Antología de poesía mexicana: entrevista a Juan Domingo Argüelles (segunda parte)

¿Aqué crees que se deba tal fenómeno?
“En los grandes países en que tienen una gran producción del libro digital y del libro impreso, como Alemania, como Francia, como Estados Unidos, se ha estancado en un 27, 28 por ciento la producción del libro electrónico, y por el contrario creció, al menos en un punto, la demanda del libro en papel, lo que quiere decir que eso que se había planteado como una catástrofe del libro en papel como la extinción de los dinosaurios, no ocurrió. Y entonces uno se pregunta: si la gente compra cosas, libros, un objeto valioso, bonito, bien hecho, puede abrir la vocación lectora de muchos o de algunas personas que estén en una familia que no sea necesariamente lectora, pero que les gustó el objeto como tal y lo tienen en casa”.
¿Has tenido problemas con la antología?, me refiero a que algunas antologías, sobre todo las publicadas en la década de los noventa, provocaban cierta controversia, por llamarlo de algún modo, ya que no estaban todos los poetas que tenían que estar… seguramente, y creo que es valido cuando se trata de la figura del antologador, para los poetas jóvenes quizás existió de tu parte algo de “compadrazgo”. Me refiero a que tal vez se trataba de algún amigo tuyo que de ninguna manera ibas a dejar fuera de tu antología…
“Es que yo planteó desde el principio una sentencia: los poetas no necesitan antologías. Los que necesitan antologías son los lectores, e incluso ni siquiera los lectores asiduos de poesía. Los que necesitan antologías son aquellos que leen poca poesía o que de plano no leen poesía. Entonces el propósito de la antología no es una complacencia, o autocomplacencia, para incorporar autores desde la preocupación de ¿qué se va a decir si no incluyo a fulano?, ¿qué se va a decir si incluyo a mengano? La idea es ofrecer un panorama general que fuese lo más ampliamente posible, y claro la complicaciones no son con los autores ya muertos o con los autores ya definidos sino con los autores que en estos momentos se encuentran en una creación, en una obra, yo diría que incluso la generación del cincuenta ya está decantada; las que aún no están decantadas son las de los sesenta, setenta, ochenta, noventa y todo lo demás… es más, me atrevería a decir que la del sesenta está en proceso de decantación, no obstante, en la década del cincuenta aún surgen preocupaciones de personas que dicen bueno, yo no estoy en la antología y soy esto, soy lo otro… y es que no puedes incluir a todos, por lo que mi búsqueda fue encontrar una diversidad de voces y de formas de escribir poesía para que un lector que no sabe nada de poesía o que sabe poco pueda lo mismo leer “El Brindis del Bohemio” que leer a Amado Nervo, González Martínez, Coral Bracho, Elsa Cross, Javier Sicilia… y autores todavía más jóvenes. Esta idea que señalas en torno a la polémica en torno a las antologías ocurre justamente cuando las antologías son parte de un grupo, o cuando a ti mismo te identifican con un grupo. Algo que dijo Mendiola hace poco en una reseña es que se trata de una antología de alguien que la hizo en solitario, y yo entiendo el concepto de la poesía en solitario como un lector que lee y que busca compartir lecturas con otras personas, y que tiene todo el derecho a hacerlo, pero para plantear eso no tendría mayor valor si yo armara la antología con lo que me gusta nada más a mí. Es decir, para qué hago una antología del gusto si esa antología va a tener repercusión solamente en las personas que comparten conmigo ese gusto y por supuesto con algunas personas cercanas, las cuales quizás por no discutir mi gusto no me van a reprobar. ¿Qué es lo que yo busqué en esta antología? Primero, calidad literaria que por mucho que pueda ser a veces considerada una entelequia o una abstracción, sí se puede definir, es decir, la calidad literaria se encuentra en un valor estético de la obra, en algo que además perdura. Por ejemplo, nadie duda de la calidad literaria de Salvador Novo, y claro que a uno puede gustarle algunos poemas más que otros pero no nos vamos a cuestionar si Salvador Novo es o no un gran poeta, como lo es también Octavio Paz, como lo es Carlos Pellicer, como lo es también Gilberto Owen, como lo es Sor Juana, y aquí no tiene uno problemas”.
Ya están definidos y se encuentran, por así decirlo, dentro del mismo cajón…
“Y el problema llega con la poesía reciente. Ya que existe la posibilidad de que los lectores jóvenes únicamente hayan leído poesía de gente de su edad y afines a sus intereses…”.
¿Cómo fue la selección entre los poetas jóvenes? Sé que es casi imposible conocer todo lo que se escribe de poesía en México actualmente. Sería una labor titánica la de contar con todas las publicaciones a la mano…
“Tengo muchos años en ello porque si me atreví a hacer el proyecto de la antología fue justamente porque tengo una gran biblioteca, y en ese sentido se trata de una biblioteca de trabajo, es decir, de lectura, pero también de relectura. No es que sea una biblioteca de libros antiguos ni de colecciones antiquísimas: es una biblioteca de trabajo. Y claro que tengo una gran cantidad de poesía, incluidos libros que no circulan en el ámbito comercial, es decir, yo viajo a los distintos estados de la república a impartir cursos, talleres y la gente te da sus libros, es la forma que tiene de circular la poesía, además de que es el género literario que más se practica. Y la otra parte, por supuesto, es Internet, porque también ha beneficiado muchísimo porque hoy puede uno leer poetas que antes no se podía acceder a su obra, e incluso hay autores que han publicado dos o tres libros en su estado y que además los comparten en una página que tienen en Internet. Lo que quiero decir es que tuve un corpus de investigación de aproximadamente 800 poetas, entre muertos, vivos y muy jóvenes, y de hecho algunos habían publicado nada más un libro, otros tenían mucho material publicado y por supuesto había que revisarlo…”.