Editorial Gualdreño 645
El Día Internacional del Libro se celebró la semana pasada y en Guadalupe, Zacatecas se llevó a cabo la presentación de La biblioteca zacatecana. Panorama de treinta libros determinantes, una obra de Edgar A. G. Encina y Ezequiel Carlos Campos editada por la Universidad Autónoma de Zacatecas. El ISBN del libro es 978-607-555-226-2 y por ahora, de acuerdo con lo que nos informó uno de sus autores, Edgar A. G. Encina, “se trata de una edición digital. La edición física llegará el próximo año y será limitada, apenas los números suficientes para los autores y los 30”; la edición digital, sin embargo, se encuentra en el repositorio institucional de nuestra Máxima Casa de Estudios y puede ser consultada desde cualquier dispositivo electrónico (1).
Es en la página de la agencia ISBN en donde encontramos la reseña que compartimos a continuación:
“La biblioteca zacatecana. Panorama de treinta libros determinantes es una edición de crítica textual en torno a las aportaciones de la literatura regional a través de su historia. El estudio parte de un enfoque revisionista que pretexta los doscientos años de la fundación del Estado Libre y Soberano de Zacatecas y el treinta aniversario del nombramiento de la capital como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. El documento está elaborado a partir de una metodología novedosa en la que discuten, discurren y dialogan las bibliotecas de Edgar A. G. Encina y Ezequiel Carlos Campos. Es a partir de estas fuentes bibliográficas, documentales y el estudio de la recepción de las creaciones artísticas e intelectuales producidas a lo largo de los siglos XIX, XX y XXI en el campo literario que se elabora un panorama histórico-filológico por la treintena de obras más determinantes en el campo literario.
El libro contiene el «Estudio preliminar», la «Selección» de obras, «El lado B de la selección» y la «Bibliografía». El «Estudio preliminar» ahonda sobre las problemáticas bibliográficas, históricas, filológicas y literarias que contraen este tipo de trabajos y resuelve la elaboración de la «Selección» de las obras poniendo énfasis en la trayectoria de los autores, la trascendencia de los impresos y el impacto de ambos en la cultura regional. «El lado B» es una sección que considera otros treinta títulos y autores que, a pesar de su impacto lectoral, aún falta tiempo para considerar si permanecerán en el imaginario humanista zacatecano. La «Bibliografía» es, por su parte, uno de los aportes fundamentales de la investigación porque reúne dos corpus librarios para superponer las coincidencias, divergencias y realidades del consumo bibliográfico y su impacto en las comunidades letradas.
Es menester señalar que en el trabajo formal del documento participó José Antonio Sandoval Jasso como editor-formador, Ilse Ovalle colaboró con el diseño artístico y la imagen de portada que muestra a los autores en posición dialogante, Marco Antonio Flores Zavala redactó la cuarta de forros y Alejandro García Ortega fue el lector fino” (2).
Los treinta libros en cuestión, considerados como determinantes, fueron seleccionados “por su calidad, la presencia en la crítica y la valoración de los lectores”; y entre ellos se encuentran: Libro del abandono, de Javier Acosta Escareño; Bosquejo histórico de Zacatecas, de Elías Amador; Para asuntos comerciales, de Javier Báez Zacarías; Jugaré contigo, de Maritza M. Buendía; Obra poética, de Roberto Cabral del Hoyo; Obras poéticas, de Fernando Calderón; Zacatecas: barro que suena a plata, de Veremundo Carrillo Trujillo; Un hombre, una mujer y un mirlo, de David Castañeda Álvarez; Colección de varias composiciones poéticas de señoras zacatecanas. Arregladas exprofesamente para la Exposición de Chicago en 1893; Árboles petrificados, de Amparo Dávila; Una bizarra melancolía. La tradición plástica en Zacatecas, de Jánea Estrada Lazarín; Con la sed en los labios, de Enrique Fernández Ledesma; Ficcionario de teoría literaria, de Carmen Fernández Galán Montemayor, Gonzalo Lizardo y Maritza M. Buendía; Nunca más su nombre, de Joel Flores; Los decimonónicos, de Marco Antonio Flores Zavala; La noche del Coecillo, de Alejandro García Ortega; Hemeroteca, de Raúl García Rodríguez; Ese cuerpo no soy, de Verónica G.Arredondo; Ojalá estuvieras aquí, de Alberto Huerta; Abrir la verja de hierro, de Fayad Jamís; Memorias de un basilisco, Gonzalo Lizardo; Solo y sin bolsillos para meter las manos antes de llorar, de Óscar Édgar López; Obras, de Ramón López Velarde; El resplandor, de Mauricio Magdaleno; Teoría de las catástrofes, de Tryno Maldonado; Ánima Ascua, de Juan José Macías; Cañón de Juchipila, de Tomás Mojarro; Donde deben están las catedrales, de Severino Salazar; Un (ejemplo) salto de gato pinto, de José de Jesús Sampedro; y Los recursos de la persuasión. La portentosa vida de la muerte de fray Joaquín Bolaños, de María Isabel Terán Elizondo.
Enhorabuena a los autores de La biblioteca zacatecana. Panorama de treinta libros determinantes y a quienes aparecen en la selección. Muy honrada y agradecida por la inclusión de mi libro, desde ahora me encuentro revisando ya cuáles de estos títulos faltan en mi biblioteca. ¿Cuáles le faltan a usted?
Que disfrute su lectura.
Jánea Estrada Lazarín
(1) http://ricaxcan.uaz.edu.mx/jspui/handle/20.500.11845/3717
(2) https://isbnmexico.indautor.cerlalc.org/catalogo.php?mode=detalle&nt=435932