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jueves, 28 marzo, 2024
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Equilibrio y Lucha. INE y Morena

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Por: JOSÉ NARRO CÉSPEDES •

El equilibrio es definido como el Estado de inmovilidad de un cuerpo sometido a dos o más fuerzas de la misma intensidad que actúan en sentido opuesto, por lo que se contrarrestan o anulan. Es decir, el equilibrio es el resultado de una lucha. Siguiendo la analogía, no puede haber equilibrio sin conflicto.

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Digo esto, pues se ha construido en el imaginario, que la política es la negociación de ideas y de proyectos, los cuales, deben de desarrollarse sólo de manera pacífica, evitando a toda costa el conflicto y el enfrentamiento. Vivimos un momento histórico temeroso de la movilización social, de la sociedad organizada y de la gente en las calles, exigiendo sus derechos.

Todo lo que sale del esquema construido desde un sistema que cuestiona a quien alza la voz y no acepta lo establecido es catalogado de violento. Sin embargo, tenemos que matizar, la violencia y la exigencia no es lo mismo. La historia nos da la razón.

Hoy, Morena y el INE están inmersos en una lucha en la que, por el bien del sistema democrático nacional, aún en desarrollo, es necesario encontrar el equilibrio. Y para ello no podemos desestimar la lucha.

Tenemos que asumir que el INE es el depositario de la ley electoral, es el árbitro del proceso electoral más importante de la historia moderna de México. La institución se encuentra flaqueada por intereses de derecha, de izquierda, de centro. Y todos creen que son dueños de la verdad absoluta, y en toda esta vorágine de intereses creados, están los propios intereses de la propia institución.

Y por otro lado está Morena, partido que irrumpió en el escenario político nacional para romper el Status Quo de un sistema de partidos sumido en la simulación democrática. Morena llega a cambiar la lógica electoral, mercantilizada y corrompida para proponer un modelo fundamentado la regeneración del peso de la ciudadanía como agente de poder político.

El conflicto existe con dos fuerzas que se contraponen, pero no aceptan al otro. El equilibrio político sólo puede asumir que la fuerza contraria debe existir sin tratar de rebasar, aniquilar, aplastar, o eliminar al otro porque justamente ambos necesitan del otro para existir.

Los partidos políticos sólo existen en la medida en que la ley se aplique, y ésta, la ley, sólo existe en el plano de la justicia, en la medida de la mesura y en su capacidad de bridar certeza en respeto irrestricto de los derechos de todas y todos los actores.

El actuar político es, siempre, el actuar de los contrarios, es la puesta en juego de la lucha, en el terreno de la palabra y la acción, de tomar las calles, las ideas y la presencia. Y es imposible imaginar a un INE contemplativo, inexistente. La batalla por los votos es muy fuerte, se cuela a cada la calle, casa y espacio social y es difícil imaginar a un árbitro sin participación. De hecho, es totalmente previsible el conflicto con alguna fuerza. Y el conflicto con Morena es de una gran repercusión por la fuerza del partido en el gobierno. Es un hecho, nadie ha tomado en cuenta los agravios hacia fuerzas pequeñas e irrelevantes.

Es obvio que se levantarán los ánimos y el enfrentamiento se concretará, pero como se dijo antes, la movilización y la fuerza social no es lo mismo que la violencia. La fuerza política nunca querrá causar daño intencionalmente para imponer una situación.

Nuestro trabajo político en Morena tiene que encaminarse a demostrar la voluntad de la gran mayoría de los mexicanos y para eso hay que demostrar que somos más y, sobre todo que tenemos razón. Podemos llenar las calles, las conciencias; llenar los espacios mediáticos y las redes, pero sin infligir nunca a nadie, en ninguna circunstancia, dolor o miedo.

Somos más, pero somos diferentes porque la historia nos respalda.

Tenemos que encontrar el equilibrio entre los objetivos del INE y los intereses del pueblo que representa Morena, pero sin aceptando que ambos nos necesitamos. Necesitamos instituciones fuertes, garantes de justicia, pero éstas necesitan del pueblo organizado en Morena y otros partidos para conducir el debate y la lucha por el poder político.

No aceptaremos castigos excesivos a faltas menores y no renunciaremos a nuestros derechos a votar y ser votados. No negamos que estamos sujetos a la ley, pero sobre la ley está siempre, la justicia. El camino de la izquierda en nuestro país ha enfrentado a fuerzas incapaces de equilibrar.

Somos diferentes y respetaremos a las instituciones en la medida en que respeten nuestro derecho a cambiar este país.

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