Mientras vivimos una realidad que nos duele hasta lo más profundo del alma, mientras vemos que turismo y economía siguen en caída libre en nuestra entidad sin que nadie haga absolutamente, mientras vivimos la paradoja de declarar al 2024 como el año de la PAZ mientras que aquellos que tuvieron esa brillante idea dentro de la nueva gobernanza producen la violencia al agredir a las mujeres que se manifestaban el 8 de marzo, mientras que el gobernador sigue ausente sin dar la cara a algo que es su responsabilidad – porque no es la del secretario de gobierno – la noticia ya alcanza no solo el ámbito nacional sino el internacional al intervenir la ONU en su área de la protección de los derechos humanos, mientras la jornada da a conocer la amenaza del Secretario de Gobierno a los medios de restringir los anuncios que el gobierno paga por demeritar su imagen – México SA 14 de marzo – mientras miembros de la misma coalición demandan al gobierno morenista como es el caso de Giovanna Bañuelos y José Narro entre otros, y mientras todo estos tristes acontecimientos suceden en nuestro entorno es tal vez el momento más propicio para desviar nuestra mirada y resguardarnos de la realidad en el PLACER DE LA LECTURA.
Me permito recomendar ampliamente al escritor alemán ganador del premio NOBEL GUNTER GRASS, reconocimiento que logro esencialmente por su gran obra EL TAMBOR DE HOALATA.
La realidad no tendríamos que pensar en una frase en singular sino en realidad los muchos tambores de hojalata que acompañaron a Oscar – el protagonista – en el transcurso de su interesante existencia.
La trama se da en las fronteras entonces poco precisas entre LA ALEMANIA anterior a la II GUERRA MUNDIAL y UNA POLONIA que no terminaba por estructurarse como una NACION SOBERANA, donde el autor a las maneras del REALISMO MAGICO latinoamericano nos cuenta cuando un personaje contestatario de aquellos tiempos y que protesta incendiando casas y edificios, huye de la ley que le persigue y se esconde bajo las cuatro faltas de la abuela de OSCAR y en ese escondite encuentra su destino y ahí se da la magia de la vida y se procrea a la madre del protagonista que durante toda su vida intenta regresar a su origen bajo las faldas – 4 – del mismo color café pálido de su abuela.
Dos personajes masculinos acompañan a su hermosa madre durante su vida, el esposo formal al que Oscar no lo considera su verdadero padre, y el amante de su madre amigo de la familia al que considera como su padre biológico, porque es testigo de ese triángulo amoroso entre el esposo formal, un gran cocinero y el amante.
El crecimiento de Oscar se ve interrumpido a los 3 años suponiendo la madre que fue el resultado de una caída a un sótano que tendría que tener sus puertas cerradas y donde una falla de omisión provoco esa caída de la que su madre le reclamo permanentemente a su esposo, pero en realidad Oscar era así como resultado de un defecto genético, dejo de crecer en todos los sentidos viendo sin envidia alguna como sus primos y amigos le dejaban en estatura, y él se sentía que los dejaba a ellos en la búsqueda de la perfección en el arte del pensamiento, Oscar católico como su madre en un entorno protestante, la acompaña a la Iglesia del Sagrado Corazón en donde nos relata sus encuentros con un NIÑO JESUS de yeso que se encuentra en algún altar hasta donde llega cuando incluso solo gateaba, el niño Jesús no interactúa con Oscar pero el siente que si lo hace.
El relato de una vida que alterna la primera y la tercera persona en su escrito lo que vuelve la obra más interesante Oscar se queda en los 3 años, aunque tenga 7 o 15, su madre muere de la impresión de ver como alguien pesca anguilas con la cabeza de un caballo muerto lo que le produce asco y un vomito que no para hasta que deja de existir, la ausencia de la madre aleja al amante y Oscar se queda con su padre legal pero que el siente que no es el biológico.
Oscar al que todo el tiempo acompaña un tambor de hojalata regalo que recibió a sus 3 años y que aprendió a tocar y tocaba constantemente, tenía otros poderes de los que rápidamente supo hacer uso, era un VITRICIDA, es decir alguien con la capacidad de romper las estructuras de vidrio que le rodeaban tan solo con los gritos salidos de una garganta que pronto se dio cuenta era una potente arma.
Los años avanzan y Oscar se vuelve el responsable de la muerte de sus dos padres, el biológico que se había alejado a la muerte de la madre para convertirse en parte del CORREO DE POLONIA al que Oscar lo visita esporádicamente y con los primeros ataques de Alemania sobre Polonia, cuando el padre temeroso de la violencia se refugia en el edificio del correo y se esconde, y por culpa indirecta de Oscar su escondite es encontrado capturado y fusilado, mientras que al final de la guerra, con la llegada de los ejércitos y su intento de destruir toda huella de nacismo. Frente a los rusos Oscar le da a su padre legal una medalla nazi que le pertenecía y el para ocultarla la introduce a la boca, los rusos lo descubren y le quitan la vida, paradójicamente Oscar no siente arrepentimiento alguno por la partida prematura de ambos.
Oscar conoce y se reconoce con personajes claves en su vida de su misma estatura – gente pequeñita que influiría permanentemente en él – que lo invita a viajar con una compañía que da espectáculos en el occidente de una Europa aun dominada por la Alemania Nazi, forma pareja con una mujer también pequeña y vive momentos agradables, pero todo termina cuando el mismo es responsable de su muerte, ella le pide que le lleve un café del bunquer donde estaban protegidos de los ataques de los ejércitos de occidente, el se niega, ella tiene que ir por el café que había solicitado y cae bajo el bombardeo en una muerte que tendría que haber sido la suya propia.
En uno de sus encuentros con el niño Jesús Oscar decide llamarse así mismo JESUS y con ese nombre y sus atributos de viricida se vuelve jefe de una pandilla y después por sus experties con el tambor se vuelve musico de Jazz y con un pequeño conjunto ameniza en un centro nocturno a donde la gente acude a llorar por el efecto de la cebolla que el dueño les ponía frente y por llorar y para llorar el lugar se volvió famoso en extremo en una de las escenas más surrealistas de un relato que también nos cuenta de sus relaciones con las mujeres que le fueron cercanas y con las que procreo – él está seguro – un hijo que fue siempre su detractor. Se vuelve famoso con el arte del tambor y hasta rico en extremo, migra ya terminada la guerra al Oeste de la nueva Alemania, después huye de la policía por un delito que no cometió del que después es absuelto por asegurar que su mente no funcionaba del todo bien terminando el relato dentro de un hospital psiquiátrico.
Un libro extenso de, más de 800 páginas, difícil de leer sobre todo al inicio pero que al final nos deja una clara muestra del PLACER DE LA LECTURA.
