Alba de Papel Hacia una nueva ley de cultura que promueva la participación solidaria

Con poco tiempo en su divulgación, justo hoy vence el plazo para inscribir una ponencia para el Primer Foro de Consulta a favor de la creación de una nueva Ley de Cultura, que responda a los desafíos de la nueva realidad, bajo una ráfaga adversa que duramente golpea a este sector en Zacatecas.
La Comisión de Desarrollo Cultural de la LXIII Legislatura Local, en medio de la turbulencia política, económica, sanitaria y moral, decidió abrir un espacio a la interlocución de voces y propuestas distintas en torno al tema cultural, con una convocatoria que emitió el pasado 8 del mes en curso, dirigida a creadores, investigadores, promotores, académicos y sociedad en general, interesados en su creación y que sustituya a la de 2003, que fue realizada con una clara orientación a los municipios, confiriéndoles un papel estratégico en la alineación de la política pública para el desarrollo cultural del Estado.
Han pasado 17 años y a la fecha, no toda la comunidad artística ni la población en general, conocen de la existencia de esta Ley, que habría que decirlo, no se ha aplicado a cabalidad, porque en sí misma la palabra ley provoca escozor por la marginalidad de que es objeto en este País, ya en plural, convertidas en muchas ocasiones, en instrumentos de la simulación y el camuflaje, que responden a intereses particulares de marcada exclusión.
Ante la palpable incertidumbre: falta de incentivo y de empleo, ausencia de claridad y abandono paulatino de los municipios, esta iniciativa, podría ser oportuna para aprovechar la coyuntura política de los aspirantes a la gubernatura de Zacatecas, obligándolos a incluir en su discurso, el tema de la cultura, para reforzarlo en un futuro que no pinta nada bien.
Las temáticas que suscribe la convocatoria son desarrollo cultural municipal, formación artística y profesionalización, industrias culturales, formación de audiencias, participación social y democrática, organización, cultura regional, descentralización, modernidad y desarrollo cultural; los temas pudieron obviarse porque desarrollo municipal, cultura regional y descentralización son afines y excepcionalmente críticos, debido a la pauperización del patrimonio cultural intangible, violencia, equidad de género y drogadicción que lamentablemente prevalecen en el territorio zacatecano.
Hubiera sido idóneo incluir en dicha convocatoria, uno o varios apartados para derechos culturales, medio ambiente, alimentación tradicional, tecnologías y comunicación, fomento a la lectura (librerías y bibliotecas), Investigación para la preservación y pueblos indígenas (En la Entidad coexisten y en niveles muy altos de pobreza, más de 10 grupos provenientes de Jalisco, Nayarit, Sonora, Oaxaca, Querétaro y Estado de México), su inclusión es inminente porque representa un adeudo histórico para con los pueblos originarios.
Es muy probable, que los artistas y gestores independientes –desprotegidos de toda seguridad social, aspiren a que haya mayor reconocimiento a su heroica labor casi siempre desapercibida y mal remunerada-, pero quizá, sea muy arriesgado para la Comisión convocante, insertar una cláusula sobre su derecho a cobrar con dignidad, porque si se habla de una ley, es su derecho y debería ser instrumentarse y ponerse en práctica para darles la dignidad que merecen.
Ojalá que en lo relacionado a participación social, no se limite a los patrones establecidos de contar con ciertas personas y grupos afines, sino que realmente establezca la prioridad de la construcción de ciudadanía y evite el carácter central y vertical que ha caracterizado a la política pública no sólo en Zacatecas, sino en toda la nación mexicana.
La cultura es un bien de primera necesidad y la posibilidad puesta en el horizonte, de una nueva ley, tendría que centrarse en la cooperación solidaria de todos aquellos que participan en el quehacer cultural, proponiéndose como meta, vincularse con medio ambiente, educación, turismo y economía.
Los principios serán respeto a la libertad creativa y a las manifestaciones culturales, igualdad de culturas, reconocimiento de la identidad y dignidad de las personas, igualdad de género y mejoramiento de la calidad de vida de los distintos actores. Son fines elevados porque tienen que ver con la libertad y tenemos derecho a luchar por ellos. Porque este primer foro de consulta y análisis, a celebrarse el próximo miércoles 28, valga la pena y sea consciente de lo que pretende lograr. Con seguridad intervendrán creadores y gestores culturales que tienen mucho que aportar.