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jueves, 28 marzo, 2024
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En el hoyo, y cavando

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Por: LUCÍA MEDINA SUÁREZ DEL REAL •

Septiembre de 2012, en este mismo espacio, bajo el título “Lo que el Bellagio se llevó” advertíamos que la ventaneada que le pusieron al mandatario estatal con la difusión del gasto millonario en la remodelación de la casa de gobierno tendría efectos en su credibilidad.

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Iban apenas dos años del sexenio, la ilusión se había evaporado notablemente, pero aún se gozaban las mieles del principio de un gobierno, si bien no con la ciudadanía, sí con la mayoría de los medios de comunicación, y sobre todo con la clase política, incluida la oposición.

Esos tiempos ya se fueron, ahora prevalece efervescencia pre-elección, y el deslinde -hasta en los aliados- de los errores que se cometieron en este gobierno.

En este contexto, los aplausos son cada vez de más difícil obtención, y paradójicamente, se ha optado por dejar los proyectos más polémicos para este periodo, en el que de por sí se extingue segundo a segundo el poder que hasta entonces se había tenido.

Es ahora cuando se les ocurre remodelar Plaza de Armas, la Alameda Trinidad García de la Cadena, y el mercado González Ortega, entregándolo además en concesión a una empresa particular. Las tres obras, además, manejadas con una torpeza comunicativa de tal magnitud, que han provocado un repudio cada vez mayor porque no queda claro el proyecto, sus alcances y los recursos a utilizar. Generando también amplísima desconfianza, pues siempre terminan haciendo algo muy distinto a lo que anuncian.

En fin de sexenio se les ocurre, otra vez, solicitar un empréstito, que sería de alrededor de 8 mil 900 millones de pesos solamente de capital, y que se elevaría hasta 14 mil millones de pesos con intereses pagaderos por las próximas tres administraciones. Nada tontos, solicitan dos años de gracia, es decir, que no se pague durante el resto de sexenio actual, y tampoco nacional, es decir, que comience a pagarse aproximadamente hasta el 2018.

Las vueltas que da la vida, aunque se nos dijo que entre los mayores crímenes del gobierno anterior estaba habernos endeudado desmedidamente, ahora se pretende hacerlo aún más, de hecho, este gobierno, de acuerdo a lo publicado por el periódico El financiero, (del 30 de octubre de 2015) ha hecho crecer la deuda pública en 960 por ciento, el estado con mayor aumento en el tema en los últimos años.

¿Y para qué? Si no se logró resolver la deuda que dejó el gobierno anterior, si no se respondió con ello a ningún desastre natural que hubiera obligado a la reconstrucción, o se hizo algún programa social que sacara de la pobreza a miles de zacatecanos, ni siquiera una obra magnífica que hubiera potenciado la economía local, y hubiera marcado un rumbo a la entidad, tal como lo hizo, por ejemplo el Museo Guggenheim en Bilbao, por citar un ejemplo.

No se gastó en eso, en cambio sí hubo 400 millones de pesos para gastar en los festejos del Centenario de la toma de Zacatecas, de los cuales la mayor parte se fueron en una escenificación que duró unas horas, sí hubo 16 millones de pesos para la casa Bellagio, más lo gastado en el centro cultural toma de Zacatecas y en el teatro al aire libre, ambos, con fuerte potencial de convertirse en elefantes blancos.

Es cierto que lo gastado en esto, individualmente, puede que no sean un ahorro significativo con respecto a lo que la entidad requería, pero también es verdad que en conjunto pueden ser una cantidad importante que permitiría cuando menos tener menos intereses si es que el empréstito fuera inevitable.

Producirían también una idea de austeridad que daría legitimidad a la solicitud de un nuevo crédito, pues a los ojos de la opinión pública, el empréstito sería necesario porque no hay de otra, no porque se malversó el que había.

Aunado a ello, poco les queda culpar a las administraciones anteriores de la deuda, que si Amalia García dejó endeudado con el Proyecto de Prestación de Servicios (PPS) o que Ricardo Monreal provocó el déficit educativo, ¿Qué no se acuerdan que los que ahora se quejan de eso eran parte de esas dos administraciones?, ¿No recuerdan que como legisladores aprobaron esas medidas, y como miembros del gabinete aplaudieron aquello?

Suponiendo que nada fue así, que se cometieron actos de corrupción indebidos, o actos de negligencia criminal que mantienen al borde del precipicio las finanzas estatales. ¿En cinco años no fueron capaces de fincar responsabilidades legales contra los culpables? ■

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