■ El remedio no es la supresión de estos institutos ni cancelar el subsidio público que reciben, opina
■ La sociedad hoy cuestiona y critica, pero no pasamos de los memes, los chistes o la comidilla de sobremesa, advierte el académico
La solución para el excesivo gasto de los partidos políticos, que en 2018 será de casi 6 mil 800 millones de pesos, no es la supresión de estos institutos ni la cancelación del subsidio público que reciben, sino que pasa por una exigencia y vigilancia ciudadana activa para lograr que haya una correlación entre el desempeño partidista y el presupuesto que reciben.
El académico, y ex consejero presidente del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas (IEEZ), Juan Francisco Valerio, apuntó que hay una indignación razonable entre la sociedad mexicana en relación a este tema, pero hasta el momento esto no se ha traducido en una mayor participación, con la cual se ejerza presión para que haya cambios.
En este sentido, explicó que por ahora “la ciudadanía se ha comportado sólo como depositaria de una indignación que manifiesta de manera intermitente. Hoy se enoja y mañana se olvida por qué se enojó. Hoy cuestiona y critica, pero no pasamos de los memes, los chistes o la comidilla de sobremesa. No participamos activamente en la corrección de los grandes problemas nacionales”.
Y es señaló que si el actuar y la toma de decisiones de los partidos políticos y del órgano electoral estuvieran más acotadas por la sociedad, “no podrían cometer esas tropelías” de asignarse no sólo 6 mil 800 millones de pesos, que precisó que se trata del recurso federal, sino de casi 8 mil millones de pesos al sumar el presupuesto que les otorga cada instituto electoral estatal.
Por lo anterior, Francisco Valerio indicó que el camino que debe seguir la ciudadanía es el de exigir transparencia y rendición de cuentas, además de pedir respuestas al cuestionamiento esencial de si “vale la calidad de la democracia que entregan los partidos a la sociedad mexicana lo que están cobrando por ella”.
Es decir, añadió, la pregunta debe ser si el trabajo de los partidos políticos en la vida democrática de México está dando resultados como para que se les paguen 30 millones de pesos diarios.
Comentó que, de forma contradictoria, los partidos políticos y organismos electorales hablan de que la asignación de estos presupuestos está dentro de la norma, ya que es un elemento que está establecido en la ley.
Al respecto, Francisco Valerio expuso que la cantidad de presupuesto “suena como una aberración y el problema no tiene por qué contrastarse solamente con el tema legal. Digamos que qué bueno que la ley se respete y agreguemos que sería bueno que se respetara en todos los órdenes y no sólo en las prerrogativas a los partidos y los sueldos de los funcionarios”.
En este elementos debe existir una sociedad vigilante que exija, también, que si se argumenta el respeto a la legalidad en este sentido también debe aplicarse en todos los aspectos como el hecho usar dinero ilícito en una campaña o rebasar los topes de gastos de campaña. Estas ilegalidades, dijo, tendrían que sancionarse igualmente con “el peso de la ley”.