21.4 C
Zacatecas
jueves, 2 mayo, 2024
spot_img

Héctor Castanedo y la hoja de maple

Más Leídas

- Publicidad -

Por: RAFAEL HERRERA ESPARZA •

A Héctor lo conocí en Zacatecas, en la escuela primaria, a fines de los años 50, un tipo tranquilo, amigable y educado, luego nos reencontramos ya como profesionistas, Él Arquitecto y yo Médico, fue egresado del ITESM y posgraduado en la Universidad La Salle. Héctor muy jóven tuvo la responsabilidad de preservar, embellecer y hacer funcional el área urbana de la ciudad de Zacatecas, y transformó la oficina “tapabaches de Obras Públicas” en un complejo administrativo eficiente, encargado, entre otras cuestiones, de la noble tarea de preservar lo que nuestros ancestros nos legaron, una ciudad señorial. Su primera tarea fue convencer a los gobernantes en turno sobre la necesidad de ordenar el desarrollo urbano, y especialmente, preservar la riqueza arquitectónica del estado. Para ello convocó a arquitectos, ingenieros y otros profesionistas jóvenes con gran talento, pero sobre todo con muchas ganas de trabajar, entre ellos recuerdo a Carlos Aguayo, Gregorio Muñoz, José Carlos Lozano, al antropólogo Peter Jiménez, entre otros. El Arquitecto Castanedo planteó una gama de proyectos ambiciosos, que se amalgamaron con la visión cultural de Don Guadalupe Cervantes Corona, y la visión pionera de Don Federico Sescosse en monumentos coloniales; así, la mesa estaba puesta para el despegue cultural del Estado de Zacatecas. Entre sus obras destacadas están la restauración del teatro Calderón, recinto magno y señorial, el palacio Legislativo, la Casa de la “Mala Noche”, la Rectoría de la Universidad, la Casa de Juan de Tolosa, entre otras; ni qué decir de calles, callejones, fuentes, jardineras, árboles, el boulevard Arroyo de la Plata y muchas obras, tanto en Zacatecas capital como en los municipios. Adaptó cárceles, templos y edificios vetustos, para su uso público como museos, iniciando por el “Pedro Coronel” y todos los demás; creo yo, que no hay museo en la ciudad de Zacatecas en el que Héctor no haya intervenido.

- Publicidad -

Su vida profesional estuvo dedicada al servicio público, en su primera oficina en el Palacio de Gobierno tenía un busto labrado en cantera rosa del gran “Leonardo da Vinci”, esto reflejaba su admiración por este inigualable genio. Su trabajo siempre fue impecable y ordenado, reflejó en cada obra su sello partricular, con el debido respeto por la “arquitectura original de la época” que conjugó con el aprovechamiento utilitario de cada espacio público. Fue un profesional sencillo, todo un intelectual de la arquitectura, amigo sin igual del arte y sus espacios, y arquitecto de gran talento, su capacidad le valió la medalla de oro en 1992 durante la Segunda Bienal de Arquitectura Mexicana en el área de vivienda social, siempre modesto, nunca mencionaba sus reconocimientos. Durante la gestión de Ricardo Monreal, y luego con Amalia García, continuó con el rescate y ampliación del Museo de Arte Abstracto “Manuel Felguérez”, igualmente con el Museo Zacatecano y la Ciudadela del Arte.

Por razones que ahora poco importan, nos visitó en Milwaukee en 1990 durante una estancia científica nuestra, quizá el verdadero motivo de esa visita era la cercanía con Taliesin, una de las catedrales de la arquitectura americana, me pidió que lo llevara a ese lugar y manejé por la carretera 94 hasta Madison, luego por la 14 hasta llegar a Taliesin, acompañamos al gran arquitecto a cumplir con su “manda”, la peregrinación al santuario profesional de los arquitectos; ahí desprendió la hoja de un árbol de maple que luego ingeniosamente encuadró y la exhibía con gran orgullo, también visitamos “el molino de viento Romeo y Julieta”, ahí nos dio una conferencia magistral de “Frank Lloyd Wright”, un ícono de la arquitectura mundial, además visitamos los edificios emblemáticos construidos por este genio en la ciudad de Chicago. Debo señalar que de lo construído por Lloyd Wright quizá su obra favorita estaba en New York, el museo Solomon R. Guggenheim, este magno edificio fue creado en una forma inteligente y bella, tiene una rampa circular cercana al medio kilómetro, que da acceso a seis plantas con salas pletóricas de arte excepcional.

Ese verano en Estados Unidos fue sensacional, hablamos largas horas sobre lo que implica “la creatividad”, por otra parte, Héctor tenía curiosidad de saber cómo habíamos manipulado y caracterizado algunos genes en aquella apacible ciudad de Wisconsin, siempre quería saber de todo.

Las reuniones de Héctor con sus amigos eran agasajos intelectuales interminables, éstas ocurrían entre Arquitectos, Ingenieros, Artistas, Politólogos y otros profesionales, como hombre culto su conocimiento era de amplio espectro, Castanedo admiraba las grandes obras de los genios de la arquitectura como Luis Barragán, Oscar Niemeyer, Santiago Calatrava y otros, también fue un ávido lector y profesionista ilustrado. Como ser humano fue muy generoso, contribuyó a la fundación de la escuela de Arquitectura en el Instituto Tecnológico Regional, al patronato del Instituto Tecnológico de Monterrey (Campus Zacatecas), ocupó diferentes puestos como servidor público en Zacatecas y Aguascalientes.

El brillo del arquitecto Héctor Castanedo iluminó a Zacatecas, compartió su luz a quienes nos distinguió con su amistad, en lo particular en la Universidad Autónoma de Zacatecas nos ayudó en la adecuación del “Centro de Biología Experimental” y en el rescate del edificio de la rectoría y del Teatro Fernando Calderón, muchos de los que fuimos apoyados por Él, vivimos eternamente agradecidos.

El 6 de Mayo partió con discreción un hijo predilecto de Zacatecas, murió en paz y rodeado de sus seres queridos, a quien enviamos un fuerte abrazo.

Descansa en paz “Arquitecto de la hoja de maple”, tu obra y tu memoria perdurarán.

Hasta siempre ilustre amigo.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -