Los problemas crónicos de varias de las instituciones educativas del estado, como el caso de la UAZ y el Cobaez, están fuera de las agendas gubernamentales. Y la causa parece ser la misma: la infuncionalidad de los sistemas de seguridad social, la cual se manifiesta en la insolvencia de las instituciones del Estado dedicadas a esa tarea (como el ISSSTE y el IMSS), provocada también por la falta de aportación de los afectados. Como una serpiente que se muerde la cola.
Tienen años realizando sendas auditorias federales y estatales, y la solución no llega. Se aplican medidas paliativas por año para sacar el apuro y seguir pateando el bote. Pero la situación de malestar crónico de las instituciones sigue incólume. Las autoridades piensan como contadores: la solución es sinónimo del recorte, no de presupuestos necesariamente, sino de prestaciones que se consiguieron por la lucha sindical. En sus diagnósticos está siempre la misma constancia: el costo de los contratos colectivos de trabajo. Por ello, se han convertido en los objetos de pugna. Y por el contrario, los sindicatos justo pujan en sentido inverso: a defender las prestaciones ganadas. Y mientras no exista una salida de solución estructural la tensión se estará manifestando cada fin de año para conseguir recursos que permitan cerrar el año, y cada 3 meses que las ministraciones federales no alcanzan para pagar las prestaciones pactadas.
El Cobaez arrastra pasivos crónicos por más de 500 millones de pesos, con adeudos al SAT que no entera todo el ISR, al Issstezac y al IMSS. Y en lugar de aumento de ingresos ha tenido recortes, como los 20 millones en el presupuesto 2020.
Los faltantes continuos trimestrales rondan en los 10 millones, que ahora se manifestó en la ausencia de pago de 2 prestaciones, Pero en diciembre pasado fue de 8 millones por adeudos en la segunda quincena de noviembre (2020). Al final del año, buscaban desesperados 148 millones repartido en la responsabilidad federal y la estatal. Y más atrás (en septiembre) el Supdacobaez paró los 43 planteles por adeudos por 11 millones; y en el anterior mes de mayo también hubo conflicto porque los trabajadores sintieron amenazada la integridad de su salario.
Como podemos observar, es la manifestación de un problema crónico que no ha sido atendido en su raíz. La pregunta es, ¿cuándo se abordará el problema estructural de estas instituciones de una vez por todas? Se requiere una estrategia basada en estudios actuariales y las bolsas de recursos que hagan frente a este tema; sin embargo, no vemos que sea una prioridad para los gobiernos, ni para las fracciones parlamentarias. Es decir, es un tema de la agenda pública pero que no ha entrado a la agenda de la política de los gobiernos. Es un problema crónico fuera de las prioridades.
