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martes, 23 abril, 2024
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Presentan iniciativa para prohibir uso de edificios históricos para fiestas o negocios con ruido excesivo

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Por: ALEJANDRO ORTEGA NERI •

■ El turismo que tiene como destino los sitios Patrimonio Mundial, representa 37% del total del turismo en el mundo y se estima que su crecimiento puede alcanzar 15% anual

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En sesión de la Comisión Permanente de la 63 Legislatura, el diputado local, Francisco Javier Calzada Vázquez, propuso una iniciativa de Decreto para reformar y adicionar artículos y párrafos de la Ley de Protección y Conservación del Patrimonio Cultural del Estado de Zacatecas, destacando, entre otras, la prohibición de permisos para la instalación de negocios, oficinas u otros en los polígonos declarados como zonas típicas, de monumento, itinerarios y paisajes culturales, cuando generen ruido superior a los 85 decibeles.

“El patrimonio cultural, material e inmaterial, forma parte importante de la identidad de una comunidad, y permite a las personas de esa comunidad establecer cierto grado de pertenencia, a partir de reconocer como propios los bienes materiales comunes, las tradiciones, los usos y las costumbres. Una de las consecuencias más afortunadas de la preservación del patrimonio cultural es la cohesión social”, dijo en su exposición de motivos el legislador.

Según Calzada, de acuerdo con datos de la Organización Mundial del Turismo, el turismo cultural, es decir, el que tiene como destino los sitios Patrimonio Mundial, representa el 37 por ciento del total del turismo en el mundo y se estima que su crecimiento puede alcanzar el 15 por ciento anual, en condiciones de absoluta normalidad.

En México, expuso, existen 187 zonas arqueológicas, 111 pueblos mágicos, 1,121 museos, 174 santuarios de turismo religioso, y 33 sitios Patrimonio Mundial: 27 culturales, cinco naturales y un mixto. La actividad turística aporta el 8.7 % del PIB del país. Para el caso del estado de Zacatecas, la entidad cuenta con cuatro zonas arqueológicas y seis pueblos mágicos, pero “desgraciadamente la aportación de la actividad turística al PIB estatal no se compara con la tendencia nacional o internacional, pues sólo aporta entre el 2.11 y el 2.84 por ciento”, dijo.

Sin embargo, mientras que la Unesco pretende la conservación de la memoria histórica, tangible e intangible, con sus nombramientos, para el legislador la Secretaría de Turismo tiene una visión mercantil orientada primordialmente a la promoción turística que detona ciertas visiones: “¿Debe preservarse el patrimonio cultural para fortalecer los lazos comunitarios y los valores identitarios? O ¿Debe preservarse el patrimonio para la atracción del turismo? O ¿El turismo debe ser una consecuencia lógica de la preservación del patrimonio histórico?”.

Ciudades consideradas turísticas a nivel mundial han incrementado significativamente, en los últimos años, su afluencia turística, pero los habitantes en todos los casos, y los gobiernos en la mayoría de ellos, han constatado que esto genera como consecuencia el encarecimiento de la vida en esos centros urbanos, lo que resulta propicio para la derrama económica que trae consigo el turismo, pero no para el grueso de la población ni para las mismas ciudades, advirtió.

Como consecuencia de esto, agregó, los centros históricos tienden hacia la despoblación, debido a la diversificación y encarecimiento del uso de suelo, porque los comercios para el consumo local y los espacios para vivienda, se transforman en expendios de productos para turistas y negocios de prestación de servicios, particularmente para el ocio y la diversión, por lo que la consecuencia lógica es la despoblación y consecuente despersonalización de las ciudades, con lo que poco a poco el gran objetivo de la preservación cultural se pierde, y en su lugar se adopta un objetivo meramente comercial.

El Centro Histórico de la Ciudad de Zacatecas ha padecido en los últimos años los efectos de esta disyuntiva respecto de su conservación, y en ese mismo camino se encuentran los centros históricos de las ciudades Pueblos Mágicos. Por lo que respecta a la capital, en el polígono protegido existen alrededor de mil 600 fincas, de las cuales el 90 por ciento son privadas; 900 de ellas, el 56.25 por ciento, presentan deterioro, ya sea por abandono o falta de mantenimiento, y poco más de 200 han sido calificadas con riesgo de derrumbe.

“Los datos demuestran que el deterioro ocasionado por el uso, sin el debido mantenimiento, y el encarecimiento que provoca emigración y abandono, nos tienen que mover a considerar nuevas formas de entendernos con la ciudad, y esto aplica tanto para la capital como para los Pueblos Mágicos o cualquier otra zona típica, declarada o no”.

“Cualquier destino turístico puede soportar, dentro de sus límites naturales, una gran afluencia de visitantes, pero el reto siempre es cómo lograr que para los habitantes permanentes del sitio la vida transcurra sin alteraciones, con la prestación completa, oportuna y sin restricciones de los servicios básicos, y puedan ejecutarse políticas públicas para el sostenimiento en beneficio de las generaciones futuras”, aseveró Calzada Vázquez.

La protección del patrimonio cultural de Zacatecas ha contado con el debido respaldo legal, recordó, pues cuenta con una Ley de Conservación y Protección, no obstante, dada la trascendencia del cuidado del patrimonio, dijo, la responsabilidad no puede recaer en la figura del Director General de la Junta de Protección y Conservación de Monumentos y Zonas Típicas del Estado de Zacatecas, por lo que la presente iniciativa pretende derogar también esta figura y en su lugar propone la creación de un órgano colegiado.

Asimismo, se propone que al Pleno Operativo se incorporen, con derecho a voz, pero no a voto, representantes de los municipios que gozan de la existencia de una zona arqueológica, un Pueblo Mágico, una inscripción al listado del Patrimonio Mundial, o cualquier otra distinción que promueva la preservación del Patrimonio.

Del mismo modo se adiciona un artículo que inhibe la instalación de negocios que no sean propicios para la tranquilidad y no abonen a las condiciones de manifestaciones culturales y tradiciones sociales y prohíbe, sin excepciones a diferencia de la Ley actual, la proliferación de negocios con rótulos en idiomas distintos del español. Esta medida tiene la virtud de que permite que se detonen económicamente, con servicios turísticos, otras zonas de las ciudades, ampliando las coberturas de servicios, mejorando las condiciones de estancia temporal de los visitantes y beneficiando a otros prestadores de servicios hasta ahora exentos de participar en la industria turística.

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