El 19 de enero de 1943 el Presidente Manuel Ávila Camacho, creó el Instituto Mexicano del Seguro Social como forma de garantizar el acceso integral de los trabajadores al desarrollo y, en el Diario Oficial de la Federación, publicó la Ley del Seguro Social. El IMSS fue creado como un organismo público descentralizado con personalidad y patrimonio propio, e inició actividades el 1 de enero de 1944.
Su objetivo principal es garantizar el derecho humano a la salud, la asistencia médica, la protección de los medios de subsistencia, y los servicios sociales necesarios para el bienestar individual y colectivo.
De esta manera, la justicia social, que fue un anhelo de la Revolución Mexicana, quedó plasmada en la fracción XXIX del artículo 123 de la Constitución de 1917, que a la letra indica: “Es de utilidad pública la Ley del Seguro Social, y ella comprenderá seguros de invalidez, de vejez, de vida, de cesación involuntaria del trabajo, de enfermedades y accidentes, de servicios de guardería y cualquier otro encaminado a la protección y bienestar de los trabajadores, campesinos, no asalariados y otros sectores sociales y sus familiares”.
Algunas ventajas de la Ley del Seguro Social: elevar las condiciones de vida de un importante sector de la población mexicana; aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores; mantener estables las relaciones obrero-patronales, al eliminar intermediarios que perjudicaban a ambas partes, por la disputa en el pago de prestaciones económicas; aprovechar los ahorros con fines de crédito productivo y de utilidad colectiva; abrir nuevas fuentes de trabajo en obras de interés público, así como uniformar las prestaciones sociales de los trabajadores, contrarrestando las competencias basadas en la mano de obra barata.
Con anterioridad a la creación del IMSS, existen antecedentes a partir de que México logró su Independencia. En 1825 se incrementa la actividad jurídica en el área de salud y el Bando de Policía y Buen Gobierno se ocupa de limpieza urbana; manejo de alimentos; algarabía; desorden público y convivencia con animales; sin embargo, más que práctica, son formalismos jurídicos.
El clero no se enfrenta inicialmente al Estado con motivo del área sanitaria. El doctor Ignacio Chávez cita, que terminada la guerra ya sin el Santo Oficio y sus prohibiciones, se recibieron libros, instrumentos y noticias del movimiento médico de Europa, sorprendiendo sobre todo las ideas de Francia.
La fe cristiana, y su actividad hospitalaria, hizo crisis en 1831, durante la Primera República Federal, con la supresión del Protomedicato. Dos años más tarde, Valentín Gómez Farías, asesorado por el doctor Mora, clausura la Universidad Nacional y Pontificia de la Escuela de Cirugía, obra que deshace Santa Anna al restablecer las universidades que existían antes de esta reforma, ordenando al Colegio de Medicina que entregara, a las monjas de Santa María de Guadalupe, todo el material utilizado en la enseñanza. Maximiliano (1864-1867) hizo resurgir el interés por la salubridad y los hospitales. El Consejo General de Beneficencia y el Consejo de Salubridad funcionaron activamente a través de la policía.
Juárez heredó las actividades estatales de salud sin acción unificada, como uno de tantos ángulos de poder disperso de los gobiernos locales sobre el central, pero no logró nacionalizar los edificios destinados a la beneficencia. Lerdo de Tejada, nueve años después, se enfrenta al clero, personificado en las Hermanas de la Caridad, y las expulsa de todos los hospitales del país. Surgen fundaciones médico-hospitalarias como la Beístegui; la Filantrópica Mexicana; la Francesa; la Española, y la Inglesa. La medicina privada, promovida por el Estado, cobra auge.
En 1872 se aprueba el Consejo Superior de Salubridad, por la Secretaría de Gobernación, y la Dirección de Beneficencia Privada absorbe los hospitales previamente expropiados al clero.
Según la Constitución de 1857, la salubridad no era competencia de la Federación, y da la responsabilidad a Estados y Municipios. Sólo lleva a cabo programas epidemiológicos en fronteras y puertos. En 1908 se modifica la Constitución para encomendar a los Poderes de Unión, la Salubridad General de la República.
Se inicia así lo que se expresa en el artículo 73 de la Constitución de 1917, al crearse el Departamento de Salubridad (ahora Secretaría), y el Consejo General de Salubridad General. El cabal desarrollo del hombre, emanado como derecho social, es el espíritu del movimiento armado de 1910 y escrito en la Constitución de Querétaro. El Estado se vuelve rector de la vida y la Revolución precipita un alud legislativo y jurídico que protege la salud de la población.
El artículo 73 constitucional surge en 1917; en 1925 se crea la Dirección de Pensiones; en 1927, la Ley de Beneficencia Pública; en 1929, la Asociación Nacional de Protección a la Infancia; en 1931, la primer Ley Federal del Trabajo con enfoque fundamental a los accidentes; en 1934, la Ley de Coordinación y Cooperación de los Servicios de Salubridad; en 1937 se crea la Secretaría de Asistencia; en 1942 surge la Ley de Asistencia Privada; en 1943 se fusiona Salubridad y Asistencia, y surge la Ley del Seguro Social como continuación del derecho laboral, absorbiendo los problemas de salud del trabajador.
