La Gualdra 595 / Poesía
Hay una cita de Óscar Wilde que dice más o menos así: “En este mundo hay sólo dos tragedias: una es no obtener lo que se quiere; la otra es obtenerlo…”, Fabián Espejel obtuvo el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes con lo que será su primer libro publicado, Antártida, uno de los galardones más codiciados en la literatura mexicana, premio que habitualmente se asocia con la madurez del autor, no sólo poética sino también de edad, sin embargo, ya en otras ocasiones también ha ocurrido que autores noveles se alzan con este reconocimiento, José de Jesús Sampedro a los 24 años; Ernesto Lumbreras a los 25 años y José Javier Villarreal con 27 años.
En convocatorias recientes tenemos el caso de Christian Peña con 29 años o el de Elisa Díaz Castelo en sus tempranos treinta y pocos. En ese panorama, Fabián Espejel se presenta por primera vez a sus lectores con un libro del cual el jurado, integrado por Jeannette L. Clariond, Jorge Ruiz Dueñas, Jorge Humberto Chávez y luego de revisar 264 manuscritos, consideró “que se trata de un libro de alta densidad poética, con un notable manejo del ritmo versicular y aporta un nuevo impulso a la crónica en la poesía mexicana”. Con seguridad, Espejel debuta en un escenario con todos los reflectores sobre él y bajo el brazo un libro del que ya se tienen buenas reseñas.
Beatriz Pérez Pereda: Antártida es tu primer libro publicado, un primer libro con el que ganaste el premio quizá más anhelado por los poetas en México, el “Aguascalientes”, ahora que el libro es “tangible” y llegará a los lectores, cómo te sientes:
Fabián Espejel: Un poco nervioso. Es muy distinto recibir un premio a que el libro sea leído. Creo que es el momento crucial para un escritor. Afortunadamente el libro ha tenido buena recepción.
BPP: ¿De dónde viene Antártida, cómo llegaste a esa historia, cuál fue la primera noticia que leíste de esta expedición de 1911 qué te hizo decir “voy a escribir sobre esto”?
FE: De la incertidumbre de estar en una situación límite, reflejo de la pandemia, y de pensar la imaginación fuera de la narrativa. Me basé en el diario de viaje de Amundsen e intenté ponerme en sus zapatos. Me interesaba que quien leyera el libro también lo “experimentara”; no sólo que leyera sobre un explorador, sino que fuera también uno de ellos.
BPP: Traduces a Rilke, leí un ensayo tuyo sobre Zurita, hace poco hablaste sobre Szymborska… ¿Cuál es tu poética, cuál tu árbol genealógico dentro de la poesía?
FE: Los tres son muy diferentes. Creo que me inclino por la poesía que tiene una tesis, que reflexiona sobre sí misma: es decir, que es una constante búsqueda y que le interesa entender, sentir y hacernos parte de la existencia a través de la escritura. Puede ser que en eso coincidan estos tres poetas.
BPP: Leí el dictamen y el jurado dice que Antártida destacó por su densidad poética, notable manejo del ritmo versicular y un aporte a la crónica en la poesía. Que juega a ser bitácora, diario de viajes, hay fragmentos del tratado antártico, postales, listados, etc., ¿eres un poeta experimental, cuál es tu postura con esta idea contemporánea de la hibridación de los géneros?
FE: No sé si soy experimental, nunca lo había pensado. Me parece interesante que el texto proponga cómo leerse. Prefiero la experimentación que sabe a dónde va; que es juego y algo más, que tiene una intención clara y no azarosa.
BPP: El Aguascalientes te anima a seguir publicando o al contrario, te impulsa al silencio, a una pausa para ver qué es lo que sigue dentro de tu proyecto vital de escritura:
FE: Con la visibilidad del premio puedo desarrollar otros proyectos y encontrarles espacios: mi traducción de El cementerio marino será publicada por la UANL, y estoy trabajando en una versión de Una temporada en el infierno. Me tomé unos meses de silencio de mi propio trabajo, pero ya estoy pensando en el siguiente libro.

Una muestra de su poesía:
paso del noroeste
una foto con la mirada ausente
y un párrafo en el viejo libro
que dice ocupación y hazañas
amputándoles familia
incómodas verdades
o ese verano de hepatitis
que pasaron leyendo las historias
de las exploraciones polares
y por eso no fueron poetas
auxiliares de cocina
o agentes de viajes
sir john franklin
capitán de la royal navy
lideró dos viajes al archipiélago de canadá
no muy sobresalientes
sir john franklin
explorador del ártico británico
partió con 128 marineros y dos barcos
para atravesar en 1845
el paso del noroeste
una ruta interoceánica entre atlántico y pacífico
que nadie había cruzado
john franklin
y 128 hombres
llegaron a los puertos del hambre y la hipotermia
en nunavut
como a los muertos
nadie pudo recibirlos
a veces la ambición
es un paisaje neblinoso que obsesiona los mapas
un puerto donde atracan todas las rutas del día
sólo cambian los barcos
la dirección del viento
las equivocaciones
sólo es diferente el desayuno
el poco tiempo
el aire insuficiente
y las manos exhaustas
de volver a pensar
más
siempre se puede más
y entonces ya mordimos el anzuelo
prehistoria
noche a noche hay que escribir de nuevo un tajo fresco
una marca distinta donde está rota la tablilla
y vuelvo como los buitres a escarbar tu nombre
nuestro baño en el río
tus labios
supe quemarme sin tocar mi piel
escribirme en la tierra como un malestar que borrará la lluvia
la historia no comienza sino adentro
cuando el dolor rasca el pecho y se pueden ver los espacios en blanco
abrir los ojos es romper lo que hemos visto tantas veces
[Cortesía y créditos: Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2023, coedición INBAL-ICA-FCE]
Sobre el autor:
Fabián Espejel (Ciudad de México, 1995). Es poeta y traductor. Estudió Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas y del programa Jóvenes Creadores del FONCA. Fue jefe de redacción de las revistas Punto de partida y Punto en Línea de la UNAM, y ha colaborado en revistas y suplementos de México, Estados Unidos y América Latina, así como en antologías nacionales de poesía y ensayo. Es miembro aspirante de la Asociación Mexicana de Traductores Literarios; su versión de El cementerio marino, de Paul Valéry, se publicará en noviembre de este año en la colección El Oro de los Tigres de la UANL. En 2023 ganó el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes con Antártida, su primer libro.