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martes, 23 abril, 2024
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El devenir de la creación: Yoga, meditación, danza

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Por: SIGIFREDO ESQUIVEL MARÍN •

La Gualdra 498 / Danza y yoga

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[Primera parte]

Conversaciones, vivencias y convivencias con Prasad y Claudia Llanos

Del 22 al 26 de septiembre del 2021 estuvieron en Zacatecas dando un curso integral e intensivo los grandes maestros Prasad, Yogendra y Claudia Llanos, aparte de sus cursos y conversaciones compartieron su sabiduría, risas, sonrisas y comida que prepararon entre amigos en el espacio de Sadhana que coordina Sofía Carolina Peraza y la nutrida comunidad que integramos la Sangha congregada en torno a dicho espacio. 

Además del curso intenso e intensivo –un auténtico regalo de la generosidad de los maestros–; pudimos conversar, reír, sonreír, cocinar, comer, gustar y degustar de la mesa y de la sobremesa, entre bromas, té chaí y postres deliciosos. Como el canto y la plegaria: yoga, meditación, danza son tres formas fundamentales e interdependientes de la existencia humana en su búsqueda de realización trascendente. De todo lo compartido, aquí damos cuenta apenas de algunas perlas de sabiduría; la experiencia directa, como siempre, es otra cosa, absolutamente singular y única.

Prasad: la preservación del linaje del Yoga de Iyengar

Hombre sencillo, hindú de trato afable, con una sonrisa discreta y auténtica, Prasad no hace Yoga, lo encarna, lo vive y lo respira como el cuerpo integral y cósmico que se armoniza con el universo entero. Sus seminarios y cursos nos hacen ver que Yoga podría hacer todo el mundo, que todos podemos dar nuestro mejor esfuerzo sin forzar nada y disfrutarlo todo. De la mano de Prasad uno siente que Yoga es tan natural como respirar o caminar. Más allá de la perfección y de la maestría, ambas presentes en su práctica, una clase de Yoga con Prasad fluye como la inmanencia de la vida misma, un flujo libre sin pose alguna.

Le preguntamos a Prasad: ¿Qué es yoga? Y después de compartir un profundo silencio nos respondió: Yoga significa “una forma de vida, la disciplina, conduce a la paz física y mental, y el equilibrio de la vida, y este conduce a la sabiduría, y la sabiduría conduce a la salvación de la vida”. En efecto para Prasad vida, yoga, sabiduría, meditación y humanidad son perspectivas distintas, más no distantes, de lo que es el ser humano en su religación cósmica universal. Si Dios está en los detalles –según refrán sufí, el esmerado cuidado de cada asana, de cada movimiento y ejercicio nos da cuenta de que los grandes maestros han hecho suyo el lema de: aprende el arte y déjalo aparte

¿Cuál es tu experiencia y formación en yoga? “Yo mismo –nos aclara Prasad– lo experimenté desde mi infancia haciendo asanas, cuando era joven estudié un curso de graduación de Yoga en University en India. Estudié un curso intensivo en la escuela de yoga de BKS Iyengar, mundialmente famosa, en la India. Después fui a aprender varios años de experiencia práctica cómo enseñar yoga para público en general, práctica general y cómo el yoga puede controlar o, por lo menos contribuir, en torno a diferentes problemas de la salud. Con posterioridad estuve siete años enseñando en escuelas, universidades y dando cursos al público en general en la India. Asimismo, trabajé enseñando yoga en la embajada de la India en las islas Fidji, Bangladesh y en México; con una experiencia de cerca de veinte años practicando, enseñando y aprendiendo el universo infinito del Yoga. Mi experiencia personal es que el Yoga conduce a la disciplina y la armonía que trae paz, dicha y felicidad”.

¿Cuál es la enseñanza y legado de BKS Iyengar al Yoga y a la humanidad? “BKS Iyengar fue la persona única que presentó Yoga al mundo para la obtención de su salud integral; incluso muchas personas no lo conocen, pero practican sus técnicas para aprender yoga y restaurar su salud, esa fue la grandeza de su vida ejemplar. Iyengar puso especial atención en la alineación del cuerpo, la columna vertebral y la mente humana con la Conciencia Divina. No soy simplemente este cuerpo o mente –nos enseñaba–: Yo soy la conciencia que quiere evolucionar a planos superiores de la existencia trascendente. Quiero salir de esta matriz e ir a planos superiores de existencia. Soy un ser parte del Ser Universal que va en pos de su estar como bienestar. Yoga es filosofía práctica en estado puro”. Con rostro apacible sonriente y mirada profunda, concluye el discípulo directo de Iyengar, no sin cierta ironía: “Esas son las respuestas para tus simples preguntas”. 

