La Gualdra 621 / Artes visuales / Poesía
Poemas de Sara Audirac e ilustraciones de Nidia Arellano
Alquimia

Soñé mis lágrimas
-metales pesados incoloros-
Yo era un cuerpo en alquimia
El quinto elemento
de tus versos
Lamías mi rostro
Vencido
Destilado
Mientras yo me vaciaba
tú llenabas tu taza favorita
—Hice café— dijiste
¿Cuánto futuro cabe en un sueño?
Ellos crecen
Su pequeño cuerpo acuático
que nadaba en colores
dentro de mí
abrió paso a su anatomía terrestre:
Erguidos y valientes
ellos aún saben regresar al mar
y pintarlo
Contraforma

Ella tenía un nombre
que me gustaba pronunciar
en soledad
Lanzarlo al aire
y luego
aspirarlo lentamente
letra por letra
curva y trazo
Ella tenía un nombre
Era sutil, líquido, azul
canto de ruiseñor
de sirenas, de alabanzas
Ella tenía un nombre
Apenas ayer lo dije
sentada en la orilla de los recuerdos
que construimos en piedra caliza
Ella tenía un nombre
yo lo estampaba en papeles
con mi torpe caligrafía
y formaba corazones
Me atrevía -puerilmente-
a unir nuestras iniciales
en su contraforma
Ella tenía un nombre
que ha sido pronunciado
millones de veces
en cientos de lenguas
en tiempos remotos
en tiempos eternos
Tu nombre
esa tormenta perfecta
arrullo de luz y vida
ese sonido burbujeante
que se desliza en el olvido
Ella tenía un nombre
lo tengo en la punta
de los dedos
Su nombre
Tu nombre
en la punta
de los dedos
Otras rutas migratorias
Los pájaros no distinguen los reflejos
si ellos ven el reflejo de un árbol
pensaran que es un árbol
y volarán hacia él

Si le hablas a mi piel
y le enseñas un lenguaje nuevo
con la cadencia de tu cuerpo
que no conoce
puntos finales
Si siembras la palabra
ternura
y me hablas de aquel romano
que sepultó a su mascota y escribió en su epitafio
“A Helena, hija adoptiva, alma sin comparación y merecedora de alabanza”
Si lees en silencio
mi vientre blando
y tiendes las sábanas
en el día más aciago
Yo acabaría el poema
aquí
y volaría
El faraón egipcio Samético (siglo VII A.C.) se lanzó a la búsqueda de la primera lengua, y con tal propósito ordenó separar de sus respectivas familias a dos bebés recién nacidos. En ambos casos, su primera palabra fue…
Preludio
Antes de nombrar
a las cosas
ocupábamos el cuerpo
como extensión
de un lenguaje
En la inmensa necesidad
de ser entendidos
danzábamos
Hace cientos de miles de sueños años
alguien dijo «No»
bajo la cúpula celeste
y las palabras
redondas y perfectas
Alumbraron
Lento y continuo camino
de llamar a los peces
por su vestidura
Sabrás que todo responde
a un conjunto de sílabas
Ruedas dentadas
Corona y piñón
Vocal y consonante
Las palabras germinan y nadan
Rosa clavel hortensia
besugo trucha carpa
¿Cómo salimos del silencio?
* SARA AUDIRAC / enero 1983. Escritora, publicó su primer novela Reza a tus muertos en el año 2022 con la Editorial independiente Inspira Profundo. NIDIA ARELLANO / enero 1983. Diseñadora gráfica y artífice, preceptora, estimuladora de sentimientos y sensaciones. Ambas nacidas en el Puerto de Veracruz. Son amigas desde los trece años. XX Editorial.