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viernes, 29 marzo, 2024
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Nuevo plan educativo, ¿será una luz en la oscuridad?

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Por: RAMIRO ESPINO DE LARA •

Los intereses particulares
hacen olvidar fácilmente los públicos.
Charles Montesquieu

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Eso de la luz en la oscuridad suena un tanto dramático, quiero, con esto, externar un punto de vista acerca de lo que históricamente ha significado la educción en nuestra sociedad, tal vez en estos momentos se encuentra en esa oscuridad. Hablar del plan educativo del nuevo gobierno obliga a incursionar en el proceso de repensar la educación toda vez que, actualmente nuestro sistema educativo vive una crisis generalizada producto de la implementación de una política neoliberal; quienes a la fecha siguen manifestando una postura y mentalidad conservadora no estarán de acuerdo en los planteamientos y acciones que el actual gobierno realiza; esto, a consecuencia de haber ganado un candidato no convencional para quienes por más de 80 años mantuvieron una dictadura.

Este cambio de poder ha generado mucha turbulencia política y social toda vez que, quienes se van, no se resignan a perder su patrimonio, esperemos y quienes han llegado a los altos mandos les interese poder más que el poder; para muchos se les acabó la mina de donde extraían las riquezas que al pueblo le pertenecían. El sistema educativo mexicano fue algo así como la caja chica de los grupos políticos para sacar provecho de su apoderamiento, malversaban el presupuesto que se le asignaba al sistema educativo, consecuencia de ello, vemos las enormes carencias con que cuentan muchos subsistemas, acciones como la venta de plazas, la alianza perversa entre sindicatos corporativos y autoridades para reprimir a los trabajadores que eran considerados como adversarios o enemigos –todo nada más por luchas por sus derechos que por ley les correspondían-, entre otras irregularidades.

Todo este estado de cosas lleva a la necesidad de repensar la educación, para que, las nuevas decisiones no caigan en los errores del pasado, justo es el momento para que se finquen nuevos principios y se cimiente una nueva plataforma educativa, que se destierre esa política neoliberal, misma que entregó el sistema educativo al capital privado donde el ejemplo más claro es la imposición en el 2013 de una reforma educativa que podría servir para darle el tiro de gracia al sistema educativo y a quienes lo conforman. Tal vez será providencial la llegada de un gobierno que emanó de la izquierda, muy por encima de que se siga en disputa permanente por la resistencia que puedan tener los integrantes del sistema educativo mismo y las decisiones que se tomen en el congreso de la unión con respecto a las reformas que se realicen; seguirán las críticas a grado tal que pretenderán descalificar las decisiones y acciones tomadas en torno a las estrategias implementadas para fortalecer el sistema educativo.

El nuevo plan educativo propuesto por el equipo de AMLO –quisiera pensar que de México-, debe ser consecuencia de reflexionar en torno a la educación en todos sus sentidos, alcances y dimensiones; debe ser una instancia que diseñe estrategias para resolver conflictos políticos que se generen en la sociedad; en sí, se espera que en el nuevo plan educativo se deje de lado ese liderazgo de élite donde solo algunos se benefician por lo general de manera material, que este modelo dé pauta a la promoción de un liderazgo que surja de la base y que la base misma trace la estrategia de crecimiento educativo.

En el contenido del nuevo plan educativo debe hacerse un cambio conceptual en los términos que se establezcan, es necesario dejar de lado esa orientación romántica que se le daba a términos como calidad, excelencia, formación, pertinencia, relevancia, capacitación, evaluación etc.; hoy día, ningún plan educativo se echará a andar si no se deroga constitucionalmente la reforma educativa que, aparte de servir como instrumento represor, conducía por senderos de simulación a algo que oficiosamente se pregonaba pero que solo debilitaba paulatinamente el sistema educativo. El nuevo secretario de educación pública le apuesta mucho a la capacitación de los maestros –el mensaje que puede dar con esto es el aseverar que los maestros están discapacitados-, dice que con ésta se vendrá una verdadera transformación educativa; también la reforma educativa impuesta en el 2013 le apostó a lo mismo y hoy día vemos que ha sido un rotundo fracaso; ante este planteamiento, considero que no hace falta capacitar a los docentes toda vez que ello llevará solamente a formatearlos, ni siquiera a formarlos, ya no se les puede bombardear de información teórica a grado tal que no sepan qué hacer con ella dado que carece de fundamento contextual y solamente el docente actúa desde una perspectiva meramente conceptual.

A lo que se le debe apostar en este nuevo plan es a que el docente se forme y actualice a grado tal que él mismo determine cuál debe ser su perfil requerido para ejercer la docencia desde una perspectiva profesionalizante y humanizante; no basta con que sea profesional y humano, se requiere que trascienda y no solo que ascienda. En sí, esto lo logrará el maestro en la medida en que se convierta en investigador de su propia práctica y pueda así realizar diagnósticos contextualizados y, consecuencia de ellos, construya una propuesta de intervención también de su práctica docente propia.

Espero y lo anterior se considere como preámbulo para generar la discusión en torno a lo que hasta hoy se ha dado a conocer como “El nuevo plan educativo de AMLO”, mismo que consta de 20 puntos y que en lo sucesivo serán objeto de discusión. ■

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