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domingo, 28 abril, 2024
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Para ti soy libro abierto

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Por: CITLALY AGUILAR SÁNCHEZ •

  • Inercia

Con motivo del festejo por el día nacional del libro, se han llevado a cabo diversas actividades que tienen como finalidad el fomento a la lectura. Curiosamente, esto ocurre a tan sólo un par de días de que se dan a conocer los resultados del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea), en el que se evidencia una deficiencia en materia de comprensión lectora.

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Marco Vinicio Flores, secretario de Educación del estado señala como únicos responsables a los maestros y parcialmente tiene razón; porque los maestros son parte de un sistema educativo en el que ellos, en principio, son también discípulos de la carencia educativa.

¿Cómo esperamos tener alumnos que den resultados impecables en las pruebas, cuando los maestros a su vez tampoco tuvieron tal preparación? Y no es que haya una “culpa” unilateral en esto; es evidente que todos, desde alumnos, padres de familia, comunidad, autoridad y desde luego maestros, tenemos todo que ver.

 

Desmotivaciones

Hace unos días, se realizó el evento TEDx, en el teatro Calderón de la bizarra capital. Los asistentes tuvimos oportunidad de conocer a ciertos zacatecanos que expusieron un poco de sus vidas, un poco de sus aprendizajes. Fue impresionante compartir con ellos experiencias de vida y de educación; pero sobre todo fue un ejercicio de conocimiento y reconocimiento de la otredad. Se trató de personas que se abrieron como libros ante el público.

En medio de esta convivencia hubo la oportunidad de ver, en pantalla, una de las charlas TED de corte internacional, en la cual, una maestra estadounidense de primaria, dijo haber trabajado con grupos de niños en los que primaba la pobreza, la falta de motivación y la ignorancia. Ella se preguntaba cómo hacer para que estos pupilos lograran alcanzar un nivel mínimamente aceptable… Y se dio a la tarea de motivarlos de diversas formas, una de ellas fue la de, en el primer día de clases, al llegar decirles: “Me han dicho que ustedes son los mejores alumnos de esta escuela; y como yo soy la mejor maestra me han asignado a este grupo”. Relata que los niños sorprendidos aceptaron tal condición, y aunque el nivel no mejoró de forma abrupta, sí hubo un incremento en el interés hacia los contenidos.

Este ejemplo es significativo en varios niveles, pero principalmente en el sentido de que, en la educación se requiere, en principio, de una dupla indisoluble: maestro y alumno. Ambos deberían ir de la mano, aprendiendo uno del otro. Sin embargo ¿puede un maestro desmotivado propiciar la motivación en los discípulos?

¿Cómo es posible que un simple empleado, como cualquier otro, de cualquier trabajo, realice su función de manera óptima, y que dé resultados de iguales dimensiones, si tiene que lidiar con la constante idea del despido, la represión y la pobreza? ¿Qué trabajador puede invertir más de lo que recibe? Es fácil buscar culpables, es muy fácil encontrarlos cuando las condiciones laborales propician la culpabilidad unilateral… Sin embargo, siempre se tratará de una culpabilidad compartida. La conferencista de TED, proponía que el maestro fuera el héroe que cada niño merece, pero ¿cómo se es un héroe en un país donde los súper poderes están capitalizados?

 

Comprendamos…

Es significativo que haya una deficiencia en comprensión lectora, porque esta materia exige de los mexicanos un ejercicio que se lleva poco a la práctica: Comprender. Esta acción no sólo implica tomar un libro y pasar la vista por encima, sino que implica conversar con él, adentrarse hasta lo más profundo posible, inferir, imaginar… Y a su vez, abrirse al libro. Muchos creen que leer es sólo una actividad pasiva. Sin embargo, se trata de un verdadero trabajo. Se nos ha dicho que leer es aburrido, que es para gente sin quehacer. Hay quién tiene el atrevimiento de decir que leer no sirve de nada. Y en efecto no sirve si no se hace con ahínco.

Para leer hay que tener disposición a la comprensión; y para comprender hay que dominar la lectura. Todos somos un libro abierto. Todos tenemos nuestra introducción, nuestro desarrollo y nos encaminamos hacia diversos desenlaces. Hay que sabernos leer en lo personal y en lo común. Y esto sólo se logra con la constante ejercitación. Desde luego que la escuela es un lugar específico en el que se tiene que desarrollar tales habilidades; sin embargo, debe reforzarse en la cotidianeidad. Y es que, es bien sabido que jóvenes que ingresan al nivel universitario, llegan con grandes deficiencias en gramática y sintaxis. Está comprobado que, más allá de las reglas ortográficas, la lectura es uno de los mejores métodos para combatir tales fallas.

Pero ¿cómo lograr que los niños, al llegar a casa, tomen un libro con interés si los padres se mantienen inertes frente al televisor? ¿cómo fomentar el hábito de la lectura si los jefes de familia con dificultad pueden ofrecer austeros alimentos y los libros son incosteables?

Lejos de buscar culpables, la Secretaría de Educación tiene la tarea de encontrar soluciones, pero de manera precisa, y ante todo integral. Mientras se siga vituperando al docente, tangencialmente se estará perjudicando al alumno. ■

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