■ Corporaciones municipales, las más vulnerables a control de delincuentes: Luis Chavira
Los actos de privación ilegal de la libertad que han tenido como objetivos a policías municipales de Nochistlán, General Enrique Estrada y Calera, podrían ser un mensaje de algún grupo del crimen organizado tras el cambio de mando en la Secretaría de Seguridad Pública, propuso como hipótesis, el docente investigador en la Unidad Académica de Derecho de la UAZ, Jorge Luis Chavira Sánchez.
Al académico dijo que existe la posibilidad de que el relevo haya afectado las operaciones de alguno de los grupos delincuenciales. Pero también, tal como expone la ocurrencia de estos fenómenos no sólo en Zacatecas, sino en el país, implicaría “sin temor a equivocarme” el que “las instituciones están penetradas” por este tipo de delincuencia.
Como explicación general a la reciente privación ilegal de la libertad de seis policías municipales en diferentes acontecimientos, dos de los cuales fueron devueltos por sus captores este 28 de junio (24 horas después de cometido el ilícito), el también ex subprocurador de Justicia del Estado expuso que el problema de la inseguridad por la actividad del crimen organizado se extiende por todo el territorio nacional y que son las policías municipales las más vulnerables a su control y sometimiento.
Los elementos de las corporaciones de policía preventiva radican en las poblaciones donde prestan su servicio, tienen bajos salarios y poco apoyo para ejercer sus funciones, además de que carecen en su mayoría de la capacitación y los insumos necesarios para hacer su trabajo.
Al no corresponderles el combate a la delincuencia organizada, sus elementos no se confrontan directamente con ella y cuando son “acotados” por la misma, es “única y exclusivamente para que les sirvan de informantes (…) entonces cuando sucede un cambio de la naturaleza que ocurrió aquí en Zacatecas, la delincuencia organizada se siente un poco vulnerada y es cuando reacciona en estos términos. Pero digo, es una hipótesis”.
“Entonces cuando no se responde a los intereses del crimen organizado sucede el fenómeno que estamos padeciendo en la actualidad. Y efectivamente, eso provoca en toda la ciudadanía una situación de incertidumbre”, ya que la sociedad “palpa” cómo va creciendo el problema de la inseguridad de tal manera que sus presuntos protectores son también víctimas de la delincuencia, pero también porque se reiteran a diario los casos de asesinatos sin resolver, “pero se debe a eso, se debe a que han sido penetradas las instituciones y a que el Estado no ha cumplido con su función”.
Chavira Sánchez sostuvo que el problema detrás de éste y otros acontecimientos que exhiben cada vez variantes más alarmantes respecto de la situación de la inseguridad pública en la entidad, es que aunque se argumente que el actuar de la delincuencia organizada es un fenómeno generalizado en el país y que su combate corresponde al ámbito federal, la responsabilidad de la seguridad pública en la entidad es ineludible para el Ejecutivo del estado.
“Es él quien debe establecer con precisión el programa de acción que tiene que realizar para abatir la delincuencia organizada”.
Dijo que el gobernador Alejandro Tello “no sabe o tiene muy malos asesores o no entiende lo que debe hacer”, pues desde el inicio de su sexenio no se ha concretado “un programa de combate a la inseguridad, no lo conocemos. No existe. Y tan no existe que el anterior Secretario de Seguridad Pública, reconoció que no lo tenía”.
El ex director de la Unidad Académica de Derecho y ex titular de la antes denominada Dirección de Asuntos Jurídicos de Gobierno del estado, detalló que no se han establecido programas de prevención del delito, de capacitación y fortalecimiento de todos los cuerpos policiacos.
“Esperemos que el secretario de Seguridad Pública que llegó, que ya lo manifestó y más o menos parece que sí tiene idea bien de lo que debe hacer en el estado de Zacatecas lo realice, porque ni siquiera existe un mapa delictivo en el estado. No sabemos qué está pasando”, expuso.
Dijo que suceden hechos en diferentes partes de la entidad de las que se sabe por las redes sociales o por lo que dicen los medios de comunicaciones, pero desde Gobierno del Estado no se precisan los municipios que se ubicarían como focos rojos, “cuáles son los amarillos y cuáles son los naranjas y en dónde no hay delincuencia. No tenemos ese mapa. Y si existe no lo dan a conocer por qué razón, no sé”.
Tras responderse a la exigencia de la ciudadanía, una serie de diputados, y aun de los propios efectivos policiacos, de la destitución del anterior titular de la Secretaría Seguridad Pública, Froylán Carlos Cruz, a quien ha sucedido Ismael Camberos Hernández, el académico sostuvo que el tema no reside en quien encabeza la titularidad de la dependencia sino en lo que haga el Gobierno del Estado en su conjunto.
“Si al estado no le interesa el combate a la delincuencia, así podrá tener el mejor Secretario de Seguridad Publica del mundo y no la va a abatir porque no lo dejan actuar (…) se necesita simple y sencillamente que haya interés y voluntad de llevar a cabo las acciones para abatir la delincuencia, y a quien le corresponden es al Ejecutivo del estado. Yo espero que ya esté pensando seriamente en esta situación y lleve a cabo su plan de acción”.
Criticó asimismo la negativa “por reserva”, de dar a conocer el programa de seguridad pública para la entidad, que solicitaban incluso diputados a la 62 Legislatura, pues dijo, en los programas se establecen las acciones a realizar pero no cómo se ejecutarán. Por ello consideró la excusa “muy vaga y muy imprecisa. Lo cierto es que no tenemos un programa”, aseveró.
“Lo cierto es que el Ejecutivo no tiene un programa ni idea tiene de cómo debe combatirse la inseguridad”.
Agregó por último que el fenómeno seguirá latente porque no se encuentra aislado de la política económica del país que no ha permitido el desarrollo de su aparato productivo, que proporcione a los mexicanos y zacatecanos trabajos dignos.
“Mientras no se generen empleos, el problema de la inseguridad siempre lo vamos a tener presente. Y yo no lo digo, lo dice el criminólogo Rafael Ruíz Harrell”.
