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martes, 25 marzo, 2025
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El déspota de Donald Trump

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Por: JOSE DE JESUS REYES RUIZ •

Nos referimos claro a TRUMP al mencionarlo como un déspota, y permítanme justificar mi descripción con un poco de historia.

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En el siglo XVIII el mundo vivía los tiempos de la ilustración. Kant un siglo antes había comentado que este movimiento no era más que el ser humano alcanzando una mayoría de edad en las cosas del pensamiento, una mayoría de edad que antes y cómodamente había delegado en la Iglesia sobre todo la católica y un poco en las monarquías. Era más fácil seguir las indicaciones que hacerlas, todo ello se inició dos siglos antes con DESCARTES y el mundo sobre todo el occidental salía y dejaba atrás la filosofía TOMISTA de SANTO TOMÁS DE AQUINO, quien apoyado en los textos de PLATÓN habían definido el pensamiento PREMODERNO.

Pues bien, el siglo XVIII tuvo tres personajes centrales cuando el mundo estaba centrado en EUROPA OCCIDENTAL, y ellos fueron VOLTAIRE, MONTESQUIEU y ROSSEAU. En otra plataforma recordamos que VOLTAIRE había entrado en la prisión por un enfrentamiento personal con una persona de la nobleza siendo el de extracción relativamente humilde, y salió de prisión al exilio por órdenes del REY hacia Inglaterra donde sobre todo vivió los cambios de una MONARQUÍA ABSOLUTA, como la que existía en la FRANCIA de donde venia, a una NUEVA MONARQUÍA PARLAMENTARIA, así como los avances en el pensamiento encabezados por un físico; NEWTON.

A su regreso a FRANCIA escribió sobre las diferentes formas de gobierno en el mundo, no nos olvidemos que eran los tiempos de la REVOLUCIÓN FRANCESA y de la INDEPENDENCIA de los ESTADOS UNIDOS, y ello le llevó a determinar como la mejor forma de gobierno – al menos la menos mala – la REPÚBLICA DEMOCRÁTICA donde el pueblo desidia ya fuera en forma de la elección de sus representantes para ejercer el gobierno – democracia representativa – o en el mejor de los casos opinando directamente los caminos del futuro de su nación con la participación directa  en calidad de encuestas – democracia participativa –.

La segunda forma de gobierno – en aquellos tiempos – era el de la REPÚBLICA ARISTOCRÁTICA como en la VENECIA DE ENTONCES, donde un grupo de nobles y destacados decidía los destinos de lo que era mejor para el pueblo, pero SIN EL PUEBLO.

La tercera forma de gobierno en aquellos tiempos VOLTAIRE  ubicó la MONARQUÍA PARLAMENTARIA, donde el rey estaba limitado en su actuación  por un parlamento que diseñaba las leyes, ya no se trataba de una ley divina sino humana, y después venia la MONARQUÍA ABSOLUTA, como la que vivía FRANCIA con LUIS XIV el REY SOL por el hecho de que todo giraba alrededor de él, con su ya famosa frase, EL ESTADO SOY YO, y finalmente la DICTADURA de un TIRANO o DESPOTA que decide absolutamente todo rodeado de un grupo sin iniciativa fuera de la de ensalzar todo lo que haga o deje de hacer su líder.

La democracia decía VOLTAIRE estaba anclada a LA VIRTUD de otra forma no podría ser, mientras que la REPÚBLICA ARISTOCRÁTICA se anclaba para ser viable en LA MODERACIÓN, y la MONARQUÍA fuera parlamentaria o absoluta tendría que anclarse EN EL HONOR del monarca, pero EN LA DICTADURA DEL DÉSPOTA el anclaje era ni más ni menos EL TEMOR o TERROR que infundía el líder a sus gobernados, así como el atractivo a su pensamiento soñador y de alguna forma IRRACIONAL de que al seguirlo les llevaría a dominar el mundo.

A este último grupo perteneció ADOLF HITLER, y que duda cabe que es el mismo grupo al que pertenece DONALD TRUMP porque las instituciones quedan detrás de el con su control de un parlamento mudo.

VOLTAIRE fue quien pensó que una REPÚBLICA tendría que tener tres poderes que fungieran como contrapeso el uno del otro, el ejecutivo del presidente, líder o primer ministro, el legislativo de la cámara que hace las leyes y el tercero era el llamado entonces federativo el que llevaba las relaciones de la república con el resto del mundo, MONTESQUIEU cambió el esquema al ubicar el federativo dentro del ejecutivo y a nombrar un tercer poder, el judicial que es el que hace respetar la ley.

No nos olvidemos que TRUMP no pertenece a la etapa que conocemos como LA MODERNIDAD, es un claro ejemplo del POST MODERNISMO que comenzó a delinear NIETZCHE con el super hombre, es decir, con un personaje que está por encima de toda ética o toda moral – delineado antes por DOSTOYEVSKI en CRIMEN Y CASTIGO y TOLSTOI con LA GUERRA Y LA PAZ al definir a NAPOLEÓN BONAPARTE.

Pero no nos olvidemos no sólo LA MORAL Y LA ÉTICA han quedado tras del hombre nuevo TRUMP sino también LA RAZÓN eje central de la ERA MODERNA por lo que no me puede causar menos que depresión el que los mandatarios como nuestra presidenta no entienda que no puede tratar los asuntos de los aranceles por ejemplo con los argumentos de la razón, por más cabeza fría que diga tener, con un personaje post moderno como este señor pero sobre todo poderoso e incombatible no queda más que agachar la cabeza e hincarse intentando de conservar algo de una dignidad olvidada en estos tiempos post modernos.

No digo que no actúe bien, su actuación ha sido seria y elogiada por otros mandatarios del mundo, pero no lleva a ninguna parte, si a TRUMP se le da la gana de enviar drones para bombardear los sitios de los cárteles ahora llamados por ellos como TERRORISTA, lo va a hacer y nada puede hacer nuestro país para evitarlo sino denunciarlo sin esperar nada porque, que alguien me diga si alguna nación o potencia internacional o la ONU ha hecho algo para detener el GENOCIDIO DE GAZA así no esperemos que nadie haga nada por nosotros.

EL LÍDER DÉSPOTA funciona creando miedo hacia afuera y anunciando los buenos tiempos por venir hacia adentro, lo que le da una insospechada popularidad al interior de su país – y también al exterior por personajes que como MILEI de ARGENTINA NOVOA del ECUADRO o BUCKELE de EL SALVADOR quienes le ven como un ídolo a quien hay que seguir sus pasos, y para quien habita aun el mundo de la modernidad con todo y su humanismo inherente a ella le pedimos ubicarse en la realidad y dejar de pensar que LA RAZÓN solucionará algo o LA ÉTICA, o LA MORAL, o incluso EL SENTIDO COMÚN,  esos fueron otros tiempos y para demostrarlo en nuestra próxima colaboración hablaremos de los éxitos que ha logrado el DÉSPOTA de TRUMP con tan solo escribir sus ya famosas órdenes ejecutivas la gran mayoría sin base legal absoluta ni mucho menos sentido común.

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