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viernes, 29 marzo, 2024
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‘Memories from the Eastern Front’: Un cortometraje de fotografías de la Segunda Guerra Mundial (en silencio), en la Berlinale 2022

■ Un cortometraje de fotografías de la Segunda Guerra Mundial (en silencio), en la Berlinale 2022

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

La Gualdra 515 / Cine / Desayuno en Tiffany’s, mon ku

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Es normal que cuando en algún festival de cine vamos a las funciones de cortometrajes siempre comentemos el programa completo porque muchas veces son pequeños ensayos o trabajos finales de estudiantes y así se les da un espacio a todos. Sin embargo, esta vez queremos comentar un corto que estuvo programado en el Programa 5 de la Competencia de la 72 Berlinale.

Se trata del cortometraje rumano Memories from the Eastern Front, de Radu Jude y Adrian Cioflâncă, con una duración de 30 minutos. Este cortometraje lleva al espectador a vivir la experiencia de una sala de cine, sin celulares, sin ruidos, sin sonidos, sin música. En silencio. 

Desde la presentación la programadora del festival advierte que “se trata de un cortometraje en silencio, para que no se sorprendan de no escuchar nada”. Ahora con los celulares y la nueva cultura del consumo de la imagen ya no hay silencio ni inmersión absoluta en el cine.

Pero de qué va el corto, no es solo la gracia de un filme sin sonido sino el tema. Es un álbum de fotos que retrasa el camino del Sexto Regimiento rumano que entre 1941 y 1942 salió al frente de batalla rumbo al este para la avanzada en la invasión de Rusia como parte del ejército Nazi. 

A través de fotos (solo fotos) e intertítulos los directores van contando el avance sobre las tropas soviéticas, las batallas, las redadas contra judíos y los asesinatos al mismo tiempo: cuántos judíos se capturaban (y eran fusilados en el acto), cuántos pueblos se saquearon, cuántas mujeres violaron y cuántos otros se mostraron amistosos al Reich y fueron respetados; cuántas bajas comenzó a tener el regimiento hasta que súbitamente ya no hubo más fotografías tomadas por los fotógrafos insertados, como si hubieran sido arrasados.

Los directores hicieron dos tipos de intertítulos: unos explicativos y otros a manera de paleografía de los textos en las fotografías. Así el espectador va siendo guiado en la guerra y va leyendo las sensaciones inmediatas de los fotógrafos tras develar sus fotografías.

Uno se dice al inicio del corto: “30 minutos sin sonido, sin diálogos, sin ruidos… ufff”. El asunto es que avanza y el silencio se va volviendo incómodo. La sala está en completo silencio, el menor ruido para acomodarse la chaqueta, para cruzar las piernas y la fricción con el pantalón o el asiento, una garganta rasposa, un estornudo silenciado, el salivar… todo se escucha y nadie quiere romper el silencio. Es como si al hacerlo se faltara al respeto a los masacrados. Como si se profanara un homenaje. Como si no se estuviera siendo consciente de lo que vemos: fotografías de los vivos que sonríen, pero ya van a morir.

El corto termina en negros y… en silencio.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la-gualdra-515

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