Una de las cosas que más me impactaron en mi visita a la histórica Managua del Santiago, es haber convivido frenéticamente con el personal de la embajada y la cancillería de la República Dominicana, en esa ciudad tan llena de calor humano y de amor tan necesario.
Ante mi curiosidad por la isla de República Dominicana y su frontera con la hermana República de Haití, de inmediato el personal de la cancillería, como es el segundo encargado y cónsul general, así como militantes activos de la izquierda dominicana, amparados bajo la sombra de tan poderosa representación caribeña, me dijeron todo, pues yo les agradezco esa vitalidad y esa hermandad y esa ayuda, para asimilar lo que la población haitiana vive consigo mismo y para el mundo.
De inmediato me dijeron lo que ya presentía y es que el pueblo haitiano, maneja y asimila la brujería como nadie en todo el continente y quizás más arriba que el pueblo brasileño o colombiano o argentino o mexicano, ya por el manejo de los nahuales y el espiritismo y Los Arcanos mayores en brazos de la gente, y por esa fama quizás no tan enjuaga de comerse a sus propios muertos y de revivirlos y de que anduviesen por las calles con sus apegos afectivos y materiales y sin la codicia la impresión desmedida, ni los deseos obsesivos de la lujuria, la pasión y las relaciones basadas en el sexo ,sino en el reencuentro vital de alta magia africana y el pretensión de simbolizar la acción y la realización y la muchedumbre y la vida larga y la respuesta positiva.
Cada noche en Managua mis respuestas encontraban otras preguntas, bajo el privilegio de tener la amistad alcohólica y bohemia del personal de la hermana república de dominicana y sus lazos en la cancillería y la diplomacia, para que yo también externara el proceso mexicano que es admirado en todo el continente y muy quizás en el mundo entero, pero mi contacto es ante todo como guía de los gitanos mexicanos y argentinos y en la búsqueda de una numerología y una respuesta dentro del tarot y las cartas Gitanas, ante el fenómeno del pueblo haitiano que si le pone azúcar a la Tierra, hace un pan y la engulle, con el privilegio de rituales que no conocemos y que quizás nunca lo sabremos.
Y recuerdo que en las noches de Managua con el calor y la lluvia y el sudor a raudales los compañeros de la embajada de la República Dominicana, seguían insistiendo en que fuera a preguntarles qué pasaba con su mismo pueblo y con las abundantes historias de objetos voladores debajo de su círculo marítimo, así como su frontera natural con uno de los pueblos más sufridos del mundo, pero al mismo tiempo heredero de las tradiciones africanas que hicieron que los esclavos se revelaran y le dieran el ejemplo al mundo entero de la sobrevivencia y no avalar nunca la traición, ni la codicia y la guerra.
Sabemos que actualmente la ingobernabilidad en Puerto Príncipe y en la República Dominicana está considerada como una de las zonas de mayor Peligro en todo el continente y en la franja caribeña y no solamente por el flujo de armas y narcotráfico y el trasiego de personas y órganos humanos, sino también por todo el conjuro que se prepara para detener la destrucción del mundo y la confiscación de todos los valores humanos, que permiten que la humanidad siga siendo un ente milagroso en el firmamento de la vía láctea y del cuadrante de 12 entidades extraterrestres que experimentan en el planeta tierra, el fenómeno de la vida en el aire y en los mares y en la tierra e inclusive en el fuego.
Nicaragua no deja de impactarme
Todita se entregó a mi mientras andaba de curioso.
enterita me dijo cuanto me quería
lagos y volcanes y mercados y altares y señoríos
tremendos aciertos en medio de sudores y recorridos
donde le pueblo me abrazaba sabiendo que era mexicano
con el ardiente corazón de querer a todo el mundo
y con un convoy de sentimientos maravillados por sus árboles y mujeres
entré a un tugurio, ella bailaba delante de un grupo de trabajadores
mientras lo hacia no dejaba de mírame
yo buscaba entre las copas la precisión de mis zapatos
mis amigos colombianos me alertaban pero su mirada era impactante
delgada y fina y seductora como si mi plataforma, continental era
decir que Nicaragua era mía desde hacía muchos milenios
tantos que supe como quererla para siempre
su gente toda
sus errores
la fantástica lluvia en medio de las selvas…