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viernes, 29 marzo, 2024
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Ciudades desiertas, de José Agustín

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Por: Miguel Ángel De Ávila González •

La Gualdra 538 / Libros 

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Esta novela muestra la crisis y alienación de un joven matrimonio conformado por Eligio y Susana, aparentemente una pareja ideal; ella es escritora. Eligio conoce poco sobre las actividades de su esposa, por indiferencia y porque está ocupado tratando de rescatar su propia carrera de la mala racha por la que atraviesa.

Con el deseo de comenzar todo de nuevo en un lugar desconocido, muy lejos de su vida actual, Susana decide aceptar la invitación de Gustavo Sainz a participar en un programa de escritores que otorga una beca en la universidad de Arcadia en los Estados Unidos por cuatro meses y un buen día parte hacia allá sin decir una sola palabra a Eligio. 

Eligio, al enterarse dónde se encuentra su mujer, decide ir a buscarla. Susana se ha instalado en el programa y ha entablado relación con varios de los participantes, principalmente con un escritor polaco de pocas palabras por quien ella se siente especialmente atraída. Susana se sorprende cuando ve a Eligio, este le pide explicaciones y ella se niega a dárselas. Discuten larga y violentamente:

“La sacudió hasta despertarla, lo cual le llevó un buen rato. Levántate, Susana, dijo Eligio, tenemos que hablar. Primero tráeme un café, pidió Susana. Que te lo traiga tu abuela. Contéstame: ¿por qué te fuiste así de México?, ¿por qué no me dijiste nada? Oye, Eligio, orita no me estés molestando, déjame dormir, dijo Susana. Nuevamente reclinó la cabeza y cerró los ojos. Ni siquiera en tu trabajo dejaste dicho nada. Ni a tu mamá le avisaste, a nadie, qué poca madre; contéstame, con un carajo. Susana reabrió los ojos, controlándose, y se incorporó en la cama, sin ver a Eligio. Se puso en pie después y un poco como zombi avanzó unos pasos […] ¿Entonces nada más sigues cualquier impulso pendejo que se te viene a la cabeza? Dime la verdad, Susana, esto lo pensaste muy bien. ¿Ya no me quieres? Dímelo derecho, y ya estuvo. No, no te quiero, dijo Susana, enfática”.

Poco después, ella huye con el polaco hacia Chicago. Eligio nuevamente va a buscarla y encuentra a los dos en un albergue, golpea al polaco y obliga a Susana a punta de pistola a acompañarlo en el automóvil. Una fuerte nevada los obliga a detenerse en el camino:

“Susana guardó silencio unos instantes. Su rostro pareció apagarse, toda su energía hizo implosión, como hoyo negro, y miró a Eligio, dubitativa. Bueno, dijo, la verdad es que Slawomir sí me atrajo, y sí, sí, añadió con voz baja, sí me acosté con él, si eso te pone feliz, finalizó agresivamente. Cómo que me hace feliz, nada de esto me hace ninguna gracia, respondió Eligio; se hallaba muy pálido y había encendido otro cigarro. Pero por qué lo hiciste, dímelo, ¿no pensabas en mí para nada?”.

Susana vuelve a escapar. Eligio, acompañado de una joven norteamericana, retorna a la búsqueda de su esposa, pero en esta ocasión no la encuentra y resignado a no volver a verla nunca más, regresa a México, donde tiempo después aparece Susana, embarazada, y le dice del amor que tiene por él y que es lo que le ha hecho regresar:

“Mi amor, dijo de pronto Susana, y Eligio se quedó muy quieto. ¿Si?, preguntó. Ya sé qué quieres que te conteste. ¿Qué? ¿Me lo preguntas otra vez? ¿Por qué regresaste conmigo? Porque te quiero, Eligio, te quiero. ¿De veras?, preguntó Eligio acariciando suavemente las nalgas enrojecidas. Te quiero, respondió ella, incorporándose para quedar cara a cara con él. Yo también te quiero, Susana, añadió Eligio, radiante, te quiero con toda mi alma”.

Un amor desesperado y frenético mueve nuestro personaje y le obliga a ceder en su orgullo y a someter sus impulsos machistas ante la mujer que quiere, es así que acepta incondicionalmente su retorno.

La novela muestra las características de la Generación de la Onda, la cual se diferenció por este estilo libertario que dejaba a un lado el pudor, la mojigatería y el conservadurismo. De manera similar, mostraba la realidad de quienes querían expresar al mundo, una forma desenfadada de vivir.

* * *

José Agustín, Ciudades desiertas, Best Seller Edivisión, 4ª Impresión, México 1985. 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/lagualdra538

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