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viernes, 3 mayo, 2024
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Nací charreando y me moriré charreando: José Hermosillo

■ “Cualquier deporte es caro, si se hacen las cosas bien; en todo le tienes que invertir, nada es gratis”

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Por: KAREN GARCÍA •

“Nací charreando y me moriré charreando”, fue como José Hermosillo Ruvalcaba, originario de La Piedad, Michoacán, describió la importancia que tiene para él, su familia y para todos aquellos que se apasionan por el deporte mexicano por excelencia.

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La historia de José comienza cuando él tenía 3 años, ya que mencionó que el amor, pasión y compromiso por la charrería fue una herencia familiar, ya que pertenece a la tercera generación que practica este deporte.

“Empecé a montar a los 3 años y pues desde ahí ya montaba solo, fueron pasando los años y mi primera charreada fue a los 9. De ahí para acá, cada ocho o 15 días salía a charrear, ya sea con mi papá, con mis amigos. Esta es mi vida”. 

Explicó que hoy en día la charrería se está profesionalizando cada vez más, por lo que es muy importante mantenerse al nivel. Asimismo, mencionó que su preparación es diaria, porque afortunadamente las instalaciones de un lienzo charro están justo a un costado de su hogar. 

Por otro lado, para practicar un deporte al 100 por ciento y de manera profesionalizada, José afirmó que “cualquier deporte es caro, si se hacen las cosas bien. En todo le tienes que invertir, nada es gratis”. 

Asimismo, dijo que es importante la preparación constante, la decisión a la hora de concursar y el entusiasmo, que es lo primordial para poder ser un verdadero charro.

“Ser terco, no porque te vaya mal una tarde ya valió. Tu síguele y échale ganas a entrenar mucho. Además de tratar de tener tus cosas listas para venir a competir. No sólo es venir al lienzo y charrear aquí, tienes que tener una preparación mínima de dos semanas antes, te preparas bien para un campeonato, al menos un año antes”. 

Finalmente, explicando su rutina para cada concurso al que con emoción asiste, José dijo que, ante cualquier actividad, lo primordial es estar con mucho tiempo de anticipación en el lugar y comenzar con los preparativos del caballo y su arreglo personal. 

“Vengan y conozcan la charrería, que se llenen y que conozcan lo que verdaderamente hace un charro, no somos la mala imagen que muchos ven y creen”, finalizó.

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