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jueves, 28 marzo, 2024
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Antología de poesía mexicana: entrevista a Juan Domingo Argüelles (última parte)

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Por: ÓSCAR GARDUÑO NÁJERA •

Respecto a la centralización de la cultura.
“Sí, era una queja, pero tal fenómeno no siempre es cierto. Cuando se realizó un proyecto hasta cierto fallido pero importante en Conaculta de hacer las antologías poéticas por Estado se mostró que había muchos valores en la poesía que eran consubstanciales al lugar, por lo que a lo mejor un queretano se identificaba con ciertos autores de Querétaro, pero que no necesariamente trascendían los valores literarios hacia un panorama nacional, y esto generó que las antologías pudieran ser unas gruesas antologías de autores muy menores que se compartían con autores, digamos, muy mayores, y que terminaban por ser de alguna manera no antologías sino compendio de la poesía de ciertos lugares. Y convencer a una persona que ama tanto a su región, a su literatura, a sus poetas locales es muy complicado, por lo que sólo se puede decir sí lo leí, no lo consideré porque tiene estos autores que consideré más importantes. Y esto pasa no solamente a nivel local, pasa, geográficamente, desde un punto de vista continental”.
¿Por ejemplo?
“Para un argentino es obvio que un autor como Juan Gelman, lo mismo que para un mexicano, es un autor que pertenece al mismo idioma, independientemente de que sea mexicano o argentino, a Gelman lo tenemos todos presentes en la consciencia. Muy distinto es cuando uno habla de López Velarde, quien es un autor muy importante para la poesía mexicana y, sin embargo, para los argentinos, Velarde no tiene la misma dimensión salvo para Borges y Bioy Casares, quienes incluso se sabían de memoria “La Suave Patria”, lo recitaban, y Borges asegura que se trata de un poeta extraordinario, mejor, en algunos momentos, que Lugones. Y lo que tenemos es un conocimiento parcial de las cosas y las antologías no son la excepción: muestran un panorama que siempre será una parcialidad y que en tanto sea cada vez más acotado por el único gusto o por el único sentido del gusto y de la amistad se convierte en menos antológico, porque la antología parte de un principio reducido y, claro, hay otra cosa cada vez más alta que la antología, que es la crestomatía, esto que presento no es una crestomatía, lo que sí será la etapa que sigue a la antología esencial, porque debo decir que la antología esencial son 100 autores, de esos 268, más bien 99 más uno, que es Gerardo Déniz, que no está en la antología general, y que comprenderán una muestra portátil de lo que tú me señalabas en un principio: queremos un volumen que se pueda llevar y que siga siendo una muestra más parcial de la primera parcialidad. Esta última etapa del proyecto antológico de la poesía mexicana sí pretende ser una crestomatía y es la antología mínima de la poesía mexicana, y hablamos de un proyecto cuyos poemas todo mexicano debe tener presentes”.
¿Cuáles son esos poemas?
“Alguien, por ejemplo, diría: yo creo que el poema que todo mexicano debería conocer es ‘Piedra de Sol’ de Octavio Paz. No lo sé. Pero en el caso de Paz hay varios factores, por lo que lo mismo puede ser el ‘Nocturno de San Idelfonso’. Y de lo que estamos hablando en efecto es de una crestomatía, y quiero insistir en ello. Con todas sus deficiencias, que ya descubrió Gabriel Zaid hace mucho en el ‘Nocturno a Rosario’ de Manuel Acuña, es el Nocturno indispensable dentro del conocimiento del mexicano, esto es una pregunta y la respuesta es complicada, porque lo mismo podríamos decir, por ejemplo, de ‘El Brindis del Bohemio’.
Cuéntame más acerca del proyecto de la Antología mínima…
“Será un volumen más breve y más complicado, porque ya tenemos a los autores que son los que tienen que estar, pero ahora el trabajo viene en preguntarse qué poemas son los que se deben incluir, porque si tú dices Silvestre Revueltas para la música o Carlos Chávez, los de música sabrán cuáles son las piezas musicales que son fundamentales dentro de la historia de la música mexicana. En el caso de la pintura, cuando se habla de Diego Rivera, de Orozco, de Siqueiros, de Tamayo, también los que saben de pintura tienen claro cuáles son los cuadros o murales que son indispensables dentro de la historia de la pintura mexicana. Y en la poesía también existe, pero para cada lector puede ser una cosa distinta. Por ejemplo, desde mi perspectiva de lector, el poema que se tendría que incluir de Octavio Paz podría ser no ‘Piedra de Sol’ sino ‘El Nocturno de San Idelfonso’, para otros será el primero, pero lo que tendríamos que plantearnos en la crestomatía es un punto donde no es que no se vaya a generar polémica sino que lo que esté debe estar. El problema no es quiénes son los poetas sino qué poemas deben estar. Yo creo que de López Velarde ‘La Suave Patria’ no puede faltar, que es un poema indispensable, pero después de eso ‘Hormigas’… incluso en el caso de José Juan Tablada, ¿los haikús u otros poemas mayores?, pero es que un haikú puede ser tan indispensable, tan extraordinariamente innegable como todas las páginas de ‘Muerte sin Fin’.
Lo que sí buscamos, y lo planteamos desde un principio, es contribuir en algo a la recuperación de públicos para la poesía mexicana, es decir, público lector, y no quiere decir que no haya lectores de poesía, claro que los hay, y hay poetas, pero, a ver, ¿qué queremos?, poner esos libros en un punto donde antes no estaba la poesía, y es en la mesa de novedades de las librerías y en el circuito comercial. No es que nos propongamos inventar algo nuevo, pero lo que estamos viendo es que se hacen muchas antologías que quedan dentro del ámbito reducido de los poetas, porque somos los que leemos poesía y aquí lo que buscamos es que el público más amplio, incluso aquel que no lee poesía a lo mejor se encuentra el tomo y se acerque a dicho género literario”. ■

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