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viernes, 19 abril, 2024
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■ Es una adaptación de la obra del cineasta Rainer Werner Fassbinder

Peter Von Kant, de Francois Ozon, compite por el Oso de Oro de Berlín

■ Ozon modificó la historia para darle transparencia a la entonces velada autobiografía del cineasta alemán, pero también la actualizó para interesar a los espectadores contemporáneos

BERLINALE 2022/ EDICIÓN 72

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Por: CARLOS BELMONTE GREY/ ENVIADO ESPECIAL •

“Yo pensé que lo amaba, pero realidad sólo quería poseerlo… besarlo a todo momento…”, es la explicación que da Peter Von Kant (Denis Ménochet) a su madre (Hanna Schygulla) tras una violenta crisis por la ausencia del hombre deseado.

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Libremente adaptada de la obra teatral y fílmica del cineasta alemán Rainer Werner Fassbinder Las amargas lágrimas de Petra Von Kant, el cineasta francés François Ozon presentó en la Competencia por el Oso de Oro de La Berlinale 2022, Peter Von Kant.

En 1972 Fassbinder dirigió Las amargas lágrimas de Petra Von Kant estelarizada por Hanna Schygulla -la actriz que ahora, 50 años después, reaparece con el rol de madre-. Ozon modificó la historia para darle transparencia a la entonces velada autobiografía del cineasta alemán, pero también la actualizó para interesar a los espectadores contemporáneos.

Recuperando la estructura del mito griego de Pigmalión y Galatea, Ozon creó a un director homosexual, a su sirviente constantemente humillado (Stéfan Crépon), a su tórrido amante, a su mejor amiga y musa (Isabelle Adjani), a su madre y a su hija de su matrimonio heterosexual. Todos encerrados en un departamento de la ciudad de Colonia lleno de botellas de gin, cajitas de cocaína, sillones aterciopelados y salas de proyección.

El director se va a enamorar y apasionar de un aspirante a actor, a quien va a convertir en un actor reconocido principalmente por su belleza física. Luego, la caída en la desesperación por el abandono.

La obra original de Fassbinder era en principio una pieza teatral que luego fue adaptada al cine, pero era por tanto siempre artificial, porque era teatralización y muy cerebral, ahora, comenta Ozon “mi objetivo era tratar de hacerla más real para las audiencias de hoy. Yo quería que esas lágrimas fueran compartidas y no sólo admiradas”.

Por eso tradujo los nombres de los personajes que aún ficticios en la pantalla sí corresponden a personajes identificables en la vida de Fassbinder. Su bisexualidad, la pasión por el cuerpo y por su cine; la fama y el reconocimiento; el alcohol y la droga. Todo metido a un juego de deseo, poder y humillación.

Pero contada de esta manera la película, parecería que estamos hablando de una ya clásica historia de desamores homosexuales de artistas. Sin embargo, Ozon va a llevarlo al terreno de la teatralidad filmada, del escenario del teatro que alimenta la exageración de las emociones con personajes puestos en solos sobre la escenografía, pero luego acompañados por los acercamientos de la cámara a los detalles del rostro, justo como hacía Fassbinder-Von Kant cuando quería apropiarse de los actores.

Otro elemento más de la libre adaptación es el lenguaje del film, en francés. En lugar de haberlo hecho en alemán, toda vez que hay una actriz alemana estelar y el tema es alemán, Ozon lo hizo en su lengua quizás como pista para marcar su cercanía a la biografía de Fassbinder. Un tema que en tiempos del todo es MeToo podrían ser delicados, aquí son tomados como pasión, interés y consentimiento.

Las películas de Ozon suelen tener buena distribución en América Latina, seguro que llegará a México.

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