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jueves, 25 abril, 2024
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Invasión a México: Abortar misión

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Por: JORGE ADÁN HERNÁNDEZ LÓPEZ •

Probablemente pensemos que la última invasión estadounidense a suelo mexicano fue en 1846, la cual culminó con la Batalla del Castillo de Chapultepec, en 1847; conflicto que le costó a México el 55% de su territorio. Sin embargo, en 1914, el ejército estadounidense estuvo en suelo mexicano, específicamente en el puerto de Veracruz; el motivo fue la aprehensión de nueve marinos estadounidenses que entraron sin permiso a territorio nacional a comprar combustible. Desde entonces, al menos de manera oficial, no ha estado ningún soldado estadounidense en territorio mexicano con órdenes de combate.

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La semana pasada, un congresista de Estados Unidos no midió la dimensión de sus palabras cuando sugirió la entrada de las tropas norteamericanas a territorio mexicano, con la finalidad de combatir a los grupos del narcotráfico. A dicha acción no se le puede llamar de otra forma más que invasión. 

Si dicho acto de intervencionismo ocurriera, se vería afectada la relación bilateral entre México y Estados Unidos, afectando la economía, el comercio, la justicia y los tratados de colaboración entre ambos países. Sin embargo, no pasará más allá de una estrategia política de dos congresistas del Partido Republicano estadounidense.

La soberanía y la libertad son derechos y principios de observancia obligatoria entre las naciones, y más entre países como Estados Unidos y México, que tienen décadas de colaboración y relación bilateral en muchos aspectos. Si por una invasión norteamericana, o por cualquier otro motivo, se rompieran las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos, los dos países, sobre todo, su población, sufrirían las consecuencias, pues temas como el abasto de mercancías, de alimentos y tratamientos médicos, se frenarían. Lo anterior, tanto en Palacio Nacional, como en la Casa Blanca, lo saben, es por eso que esa errada idea de declarar a los cárteles del narcotráfico como grupos terroristas no es un posicionamiento del Presidente de los Estados Unidos o de algún funcionario que verdaderamente esté facultado para tomar una decisión de tal magnitud.

Dan Crenshaw, congresista estadounidense, aprovechó el tema del secuestro de 5 estadounidenses y la muerte de dos de ellos para impulsar la propuesta de que los cárteles del narcotráfico sean considerados como grupos terroristas, para con ello, facultar al Ejecutivo de Estados Unidos para intervenir militarmente en México, con la finalidad de «combatir» a dichos grupos terroristas, tal y como lo han hecho en otros países como Irak, Afganistán, Siria, entre otros. Dan no ha sido el primer político norteamericano que menciona este tipo de propuestas, con anterioridad lo había hecho el congresista Michael Waltz, así como el ex fiscal de Donald Trump, William Barr. Tales posicionamientos políticos o propuestas, en un ámbito de respeto entre naciones y su soberanía, tendrían consecuencias diplomáticas severas, sin embargo, los impulsores de estas propuestas invasoras no son autoridades que verdaderamente tengan la facultad de mandar al ejército estadounidense a invadir un país, sino que son propuestas de políticos que tienen algo en común, que todos son miembros del Partido Republicano, lo cual hace que sus posicionamientos sean meramente políticos, lo que no implica que no deba haber disgusto y una respuesta enérgica de parte de las autoridades mexicanas.

El Presidente Andrés Manuel y el Canciller Marcelo Ebrard se sacaron un diez por su posicionamiento sobre el tema, defendiendo la soberanía, la independencia y la libertad de México, que aunque son principios que nunca corrieron peligro, es necesario fijar postura al respecto. Como ya lo dijimos, las declaraciones hechas por los congresistas norteamericanos tienen un tinte político y electoral; en ese sentido, el Presidente de México también fijó su postura y les dio donde más les podía doler, en el voto al Partido Republicano de Estados Unidos.

El próximo año habrá elecciones en Estados Unidos, los congresistas del Partido Republicano aprovecharon la crisis del fentanilo que padece Estados Unidos y el tema de los grupos de narcotráfico en México para hacer esas propuestas irresponsables, con la finalidad de captar el voto estadounidense y el voto latino, sin embargo, no contaron con que una de las acciones en respuesta sería que el presidente de México llamaría a sus connacionales a no votar por el partido republicano por ser irrespetuoso e intervencionista.

Más de 32 millones de personas hispanas tienen derecho al voto en los Estados Unidos, este sector ya ha sido determinante para las elecciones del país vecino; para el triunfo de Obama se dice que el voto latino fue el que le dio la ventaja. De todo el electorado hispano, el 60% son mexicanos y mexicanas, es decir, más de la mitad de ese sector determinante para ganar o perder una elección. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese, Andrés Manuel López Obrador sigue teniendo más del 60% de la aprobación de los mexicanos y mexicanas, además es el segundo mejor líder a nivel mundial; la pregunta es: ¿Qué tanto podría influir el presidente de México en el voto hispano en Estados Unidos?

Los congresistas del Partido Republicano que propusieron invadir a México definitivamente se equivocaron en su estrategia de captación de votos. Sin duda, los mexicanos y las mexicanas pensarán dos veces en votar por ellos.

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