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jueves, 18 abril, 2024
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“La fuerza de las mafias está afuera de las mafias”: académico

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Por: ALMA RÍOS •

Magistrados, empresarios, políticos, “viven de relacionarse con ellas”: Francesco Forgione
Señala que la desigualdad y la exclusión social son terreno de cultivo para criminales
El proceso de lavado de dinero no puede ser realizado “por cuatro bandidos calabreses” con sombrero como lo muestra el filme de ‘El Padrino’, sino banqueros, abogados, etc.

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No es el filme de ‘El Padrino’. “La fuerza de las mafias está afuera de las mafias”. En las relaciones sociales normales establecidas entre éstas y abogados, notarios, directores de bancos, magistrados, empresarios, políticos, medios de comunicación, etcétera, que precisamente, “viven de relacionarse con ellas”.

En este momento son las organizaciones criminales quienes poseen “el capital social” porque su fuerza económica lo determina, ya que si la legalidad no garantiza los derechos humanos y civiles de la población “no es percibida como socialmente útil”, expuso Francesco Forgione, ex presidente de la Comisión de Investigaciones sobre la Mafia en el Parlamento de la República Italiana.

Por esta razón, dijo, debe superarse una visión exclusivamente represiva, punitiva o judicial para abordar el combate a las organizaciones delictivas.

Es la desigualdad y la exclusión sociales, que se verifican en territorios donde no hay programas de política pública para enfrentarlas, y donde el derecho al trabajo no está garantizado, “un terreno de cultivo donde las mafias van a ejercer su hegemonía cultural y social”, expuso.

Es allí donde las organizaciones criminales manifiestan una capacidad de respuesta a estas problemáticas que el Estado no tiene; un tema al que agregó la importancia de la formación cultural.

En Italia, compartió, “trabajamos muchísimo con la escuela” para generar un sistema vinculante de derechos por la vida y las relaciones humanas entre hombres y mujeres a partir del fomento al respeto de estas últimas.

Francesco Forgione expuso este tema como fundamental para el combate a las mafias, porque “en el fondo son organizaciones patriarcales, machistas, reaccionarias”.

En este sentido, impulsar los derechos de las mujeres es una de las primeras cosas que “pueden construir una cultura alternativa”, sostuvo.

El también periodista siciliano estuvo en Zacatecas conjuntamente con Gabriella Stramaccioni, coordinadora nacional de “Libera”, una asociación antimafia, para compartir con el Consejo Ciudadano de Zacatecas su experiencia en el combate de las organizaciones delincuenciales mafiosas desde 1994, que han constituido para aquel país un cambio de paradigma en el tema.

Al Consejo Ciudadano de Zacatecas se integran entre otras, las representaciones de la Coparmex, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, la Canirac, la Canacozac; y las universidades Autónoma de Zacatecas, de la Vera Cruz, y el Tecnológico de Monterrey, entre otros actores sociales.

La visita del ex diputado italiano y la defensora de derechos humanos, fue posible gracias a la gestión del subsecretario de Prevención Social del Delito, Armando García Neri, quien explicó Francesco Forgione, estuvo en aquel país, concretamente en Perugia, para atestiguar el trabajo social que se realiza en campos confiscados a las mafias.

 

¿Existe frontera entre lo legal y lo ilegal?
El lavado de dinero de las tres organizaciones criminales históricas de Italia ha sido cuantificado en su facturación anual entre los 120 y los 150 mil millones de euros. “Claro, solamente una parte de eso va a reproducir las actividades criminales, la otra, se va a limpiar en el sector legal de la economía”, dijo Forgione.

“¿Pero dónde está la frontera entre la economía ilegal y la ilegal, cuando anualmente una masa similar de capitales va a limpiarse en esta última? Ese es el tema”, propuso la reflexión.

El proceso de lavado de dinero no puede ser realizado “por cuatro bandidos calabreses con sombrero como lo muestra el filme de ‘El Padrino’, sino por empresarios, directores de banco, abogados internacionalistas y políticos “que van a favorecer eso”, reiteró.