Claudia Llanos: la danza de la vida cósmica como religación universal sagrada

Bailar, caminar, fluir, vivir, gozar, religarse, entre otras acciones humanas primordiales muestran y demuestran la profunda y profusa unidad de lo viviente que encarna el cuerpo que baila la danza del universo íntegro. Parafraseando a Deleuze, quien, a su vez, efectúa una paráfrasis de Spinoza y de Nietzsche, en Danza el Cuerpo es pliegue, despliegue y repliegue del Ser: uno-absoluto-múltiple-singular-universal. Claudia Llanos ha hecho suyo el lema del filósofo que –según Borges– pulía los anteojos del universo: Baruch Spinoza. Y al inicio de sus sesiones nos dijo y predijo que nadie sabe lo que puede un cuerpo hasta que no se pone a bailar, se conecta y reconecta con el latido del universo bajo la sincronía del ser eterno, y que lejos de estar en el más allá, está siempre a flor de piel, no hay más metafísica que la física de los cuerpos danzarines. Claudia invita a bailar, obliga amorosamente a todos los presentes a despertar el cuerpo adormecido por la cultura, los hábitos y las costumbres. Nos recuerda la potencia sagrada del cuerpo viviente como (parte del) ritmo universal. Antes del saber, ya estaba el ser, Claudia intuía desde niña que la danza era parte de su destino. Toda una vida consagrada a la recuperación de las danzas y cosmovisiones sagradas dan cuenta de ello. Compartimos algunas preguntas y respuestas que apenas atisban la potencia telúrica de las danzas del mundo. 

En todas las culturas y civilizaciones la danza aparece como una de las expresiones más fundamentales del ser humano, ¿qué significa para Claudia Llanos dedicar su vida y obra a la danza y preservar sus valores y tradiciones? Con su sencillez y claridad nos respondió que: “Para mí la danza significa un total servicio, una rendición total a lo que la Divinidad o Dios o los seres superiores quieren de mí respecto a la danza y a la vida misma. Es un regalo y una bendición poder compartirlo todo con todos y poder conectar con el arte y que haya también personas interesadas en conectar de esta manera profunda con la danza y el universo. Especialmente las danzas tradicionales están llenas de frutos, de almas que transitaron a través del arte, de experiencias de mundo, de tiempo y de vida, de dedicación y de conocimientos. Yo siento que la danza es un servicio, para mí es un regalo divino desde el arte, desde muy pequeña siempre fue así. Es un regalo, una fortuna poder aprender y poder seguir siendo, contribuyendo a ser portadores de dichos frutos, nutriéndolos y también transformándolos con todo el respeto, cariño, amor y pasión” –responde la maestra Llanos con su voz melodiosa y estilo natural.

¿Cuál es la importancia de difundir el baile en una sociedad como la nuestra y qué aporta el baile para la salud integral? “La importancia de difundir el baile en una sociedad es que ayuda a unirnos, ayuda a relacionarnos con la otredad, con el espacio-tiempo, así como con las personas que nos relacionamos. La danza nos coloca en un lugar de vulnerabilidad, este lugar vulnerable donde nada se puede ocultar, y se despliega la sensibilidad en estado puro. También nos ayuda a conectarnos desde esta sinceridad y autenticidad únicas y absolutas con los otros. Y eso fortalece profundamente los tejidos sociales y sana todo, es terapia pura, porque te coloca en un lugar de y desde el presente, te permite estar presente y con disposición par poder compartirlo todo. La danza fortalece el tejido social comunitario y abre un espacio común para la creatividad. Y por supuesto, todas las nuevas posibilidades de la danza nos brindan la capacidad de soltarnos, de movilizar emociones, afectos y afecciones, mente y cuerpo, de mover el cuerpo-alma-espíritu. La danza, como el canto y la respiración son tres cosas para las cuales no necesitamos nada externo en su realización. La danza es la inmanencia de la vida. Las danzas son tesoros de la humanidad, condensan y concentran su legado, son herramientas que ya tenemos dentro para renovar nuestra salud integral, y para renovar los vínculos humanos cada vez que son puestas en escena” –dice la maestra nacida en México que ha dedicado muchos años de formación y conformación en la preservación de las culturales orientales desde su vida cotidiana.

