO

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Por: BENJAMÍN MOCTEZUMA LONGORIA •

Mientras Jorge Ramos hace una lectura de simple sumatoria de muertos en México, sin importar las condiciones en que se producen, el presidente, con los mismos datos, muestra el quiebre de una tendencia que iba al alza y ahora a la baja. Pero, además, es necesaria una lectura que enfatice la naturaleza del delito de homicidio ligado al narcotráfico y del clima de inseguridad en México.

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Hagamos una analogía lógica: 

Un auto arranca con velocidad inicial “0”. Pasado cierto tiempo, con aceleración constante, logra velocidad de 140 kilómetros por hora. Luego, el conductor pisa el freno, el automóvil desacelera hasta que está nuevamente en estado de reposo, después de una determinada distancia y tiempo. 

En un segundo caso, el automóvil comienza con velocidad inicial de 50 kilómetros por hora, ésta aumenta de forma constante. Como en el primer caso alcanza velocidad de 190 kilómetros por hora. El conductor pisa el freno, el automóvil comience a desacelerar. 

En ambos casos, el conductor pisa el freno por el mismo tiempo: nos percataremos de que en el primer caso, el automóvil se llegó a detener completamente. En el segundo, después de accionar el freno, no se detuvo completamente, aún poseía velocidad de 50 kilómetros por hora.

De lo anterior se destaca que, si se empieza desde una velocidad cero y aumenta constantemente, ésta se revierte frenando por un determinado tiempo. En el segundo caso se tiene una velocidad inicial de 50 kilómetros por hora, aumenta igual que en el primer caso, ésta no puede ser revertida en el mismo tiempo. Para que, en el segundo caso, la velocidad pueda llegar a un valor nulo, se requerirá un frenado por más tiempo, ya que también hay que desacelerar los 50 kilómetros que se tuvieron desde un principio.

De la analogía se puede entender que es incorrecto, al estilo de Jorge Ramos, comparar el nivel que heredó AMLO frente al que recibieron los dos anteriores presidentes. Por un lado, la desaceleración pudo lograrse más fácilmente y, sin embargo, no lo hicieron, la tendencia continúo. Por otra parte, López Obrador contuvo la aceleración que se muestra como meseta y luego con caída.

Es correcta la afirmación de Jorge Ramos de que en el gobierno actual van muchas muertes. Lo incorrecto es pretender comparar la velocidad en dos momentos diferentes de la aceleración. La pregunta es cuántas irían con Peña Nieto o Calderón. Argumentar un presunto fracaso de la nueva estrategia, a partir solo de la cantidad y sin comparar el proceso de aceleración, no es serio, es trampa propagandística. La sumatoria de muertos no podía ser de otra forma porque el actual gobierno no partió de cero, sino de una tendencia de aceleración que alcanzó cúspide, luego una meseta y va en caída. Es previsible que esa caída, o desaceleración, sea lenta por lo que en seguida explicaré.

Los datos del Secretariado de Seguridad Pública Nacional arrojan que, al corte de Agosto, los homicidios dolosos han caído en un 14.6 por ciento y, de esos, el 48.7 por ciento está en 6 estados: Guanajuato, Baja California Norte, Michoacán, Jalisco, Chihuahua y Estado de México.

Otros delitos disminuyeron más: huachicol, en 91.9 por ciento; secuestros, en 73.5; feminicidios, en 33.6; robo vehicular, 40, y robo total, en un 18.1 por ciento. Estos no son tan llamativos como los homicidios, que es lo único que critica Jorge Ramos y los contrarios de la transformación.

¿Por qué los homicidios disminuyen lentamente?

El grueso de homicidios está vinculado al narcotráfico, es resultados de la estructura criminal INTERNACIONAL, principalmente de EEUU el mayor mercado de drogas. Tan solo el fentanilo provocará la muerte de más de 2 millones 800 mil jóvenes en 40 años, más los millones que serán encarcelados, los millones que entrarán a rehabilitación y los millones que quedarán inútiles, señalado por Gustavo Francisco Petro, presidente de Colombia en la Asamblea General de la ONU.

La economía de EEUU se asegura que no disminuya el mercado de consumo de drogas y que tampoco la demanda de armas que vende a los cárteles mexicanos. Allá causa muchas muertes por adicción y aquí por la disputa de producción, territorios y rutas de transporte.

Eso explica que la desaceleración del homicidio doloso es más lenta que otros delitos. Algunos tienen causas nacionales, mientras el homicidio vinculado al narcotráfico encuentra motivaciones compartidas con el vecino y esas causas transnacionales operan empujando por encima de lo nacional.

Por eso, posturas y argumentos simples que parecen inteligentes y valientes como las de Jorge Ramos, ocultan un desastre social, de salud pública y deshumanizador que se vive en Estados Unidos, donde se privilegia la ganancia económica de unos cuantos, que se alimentan de actividades ilícitas de dentro y fuera de esa nación.

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