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lunes, 6 mayo, 2024
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Un propicio reencuentro

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Por: ANA MÓNICA GONZÁLEZ FASANI •

La Gualdra 570 / Humanidades

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Gratitud, alegría, esperanza, son algunos de los muchos sentimientos que llenaron mi visita a la ciudad. Zacatecas, de cantera y plata, me pareció más hermosa que nunca. Gratitud a mis amigos que me recibieron con cariño y también a la Unidad Académica de Estudios de las Humanidades de la UAZ que me permitió compartir mis investigaciones recientes. Alegría, porque encontré una universidad en crecimiento, que ha construido edificios propios, de grado y de posgrado y esperanza porque con alumnos y maestros que apuestan a la superación no se puede más que alcanzar la excelencia.

Llegué a la ciudad por primera vez hace treinta años, simplemente de visita y al año siguiente, cuando se inició el programa de Maestría en Estudios Novohispanos me inscribí en él. La Universidad Nacional del Sur, en Bahía Blanca, Argentina, unidad a la cual pertenezco y trabajo me otorgó la licencia para realizar el posgrado. La licenciatura en Historia de la UAZ me tuvo como profesora los años que viví allí y mi estancia culminó con la obtención del anhelado título. Formé parte, junto a otros compañeros, de la primera generación de maestría en Estudios Novohispanos.

Si bien he vuelto en más de una ocasión sólo esta vez pude disfrutar de un tiempo completo para caminar, visitar museos, perderme en los callejones y alegrarme con amigos a los que considero familia. En esta oportunidad me asombró el crecimiento de la ciudad, incluyendo en ésta al municipio de Guadalupe, las obras viales realizadas, el nuevo campus universitario, la construcción de la llamada Ciudad Gobierno, los diversos fraccionamientos que ofrecen múltiples oportunidades para quienes quieren comer bien y realizar compras.

En materia académica, compartí con los alumnos del doctorado en Estudios Novohispanos algunos aspectos de mis estudios sobre el monacato femenino que espero puedan haberles sido útiles. Si bien la ciudad de Zacatecas no contó durante la colonia con institutos femeninos quise destacar ciertos aspectos sobre sororidad y relaciones sociales presentes en la comunidad de carmelitas descalzas de San José, en Córdoba (Argentina), desde su fundación hasta el siglo XVIII, aplicables a otros contextos. Pude explicar que entrar en un convento exigía un cambio radical en el estilo de vida, la adquisición de un nuevo nombre y un hábito monacal, y el abandono de todos los valores y bienes mundanos. Allí las monjas oraban por la comunidad de hombres y mujeres que estaban fuera de sus muros. Pero también los conventos proveían oportunidades prácticas, ya que eran lugares donde se recibía educación y se adquirían habilidades domésticas. Igualmente, ofrecían un refugio para las mujeres solteras y una salida laboral para aquéllas de origen humilde que entraban para asistir a las monjas o para realizar servicios domésticos y trabajos manuales. Compartí que, en contraposición con los lazos de sangre, los vínculos espirituales establecidos, eran eternos y, por lo tanto, indivisibles. No tengo lazos de sangre con Zacatecas, sin embargo, se han tejido unos muy fuertes y espero que indivisibles. Gracias, ciudad, y hasta la próxima visita.

 

*Profesora-investigadora, Universidad Nacional del Sur (Argentina). Invitada del DEN-UAEH-UAZ.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/lagualdra570

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