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jueves, 28 marzo, 2024
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En las redes es muy fácil denostar o agredir simbólicamente a través de las palabras

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Por: ALMA RÍOS •

■ En Internet, aquel que cometa un error puede ser víctima de un linchamiento virtual

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■ En el caso de la celebración de la diversidad sexual se aparejó una campaña no planeada de usuarios que manifestaron su rechazo: Sergio Contreras

Según una encuesta realizada por Sergio Contreras entre 500 usuarios de redes sociales de Zacatecas (Facebook y Twittter), 4 de cada 10 personas ignoran los comentarios que publican otros si son contrarios a su forma de pensar. “Es decir, no dialogan porque simplemente no coinciden con su ideología. Esta es hasta cierto punto una postura de intolerancia”.

El doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Zacatecas ofreció el dato obtenido el año anterior para explicar las agresiones producidas en la red de redes desde posturas discriminatorias que encontraron una motivación para sus ataques en la conmemoración este miércoles, del Día Internacional del Orgullo Gay.

Para hablar de la irracionalidad que transita por las redes sociales el académico centró también su atención en Twittter, que dijo, encarna más la violencia que Facebook, sobre todo de tipo político, ya que sus usuarios al manifestar su irritación hacia un objetivo pueden desencadenar la de otros y convertirla en un “linchamiento virtual”.

Ejemplificó con la campaña publicitaria de una cervecera que engañó al público difundiendo un video en que una presunta actriz rubia agrede a otra morena verbalmente, llamándola “prieta”.

En reacción a este material los usuarios de Twitter produjeron la etiqueta #LadyPrieta y el respectivo linchamiento contra, la que después se supo, era una modelo, acusándola de racista.

“Después la compañía cervecera anuncia que esto era un juego, que era parte de una campaña publicitaria. Pero ahí vemos cómo esos mecanismos de violencia simbólica se activan”.

El fenómeno también se exhibió hace cinco años en la Ciudad de México, mediante la instalación en el Museo de Memoria y Tolerancia denominada #tweetbalas, en la que una pistola de gotcha conectada a una computadora, se activó al conjuntarse grupos de 10 tweets discriminatorios (#naco, #indio, #gata, #zorra, #esdepobres, #eresputo, etc.), disparando contra la palabra “México”.

Como lo refirió la nota periodística del portal Animal Político, el arma disparaba cada dos minutos y medio, por lo que infiere que “una persona lanza un tuit discriminatorio cada 10 segundos en nuestro país”.

Sergio Contreras observó otra vez sobre el engaño de la cervecera, que la exposición de una presunta agresión motivada en la discriminación no provocó en las redes una discusión racional respecto del racismo sino una lapidación virtual contra la persona que cometió la falta.

Las redes sociales paradójicamente, no son entonces espacios que permitan la comunicación con “el otro”, ya que la interactividad se propone entre individuos ubicados en espacios físicos distantes y a veces desde el anonimato.

“Entonces si yo no le quiero contestar a la otra persona, como lo descubrimos en la encuesta, simplemente el 40 por ciento ignora su comentario o no dialoga con ella”, o es posible eliminar el contacto, bloquearla o agredirla, “si no estoy de acuerdo con su ideología”.

“Eso en la vida virtual es muy fácil. Es fácil liquidar la comunicación -entre las personas- no así en la vida real”.

De esta forma Internet se ha convertido en una especie de “tiro al blanco” donde aquel que cometa un error puede ser víctima de un linchamiento virtual. “Los linchamientos virtuales no son racionales, no son dialógicos”.

Polémica por el tema de la diversidad sexual

Las redes no son comunidad

La lectura coincide con la expuesta por el sociólogo Zygmunt Baumann en la entrevista que ofreció a Ricardo Querol para El País en enero de 2016, donde manifiesta que en las redes sociales se generan “sustitutos” de comunidad, ya que no son expresión de que se pertenece a una sino que tiene que creársele, y para ello “añadir amigos” o “borrarlos”.

“Controlas a la gente con la que te relacionas. La gente se siente un poco mejor porque la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de individualización. Pero en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales. Estas las desarrollas cuando estás en la calle, o vas a tu centro de trabajo y te encuentras con la gente con la que tienes que tener una interacción razonable. Ahí tienes que enfrentarte a las dificultades, involucrarte en un diálogo”, dijo también el filósofo polaco.

Sergio Contreras añadió por su parte que lo que ocurre en las redes sociales es reflejo de las circunstancias externas. En la Internet se expresan las emociones de las personas o grupos. En el caso de la celebración de la diversidad sexual se aparejó una campaña no planeada, dijo, de usuarios que manifestaron su rechazo, y que es parte también del tipo de sociedad que tenemos, pero en las redes, como ya se expuso, es muy fácil denostar o agredir simbólicamente a través de las palabras, fotografías o memes a un grupo social.

