Este próximo 30 de noviembre el gobernador del estado viajará a China con la intención de atraer inversiones para Zacatecas. Lo acompañarán el secretario de Economía, y dos personas para asistir a cada uno de ellos, y dos personas más de quien se desconoce su identidad. El viaje costará 350 mil pesos en total.
Aunque se advirtió que se invitó a las cámaras empresariales a que designaran tres personas para acompañarlos presumiblemente con cargo al erario, no se sabe si éstos aceptaron la invitación. Lo mismo ocurrió con los directores de medios de comunicación que recibieron la misma invitación, para que sirvieran como testigos de que el viaje era de negocios y no turístico.
El responsable del anuncio fue el secretario de Economía, a quien nos presentaron hace más de un año como un verdadero experto en la materia al que teníamos suerte de tener en Zacatecas.
Tan destacadas credenciales no lo libraron sin embargo de hacer evidente su desconocimiento sobre las políticas públicas en la materia que se han aplicado en los últimos años. Al menos así se deduce de la respuesta que el secretario dio al periodista Raúl Hernández cuando éste cuestionó la diferencia de este viaje con el hecho por Miguel Alonso Reyes en 2014; el secretario respondió que desconocía si se le había dado seguimiento a los esfuerzos de esa administración –de la que el actual gobernador fue parte- pero que sí una de las empresas con las que hablarán ya han sido visitadas con anterioridad, seguramente ellos mismos (los visitados) lo advertirían.
A través de un boletín se informó que los prospectos de inversiones son industrias del giro automotriz, mineras, mecánicas, manufactureras, generadoras de energía con desechos sólidos, y especializadas en soluciones de ingeniería para proyectos hidráulicos.
Empresas pues, que se interesen en hacer de Zacatecas un estado maquilador, con un beneficio generalizado: ellos tendrán mano de obra barata, nosotros podremos presumir que se crearon más empleos, sin importar que estos tengan un sueldo que a lo más será de dos salarios mínimos, con ínfima expectativa de crecimiento.
Ante esa crítica, se argumenta que la competencia entre empresas hará subir los sueldos, pero al mismo tiempo se confiesa que la misma empresa que en Alemania, Estados Unidos u otro país paga salarios más altos, aquí los reduce porque sabe que las otras opciones laborales pagan así de bajo. En un sector que tiene la coordinación suficiente para “boletinar” a los empleados con afanes sindicalistas para que nadie les de trabajo, ¿qué les impide acordar ofrecer todos bajos salarios?
Pero desde su perspectiva no hay nada que hacerse al respecto, más que subirse como garrapata al sector industrial y ponerse atento a las migajas que de los grandes negocios puedan surgir. Así lo exhiben cuando se les pregunta por el desarrollo endógeno, es decir por lo que se hace por los empresarios de Zacatecas que pagan impuestos aquí, que sus familias y arraigo están aquí.
La respuesta entonces es que si se ponen listos, puedan ser proveedores de las grandes trasnacionales, eso sí, habrá que ver quién puede competir con posibles consumidores cuyos volúmenes les permitan dar mejores precios, o gastos de envío más rápidos, etcétera.
Quizá nos estamos adelantando, después de todo ya se nos advirtió que las negociaciones durarán cerca de 18 meses y que es probable que la presencia del gobernador pueda requerirse nuevamente en otro momento.
Lo primero será esperar si se vuelve, como esperan, con las anheladas cartas de intención (que en el pasado ya vimos) que den fe de la posible inversión. Para ello será necesario encontrar en esas empresas que se visitarán planes de expansión a territorio mexicano, pues se antoja complicado que la presencia de un gobernador de un pequeño estado de un país del otro del mundo sea capaz de convencer a las grandes empresas de atraer sus inversiones, si no existía con anterioridad planes para expandirse en esta zona.
Habrá que lidiar para ello con la tensión entre México y China luego de que el país asiático demandara a México por la intempestiva cancelación del proyecto del tren México-Querétaro que había ganado una empresa de aquel país, todo esto luego del escándalo de la Casa Blanca.
Habrá también que ver si los chinos tienen expectativas más positivas que las de muchos analistas económicos que observan y analizan con prudencia las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio, y sobre todo las férreas medidas estadounidenses que buscan defender la economía de ese país limitando la importación de productos fabricados entre otros por, adivine usted, los chinos. Al tiempo…