 

Italia, cuna de la mafia
Francesco Forgeone es también profesor de historia y sociología de las organizaciones criminales en la Universitá degli Studi dell’Aquila. Dijo que Italia fue el país productor en el siglo 19 de un fenómeno que a nivel mundial ha sido conocido como la “mafia”. Pero también (y no sin un pago de sangre por quienes la han combatido), ha producido un cuerpo normativo y de experiencias sociales derivadas de esta añeja confrontación.

Oficialmente “la mafia” fue conocida hasta mediados del siglo 20, pero el cambio en el paradigma de su combate llegó hasta 1982 después de que ocurriera el asesinato de un diputado del Partido Comunista “que había pensado la ley” contra ella. Tras su muerte, esta ley fue aprobada.

 

Tipificación legal de organización mafiosa
Parte nodal de la ley antimafia italiana es la definición de la figura jurídica de “organización criminal mafiosa” que la caracteriza por sus vínculos internos de secrecía exigida a sus miembros, peculiaridad que trasladan al ámbito social.

La mafia tiene como misión el mantener un control territorial mediante el poder de la intimidación de la violencia y la extorsión. De esta manera condiciona al mercado, pues sustituye dos funciones fundamentales de la autoridad, el poder fiscal (cobros por ejemplo, de derecho de piso), y el poder de “ejercer la justicia”.

“Eso cambia las relaciones entre la ciudadanía y las instituciones porque otro poder va a sustituir al poder legítimo y democrático.

La tercera característica de una “organización criminal mafiosa” es la acumulación de riqueza (bienes y dinero) a través de las licitaciones públicas, los contratos, y el control del voto al momento de las elecciones.

La modificación del paradigma de su combate en Italia implicó que por primera vez se constituyera en delito la sola participación en una organización delincuencial de este tipo sin cometer otros como el robo, el asesinato, el secuestro, etcétera, misma que puede derivar en una sentencia carcelaria de entre cinco a 20 años.

La vinculación a una organización tipificada como mafiosa implica asimismo automáticamente, la incautación de los bienes y propiedades de la persona y un proceso que puede culminar con la extinción de dominio sobre ellos.

“Esa fue una ley muy importante porque golpear solamente con una condena carcelaria a los mafiosos es importante, pero golpear su riqueza y su patrimonio es mucho más importante”, dijo el ex legislador.

“Un jefe de la mafia en la cárcel sigue comandando”, pero cuando se le incautan el patrimonio y la riqueza además de perder este poder, simbólicamente pierde también el que implica la fascinación social que ejerce la fuerza criminal sobre todo en los jóvenes de las áreas más marginadas, y desalienta por tanto su deseo de adherirse a ella.

 

Destino social de bienes incautados a la mafia
En Italia hay también una ley que prevé que los patrimonios y riqueza de los mafiosos tengan un destino y un propósito sociales. En el palacio del jefe de la famosa mafia siciliana la Cosa Nostra, Salvatore “Totó” Riina, también apodado La Bestia, “hoy hay una escuela”, expuso.

Y en las tierras de muchos jefes mafiosos se han establecido cooperativas de producción entre los municipios y el Estado italiano donde los jóvenes trabajan para producir aceite, papa, vino, etcétera.

De esta manera se construye socialmente una relación simbólica entre el combate a la mafia y la redistribución social de la riqueza generada ilegalmente.

“Eso es muy importante para nosotros”. La incautación, la confiscación y la extinción de dominio de los bienes de los mafiosos no son medidas penales que se ejecutan al final de un proceso judicial como parte de una sentencia “sino una medida de prevención”.

La confiscación o incautación de bienes puede generarse simplemente con la demostración de la existencia de una incongruencia entre los ingresos por el trabajo que desempeñe una persona y los bienes y dinero que posea. Es decir, cuando se hace manifiesta una “riqueza inexplicable”.

Esta medida tiene una doble función, la de ser un medio social de prevención del delito y de constituirse en una forma de redistribución social de los patrimonios de los mafiosos.

Otra vez respecto de la reconstrucción de un “capital social” que impulse valores sociales distintos a los que las mafias ofrecen, por ejemplo, ante la apología del delito en aras de la obtención de una riqueza fácil, la consolidación de una cultura solidaria, Francesco Forgione dijo que era necesaria una organización ciudadana autónoma que confronte la política del gobierno a fin de presionar para lograr los cambios necesarios.

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