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viernes, 29 marzo, 2024
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El México de hoy

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Por: RICARDO ARTEAGA ANAYA •

En los últimos sexenios las promesas de los políticos mexicanos han versado sobre los mismos malestares que sufren los ciudadanos mexicanos, entre ellos encontramos la disminución de la pobreza, el combate a la corrupción, disminuir el desempleo, la inseguridad, la disminución de la desigualdad, entre muchas otras promesas más, sin embargo, basta con verificar las cifras hasta la fecha de cada una de ellas para darnos entender que los programas sociales en México han sido diseñados para administrar la pobreza y aumentar gradualmente la desigualdad entre la población mexicana, si los mismos tuvieran alguna buena intención la cantidad de mexicanos que se encuentran en desempleo no hubiesen aumentado en 3.9 millones desde el 2008 hasta el 2016; no existirían poco más de 20 millones de niños y jóvenes viviendo en algún tipo de pobreza ni poco más de 50 millones de mexicanos en dicha situación.
La investigación que arroja como resultado la preocupante estadística de que 7 de cada diez mexicanos que viven en situación de pobreza nunca dejarán de serlo, resulta alarmante, vivimos en un país en el que según las estadísticas es más fácil ser víctima de secuestro o de caer al más bajo estatus social y económico que ganarse la lotería; estás cifras son el más claro motivo por el que urge reformar y dar un vuelco por completo al sistema mexicano, continuar por la misma ruta terminará por hundir más a los mexicanos en la miseria, en la inseguridad y en la desigualdad, todas consecuencia de la corrupción desbordada que ha sido permitida.
Estas cifras no son presentadas en los debates o en la guerra sucia que es utilizada por la derecha para atacar al principal opositor: la izquierda; nadie utiliza su propia creación para destruirse a si mismos. El debate originado en el actual proceso electoral se encuentra entre dos sectores, quienes han podido enriquecerse debido a la corrupción en el país, quienes han sido cómplices de la misma o de aquellos que apenas probaron unas gotas de la misma y están sedientos por beberse el vaso completo y entre aquellos que sufren a diario la realidad mexicana.
El cambio en el sistema; analizar todas las estrategias posibles para lograr disminuir tan solo un poco la inseguridad; una reforma electoral que permita realmente la inclusión de los ciudadanos en la vida política y publica del país; cambiar el modelo económico por uno en el que permita que los empleados obtengan un salario justo y que disminuyan las personas desempleadas; una real impartición y procuración de justicia; una verdadera austeridad republicana; una verdadera reforma educativa que fomente el desarrollo de los unió y jóvenes, entre otros cambios (como si fueran pocos), son necesarios para dar un cambio en la ruta del país.
El México de hoy es un país en el que, como ya señalamos, la desigualdad en todos los aspectos de la vida nacional, es el pan de cada día de los mexicanos aún no pierden la esperanza de que su realidad cambie, en el que luchan para que la misma termine por dar un giro drástico, en el que los ciudadanos aún ponen una ultima esperanza en un proyecto nacional, el México de hoy es un país que vale la pena cambiar, rescatar sus tradiciones, su cultura y buscar el progreso del mismo.

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Discusiones vanales
Mientras a nivel nacional el debate se desarrolla en torno a las propuestas para cambiar la realidad de los mexicanos, en Zacatecas, nuestros legisladores suplentes se encuentran debatiendo y exigiendo a quienes les dejaron el cargo (para contender por otro hueso más grande) sobre su derecho a recibir las famosas “herramientas legislativas, mismas que surgieron con la finalidad de proporcionar a los diputados la oportunidad de contratar personal y demás herramientas para poder generar un trabajo legislativo de calidad para cambiar la realidad de los zacatecanos, actualmente o al menos en los hechos, es un recurso destinado para el reparto de dádivas para ganar voluntades e incluso para irse a la bolsa propia.
Resulta vergonzoso y patético que quienes pueden acabar con la pésima reputación de quienes los antecedieron, decidan discutir por recibir un recurso que en nada beneficia a los zacatecanos, un recurso que debe desaparecer. Hasta el momento nos toca seguir siendo testigos y víctimas de una clase política sin escrúpulos y sin principios que únicamente piensa en si mismos y en beneficiarse a costa del pueblo. Poco más de 50 días quedan para que podamos enfocar el malestar social que han ocasionado en las urnas, los mexicanos tenemos dos opciones, una es el cambio y otra la continuidad, la primera representada por millones que no han perdido la esperanza y el segundo por unos cuantos que se aferran a no perder sus beneficios. ■

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