En el marco de la IV Cumbre Nacional de Gobierno Abierto, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), tuvo el acierto de enfocar la discusión, respecto a la importancia del estado Abierto para alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible, en los grupos vulnerables, con lo que la perspectiva es pertinente en un mundo en el que la desigualdad, la violencia y la corrupción se presentan como problemas estructurales que impiden avanzar en los ODS. Por lo mismo, me parece importante abordar este aspecto, en esta segunda parte de la presente exposición.
La ONU reconoce que la corrupción es una amenaza para la viabilidad de los países, y claro, para el desarrollo sostenible, por las siguientes razones: 1) Debilita las instituciones democráticas; 2) Contribuye a la inestabilidad gubernamental; 3) Erosiona la confianza; 4) Amenaza la economía al socavar la libre competencia; 5) Afecta desproporcionadamente a los grupos desfavorecidos. Además, se afirma que la corrupción nos afecta a todos, pues puede provocar: instituciones débiles e injusticia, inseguridad, menor prosperidad, menos respeto por los derechos, un impacto negativo en la prestación de servicios públicos, menor empleo, y, contribuir, en la explotación irresponsable de los recursos naturales, en desastres ambientales.
Por esto es que la apertura institucional, puede contribuir de forma inteligente, democrática y eficaz a combatir la corrupción como causa de otros tantos fenómenos negativos que hoy enfrentamos en la vida pública. Para ello, es indispensable que recuperemos la confianza en el gobierno y las instituciones, así como que fortalezcamos el involucramiento ciudadano. Por, eso, sí partimos de la transparencia, como elemento del gobierno abierto, y para que ésta se convierta en una herramienta de empoderamiento ciudadano, la condición básica para la ello, es la confianza en las instituciones. Cuando la corrupción afecta dicha confianza, la información pierde credibilidad, y los esfuerzos por colaborar con el gobierno y las personas que lo representan, carecen de incentivos, lo que imposibilita, tanto avanzar hacia un Estado Abierto, como alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Se erosiona la confianza, como advierte la ONU.
Otro elemento indispensable en esta discusión lo es la calidad institucional. Como bien se advierte por parte de la ONU, la corrupción contribuye a la inestabilidad gubernamental, debilita las instituciones democráticas, provoca instituciones débiles e injusticia, una afectación en la prestación de servicios públicos, entre otras consecuencias, que impactan de manera directa en la calidad con la que las instituciones atienden los derechos y las demandas de la ciudadanía, así como los procesos de toma de decisiones y política pública. Todo lo anterior, afecta directamente a las personas, en sus derechos a recibir servicios de calidad, con apego a la ley y en condiciones de imparcialidad, igualdad y libertad, entre otras.
Por eso es que, la haber definido la temática con la que se desarrollaría la IV Cumbre Nacional de Gobierno Abierto, el INAI y las instituciones que participaron, tomaron una decisión no solo acertada, sino pertinente, en un contexto en el que cada vez la desigualdad causa mayores estragos, evidencia su importancia a la hora de discutir la eficacia de nuestro sistema democrático, de libertades, la implementación de políticas públicas, y en general, del desarrollo sostenible, desde un enfoque económico, social, cultural, institucional, democrático y de derechos y libertades.
En la última entrega de este texto, abordaremos qué podemos hacer, a partir de nuestro marco jurídico e institucional actual.
@CarlosETorres_