“Hay grandes estudios que han demostrado, sobre todo en Estados Unidos y en China, que las emociones negativas tienen mayor viralidad en las redes sociales digitales”. Así, la irritación, el hartazgo o el enojo se replican de manera más fácil que la alegría o la concordancia.

La Internet es un espacio abierto, común, en que se visibilizan y manifiestan todo tipo de posturas, expresiones políticas, ideológicas o religiosas, etc., dijo, pero la intolerancia, el extremismo o los fanatismos “llevan a las personas a liquidar o a dinamitar la comunicación con el otro”.

Paradójicamente propuso Sergio Contreras, si bien es cierto que las redes sociales virtuales corresponden a un espacio democrático para la libre manifestación de las ideas también lo es que este espacio es no-dialógico para la comunicación humana, pues las posturas se expresan desde una hiperindividualidad, como también lo señala Baumann.

Advirtió también que esta incapacidad para el diálogo y esta facilidad para la intolerancia y la violencia verbal e icónica puede degenerar en expresiones físicas como sucedió con el caso del denominado “Nazi Ruso”, y que también han ocurrido en Zacatecas en poblaciones de escolares que se agreden en redes pero luego se enfrentarse en la vida real.

“Vemos cómo la violencia que está en Internet que es una violencia simbólica y funciona en el sistema del lenguaje, las palabras, las imágenes o videos para denostar o atacar a alguien tiene repercusiones evidentes en el campo psíquico de las personas y puede tener repercusiones en la vida real”.

Ejemplo de “linchamiento” virtual

Hiperindividualización= no comunicación

En respuesta a la consideración del antropólogo pacifista Santiago Genovés, de que el ser humano no era un homo sapiens sapiens sino un homo faber, es decir, que no piensa sino que solo fabrica cosas, y que utilizó para señalar la falta de avances humanísticos desde la época de la Grecia Clásica pero sí tecnológicos, y que puede vincularse a la celebración del 10 aniversario de la aparición del IPhone, celebrada por su creador entonces como una herramienta para la comunicación, Sergio Contreras observó que efectivamente se le ha dado a las nuevas tecnologías una carga valorativa superior a la que en realidad tienen.

Esto es parte de esta sociedad de consumo, de mercado, que le ha otorgado atributos “especiales” a los aparatos, los Iphones, laptops, teléfonos o televisiones inteligentes. “Lo único que han hecho con los aparatos, es que han individualizado más a las personas”, dijo.

Citó ahora un estudio de la Anuies (Asociación de Universidades e Instituciones de Educación Superior) realizado el 2016, según el cual en México 80 por ciento de los jóvenes “no pueden salir de su casa sin el teléfono móvil”.

“Es decir le dan una carga valorativa a los aparatos superior a lo que valen intrínsecamente y lo hacen parte de la persona”, lo convierten en parte de su individualidad.

Un fenómeno observable también en las redes sociales, habló ahora de Facebook, donde la gente construye su perfil, lo diseña de acuerdo a sus gustos, hábitos, preferencias para convertirlo en su espacio individualizado.

“Entonces parecería que las redes sociales son una red de personas hiperindividualizadas que se comunican con otras personas. Pero el vacío que encarnan estas redes en la actualidad es un vacío de colectividad y de solidaridad, que efectivamente es lo contrario a la individualidad”.

Vivimos en una sociedad hiperindividualizada en la que cada sujeto defiende su postura ideológica o existencial sobre la base de distintos valores, distintos marcos referenciales, algunos que pueden llegar a ser fundamentalistas y extremistas, pues no reconocen que hay otras formas de vida y de existencia.

Las personas en este contexto emiten mensajes para sí mismos y luego para el otro. Por ejemplo quienes suben selfies, “se toman para ellos; lo que yo comunico en la red es primero para reafirmar lo que soy, después viene posiblemente la comunicación con el otro. Ahora, si alguien no está de acuerdo conmigo, pues simplemente lo ignoro, lo borro, lo bloqueo o lo agredo. Están esas opciones primero, y al último, la comunicación racional”.

Otra vez puede encontrarse en esta lectura una concordancia Baumann, quien observó en la entrevista ya citada que, “mucha gente usa las redes no para unir, no para ampliar sus horizontes, sino al contrario, para encerrarse en lo que yo llamo zonas de confort, donde el único sonido que oyen es el eco de su voz, donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara. Las redes son muy útiles, dan servicios muy placenteros, pero son una trampa”.

 

 

 

 

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