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viernes, 19 abril, 2024
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La abolición de la esclavitud y los afrodescendientes [Primera parte]

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Por: GEORGINA INDIRA QUIÑONES FLORES* •

La Gualdra 489 / Arqueología e Historia / Ollin: Memoria en Movimiento

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El año de 1808 fue fundamental para la monarquía española ya que entró en una profunda crisis política que derivaría en la separación e independencia de sus colonias de ultramar. Dos años más tarde, el 16 de septiembre de 1810, el cura Miguel Hidalgo hizo un llamado a la población para levantarse en armas ante la ausencia del monarca hispano y la usurpación francesa. Tradicionalmente, la imagen que predomina de este acontecimiento esencial en la historia de México es el de un movimiento popular que aglutinaba principalmente a indios y mestizos, por lo que resulta válida la pregunta sobre qué sucedió con la población afrodescendiente en el movimiento de independencia de México.

Existe un vacío sobre lo que ocurrió con esta población durante y después de este movimiento independentista. Se sabe que los esclavos fueron un sostén económico importante en los siglos coloniales, que contribuyeron con su cultura, creencias y trabajo para forjar el ser novohispano. No obstante, esta población enfrentó una progresiva invisibilización en la transición al siglo XIX, aunque es conocido que héroes patrios como Vicente Guerrero y el mismo José María Morelos eran descendientes de africanos que tuvieron un papel destacado en el movimiento emancipador.

María Elisa Velázquez sostiene que hubo un proceso de negación del reconocimiento negro y mulato en la formación del ser mexicano, se invisibilizó su presencia después de la lucha armada. Aunque continuaron desempeñándose en diversos sectores económicos, pero el racismo del siglo XIX los negó y se exaltó el mestizaje del indio y el español para construir el imaginario del naciente estado-nación. Las ideas racistas del siglo XIX negaron toda participación e importancia de la población africana y afrodescendiente en la construcción del país. Además, se privilegió la idea de que los negros eran una “raza” portadora de vicios, indeseables y opuestas al progreso. Se sostuvo la idea del mestizaje del indígena con el español y, de este modo, se condenó al “negro” al silencio y a su desaparición, incluso, de la historiografía.

            La crisis política producida por la abdicación de Fernando VII ocasionó que en América se debatiera la soberanía y se formaran juntas de gobierno, que en un principio pretendían salvaguardar los derechos del monarca, pero que abrió las puertas al sentimiento independentista o de autogobierno que los criollos ya no quisieron abandonar. En estos términos, varios autores han apuntado que los movimientos independentistas y autonomistas que se observaron a lo largo de Hispanoamérica eran de carácter oligárquico, muy lejos de la cuestión social. Por ello, la discusión sobre la esclavitud quedó relegada a un segundo término.

Además, tanto los peninsulares como los criollos eran dueños de esclavos y se beneficiaban con la trata negrera, por lo que las ideas de libertad e igualdad que se enarbolaban desde la Revolución Francesa chocaban con sus intereses económicos, de este modo el tema social resultaba espinoso y difícil de compaginar con los cambios que se estaban suscitando en Europa y América. A ello había que agregar el temor que se generó por la revolución social producida en Haití en 1791; los esclavos de la isla dieron el ejemplo de la libertad, lo que provocó temor de que otros esclavos emularan estas acciones.

Para René Villaboy, algunas juntas y los grupos de poder criollo, prohibieron la trata negrera, pero no la esclavitud, porque la abolición de la esclavitud implicaba transgredir otro derecho, el de la propiedad. En las primeros constituciones se hablaba de la libertad e igualdad de todos los hombres, pero también se consagraba la propiedad privada, así se eludía el tema de la esclavitud. En algunas regiones de América se crearon fondos para indemnizar a los amos por la pérdida de sus esclavos o, en su caso, se pretendía un proceso gradual de la abolición de la esclavitud con los decretos de libertad de vientres.

En México, ¿cómo se enfrentó esta disyuntiva de la propiedad y la esclavitud? Miguel Hidalgo, el iniciador de la lucha emancipatoria, decretó la prohibición de la esclavitud el 19 de octubre de 1810 en Valladolid. Después emitió otros dos bandos desde Guadalajara, el 29 de noviembre y el 6 de diciembre del mismo año para insistir en la puesta en libertad de los esclavos. Lo anterior se ha interpretado como un fuerte componente de lucha social en su movimiento político.

Otros más han sostenido que fue un acto caritativo de Hidalgo, que fue una manera de afectar a los españoles, dueños de esclavos, fue una tendencia de la época que empujaba el capitalismo y que el sistema esclavo estaba resultando anacrónico, las concepciones políticas después de la Revolución Francesa, los derechos universales del hombre, lo que incluía también a los esclavos.

A diferencia de otras regiones, Hidalgo no indemnizó a los dueños de esclavos, por el contrario, estableció embargo de bienes para quien no acatara el decreto de libertad, incluyendo a los notarios que no extendieran las escrituras de libertad.

 

 

*Profesora Investigadora adscrita a la Licenciatura en Historia, UAZ.

 

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_489

 

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