En la Gaya Ciencia Federico Nietzsche habla de la importancia de recuperar una sabiduría jovial que recoja el autoconocimiento profundo del cuerpo y de la vida misma. En tu trabajo de recuperación de las danzas de medio oriente, de la India y de otras latitudes buscas recrear con el mayor etnográfico y filológico el sentido profundo de esos bailes y vestidos tradicionales, pero le das un giro creativo, personal, muy propio, haciendo del baile una verdadera obra de arte. Podrías abundar al respecto desde tu biografía y experiencia personal. “Definitivamente la riqueza de estas tradiciones resulta inconmensurable, y aunque yo me especializo en las culturas de Asia, más específicamente del Sur de Asia, todas las culturas y todas las tradiciones contienen una gran riqueza. Me parece importante relacionarnos desde nosotros mismos, pues no estamos en la India, estamos en México, y solamente nos podemos relacionar en y desde nuestra propia experiencia. Y esto es llenar de vida la tradición, si la tradición no se estudia y si vive en y desde el presente, si no se habita con profundo respeto y profunda pasión, algo de las tradiciones se va muriendo; de ahí que sea fundamental llenar la tradición de experiencia vital, de práctica y de vida y de cuerpo; es como el aprendizaje de una lengua, si no aprendes a decir las palabras para decir luego tus propios pensamientos, no aprendes a hablar nunca; en específico, a diferencia de las danzas clásicas apegadas a la forma estética, las danzas tradicionales, las danzas folclóricas tienen infinitas posibilidades de llenarlas del universo personal, dan el margen de habitarlas desde la experiencia propia, desde el lugar en que cada uno está y habita, y eso tiene un enorme potencial para poder utilizar estos lenguajes artísticos locales, a la vez tan universales y poderosos. Es un proceso complejo de retroalimentación, nos nutrimos de las danzas tradicionales y a la vez las conservamos vivas, les damos un nuevo giro, un nuevo contexto, como bien mencionas en tu pregunta, le otorgamos un giro inédito también en la ornamentación y vestimenta, así como en la joyería, en suma, en los detallados tejidos artesanales están las vidas de todas las personas que han habitado estas artes. Y eso tiene una gran fuerza de vida para poder usar estos lenguajes tan poderosos y vivos. Cuando uno le da vida también suma vida a estas tradiciones antiquísimas y recientes también. Es un ir y venir. Para mí ha sido eso, como aprender distintos idiomas y poder expresarme de manera singular. Yo recuerdo que, desde muy pequeña, tenía tres años, yo inventaba mis danzas y mis rituales cotidianamente, de tres a siete años tenía mucha perspicacia. Estudiaba danza mexica o danza conchera, y yo sola en la casa, en el patio, en la noche, ya que se dormían todos, me ponía a hacer mis danzas en círculo, imaginándome alrededor del fuego. Por tanto, yo creo que todos ya traemos alguna conexión con las fuentes de la naturaleza, con los elementos sagrados y con este conocimiento ancestral que existe desde que hay humanidad. Entonces es solo abrir la puerta, darnos la oportunidad de acercarnos a estas tradiciones para poder habitarlas y nutrirlas y nutrirnos. 

Al ver bailar a Claudia Llanos uno como público se contagia de alegría, de felicidad y de belleza, podrías expresar el sentido existencial y filosófico de la danza en tu vida. “Muchas gracias por tus comentarios, una gran maestra nos cuenta su concepción de la danza en la India. Nos cuenta que cuando uno danza, el espectador no es una persona que está ahí sino Dios mismo, uno danza para Dios, y la danza que te danza es Dios, y la música que te mueve y conmueve es Dios, y el espacio y el tiempo también son la encarnación misma de la divinidad. Todo deviene divino. Entonces, cuando tú logras trascender tu intención y tener esa claridad, te das cuenta de que no se trata de ti; estar bailando, por un lado, lleva una responsabilidad y un enorme compromiso, y, por otro lado, conlleva quitarse el ego que estorba sin borrar la creatividad personal. Entonces para mí ha sido aprender que esto suceda, es un trabajo continuo de honrar la danza, que vaya más allá de mí misma, no quiere decir que yo me quite sino permitir que esto suceda, y esto lo busco llevar a todos los sectores y aspectos de mi vida, es decir, tener claro qué es lo que uno comparte y por qué, tener también muy claro cómo están recibiéndolo las otras personas tanto en las clases como en los espectáculos. En suma, es también tener claridad en que espectáculos hacer y por qué, estar claros con qué aspectos y modos nos relacionamos con y desde el arte; y a su vez, cuando yo observo danza, cuando observo a mis alumnas, o cuando estoy en un concierto del otro lado, pues observarnos con esos ojos de amor, a saber, la danza como un proceso de vida, como un proceso continuo de transformación. Entonces, es una gran belleza poder ser cómplice de esta magia que es la danza. Y pues todo esto, confiar en el sentido de la danza, ponerme a su entera disposición, confiar en lo que tiene preparado para mí.

[Continuará la próxima semana] 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_498

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