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viernes, 19 abril, 2024
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De Telladas y Morenadas

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Por: JORGE A. VÁZQUEZ VALDEZ • Admin •

■ Perspectiva Crítica

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En los albores del proceso electoral que se avecina para el estado de Zacatecas, los movimientos al interior de los partidos políticos y las acciones de sus candidatos a los puestos de elección popular han comenzado a vigorizarse. Esto ha traído reajustes internos en los institutos políticos, pero también la búsqueda individual por obtener notoriedad. En torno a esto, dos hechos recientes se destacan en Zacatecas: el plagio y publicación de un texto académico por parte del priísta Alejandro Tello, y el aperturismo de Morena a personajes políticos locales que en poco ayudan a la credibilidad del partido guiado por Andrés Manuel López Obrador.

El primero de estos hechos estuvo protagonizado por Alejandro Tello, senador con licencia y candidato de la alianza Primero Zacatecas, integrado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza, el cual fue descubierto in fraganti plagiando y publicando un texto de María Teresa Villarreal Martínez, doctora en Política Pública e investigadora Nacional nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores, y radicada en Monterrey, Nuevo León.

La doctora, en pleno uso de su derecho, exhibió al priísta en este mismo rotativo como plagiario al haber usado diversos fragmentos para elaborar un artículo que fue firmado por él y del cual Villarreal Martínez no obtuvo los créditos respectivos. Ante la seriedad del plagio (tanto por la afrenta al trabajo de una académica, como por la mancha que le queda a un candidato que tiene como bandera la honestidad), el candidato priísta optó por tratar de enmendarse públicamente aclarando el hecho. No obstante, es justo a partir de ello que surgen más preguntas que respuestas, y su intención por “librarla” bien puede ser motivo de mayor desprestigio.

Esto es así porque horas después de que se hiciera pública su acción, fue uno de sus colaboradores y no él quien en una emisión radial local enfatizó que el candidato “no es responsable” del plagio, y que en suma el error se debió a la sobrecarga de trabajo que tiene en su labor como candidato.  Entonces, ¿quién es responsable de la publicación en su nombre de textos plagiados, y quién dispuso a esa persona en ese cargo? En el ámbito de su sobrecarga de trabajo ¿qué otras labores se realizan en su nombre sin que él tenga conocimiento? ¿Debemos entender como lectores que es normal que un candidato ha puesto de elección popular permita que sus subalternos hurten trabajos académicos y se los acrediten a él, simplemente porque el candidato está muy ocupado?

Es importante comprender que el hecho no es un accidente, un “resbalón” político que pudiera generarse en un evento político o en la bañera de su casa. Plagiar un texto en la forma en que Tello (o en todo caso su equipo de trabajo) lo hizo refleja una alevosía sistemática, la cual implica el sondeo de textos que le pueden resultar favorables; el trabajo de edición para alinear datos y argumentos a los fines de su discurso político, y finalmente el simple pero muy significativo hecho de colocar su nombre en el texto, por no hablar del abuso de confianza hacia el medio de comunicación que le abre sus páginas. Todo apunta a que el karma del plagio está lejos de agotarse para el candidato tricolor, pues sitios como Zacatecas en Síntesis (http://zacatecasensintesis.com/zens/?p=15769), se ha dado a la tarea de ventilar varias publicaciones del priísta, las cuales están constituidas por las ideas, investigaciones y trabajo de otros autores.

El segundo de estos hechos alcanza al partido dirigido por Andrés Manuel López Obrador, y tiene que ver con que durante los últimos meses Morena ha abierto sus puertas a múltiples antagónicos políticos, en especial en niveles medios y bajos. El “chapulinismo” no es raro en la actual esfera política nacional, y el “libertinaje” político se relaciona más con el clientelismo, la búsqueda de hueso o el oportunismo que con la convicción ideológica o el compromiso político; eso no es novedad. No obstante, el tono de moralidad y principios éticos han sido parte significativa del discurso de Obrador –incluso sello de su carrera política, dicen sus simpatizantes-. Es justo a partir de ese tono que vale cuestionar el hecho de que en febrero pasado Obrador ofreciera aceptar a todos los priístas que se “arrepientan de todo lo malo que han hecho” y se pasen a Morena.

Esta especie de “lavado de alma” a partir de determinada filiación política resulta poco consecuente con Morena, pues el partido ha contado desde su conformación con un proyecto de gobierno claro, basado en la realidad nacional y sostenido en parte por sectores académicos, intelectuales y políticos de prestigio. Esto no implica que Morena debiera ser un instituto con tendencia a la exclusividad o la cerrazón, pero ese aperturismo se intuye como una posible gran falla, en tanto la manada de tricolores, blanquiazules y otros colores que no alcanzaron huesito en otra estructura política, buscarán integrarse a Morena en pro de su beneficio personal, pues se ve difícil que dejen de pecar a pesar de contar con la bendición oficial.

Por lo pronto a nivel Zacatecas ya empiezan a figurar en Morena personajes que hasta hace unos meses se ostentaban como priístas sólidos, gestionaban el voto entre los sectores juveniles y se caracterizan por ser mirreyes oportunistas y antreros locales. Resulta una lástima que en lugar de que Morena haga un trabajo de inclusión de individuos de izquierda realmente valiosos y consecuentes con su proyecto, se incline por sumar a sus filas y le ceda el micrófono a dichos mirreyes, los cuales sin duda seguirán con su labor de chacales para conseguir credenciales de elector en el sector juvenil. ■

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